Por Adryc Menellsön
Bienvenidos a bordo de nuevo amigas y amigos de la verde mar de María; seguimos nuestra travesía por el cultivo ecológico en interior.
Hoy os hablaré sobre los abonos orgánicos y su procesado para que podamos usarlos en nuestros cultivos. Pero antes permitidme comentaros otra cosa.
Después de nuestro último cultivo, en el que probamos la gama de abonado orgánica de BioTabs, una cosa que me ha sorprendido de este cultivo, y por ende del producto, ha sido al deshacer los cepellones: el sustrato se suelta casi sin problemas de las raíces y queda suelto y esponjoso, con buena pinta. En vista de ello decidí usarlo en la terraza con una planta de pimientos, o pimentera, (esta planta es la más parecida al cannabis en cuanto a necesidades y también igual o más atractiva para las plagas, por lo que la uso a menudo para alguna prueba y no desperdiciar una semilla de maría en ello). Pues bien, esta planta está igualita a otras cuatro que tengo a su vera en Cannalita y sustrato eco, y no ha recibido ningún tipo de abono, al contrario que sus hermanas, como veis en las fotos, lo que me hace deducir -a priori- que es reutilizable sin ningún problema en un siguiente cultivo sin merma alguna de resultados. Mas ojo, esperemos al resultado final de esta prueba, que aunque sea de pimientos, seguro será ilustrativo.
Esto me convenció para desarrollar una idea que llevo tiempo persiguiendo, Cómo conseguir un sustrato con los aportes orgánicos suficientes para el desarrollo de las plantas durante todo su ciclo, en el cuál cultivar nuestras plantas sin necesidad de añadir posteriores aportes nutrientes, salvo en caso de que las plantas lo demanden, y de paso nos dé poco trabajo el hacerlo; así que ni cortos ni perezosos comenzamos hoy con ello, e iniciamos un nuevo cultivo con cuatro plantas, Kraken, variedad feminizada de Buddha Seeds, una de las plantas que más me gustan dentro del amplio espectro nacional de variedades. Es una planta dura y agradecida de cultivar, ideal por tanto para este tipo de pruebas.
Más no os pongáis nerviosos, antes tenemos que rematar el tema de los distintos abonos orgánicos que vamos a usar en su preparación, y que son los que yo uso para los cultivos que fumo yo, pues es la única hierba que degusto (no porque desprecie la de los demás, soy alérgico a casi todo, y la salud es lo primero).
El estiércol
Como os dije antes el estiércol que uso es de vaca y caballo, exclusivamente. También se puede utilizar de conejo, de oveja, cerdo, gallina, etc. pero yo no os los aconsejo, pues este tipo de estiércoles suele venir de granjas de producción industrial cárnica, y los alimentos utilizados están suplementados y medicados para el aumento de producción; estos dejan sus restos o trazas en las heces y permanecen en ellas mucho tiempo, con el consiguiente riesgo de que las plantas absorban dichas trazas cuando se alimentan de dichos estiércoles. Ojo, que no digo que no valgan, mas yo no lo haría.
Normalmente utilizo el de vaca, pero trato y utilizo el de caballo de la misma forma. Este es más pajoso, menos rico en Nitrógeno que el de vaca, sus efectos son menos duraderos, y sin embargo, va fenomenal en tiempos fríos, ayuda a calentar el sustrato, con la consiguiente comodidad de nuestras plantas. También tiene sus inconvenientes, este estiércol fermenta muy fácilmente. Es necesario regarlo continuamente para que no se consuma por su propio calor, con los consecuentes problemas que pueda acarrearnos la humedad. Por eso prefiero el de vaca. Y jamás los mezclo. Utilizo uno u otro, dependiendo de la época. Lo consigo en una granja cercana, que aquí abundan. Os aconsejo que sea de animal adulto siempre, no lo olvidéis… las becerras y novillas jóvenes, al igual que los potros, llevan un régimen distinto de alimentación que los animales adultos, sus criadores añaden suplemento alimenticios y minerales al pienso y sucede como con los anteriores.
Su posterior procesado para convertir dichos estiércoles en abono que podamos utilizar es largo y tedioso, al igual que sucede con el de las algas. Por el contrario el guano de ave marina solo necesita de un filtrado para eliminar los restos de plumas y otros que pueda traer mezclado con él.
Cuando retomemos este apasionante mundo del cultivo de la marihuana mediante técnicas de abonado orgánico, os explicaré más detalladamente cada proceso de fabricación; aquí hablaremos un poco sobre ellos y pasaremos a nuestro nuevo cultivo.
Las algas
Y sigo hablando de las algas, ese regalo que la mar nos ofrece para nuestras amigas y que es junto al estiércol uno de los abonos más antiguos utilizados por la humanidad para preparar sus terrenos de cultivo.
La utilización de las algas como fertilizante se remonta a tiempos inmemoriales. Desde siempre los habitantes de nuestras costas recogían las grandes algas pardas arrastradas por la marea y las esparcían en sus terrenos, mezclándolas con la tierra, y dejándolas descomponerse sobre ella, así la abonaban. Su uso moderno como fertilizante fue a comienzos del siglo XX, cuando se desarrolló una pequeña industria basada en el secado y la molienda de algas para su uso como fertilizante agrícola, pero su demanda se debilitó con la llegada de los fertilizantes químicos y desapareció.
Hoy en día debido al aumento de la popularidad de la agricultura orgánica, esta industria se está revitalizando, dando paso a otra nueva, que floreció en Galicia, y se ha extendido por toda la costa cantábrica, su recogida en la mar mediante barcos y buzos para su posterior secado con destino a la alimentación gourmet y resto de la industria alimentaria y de fertilizantes.
Las algas se pueden clasificar en ocho grupos y viven tanto en agua salada como en dulce, así que no me voy a explayar describiéndolas pues solo nos interesan la marinas, (aunque las de agua dulce también sirven), y más concretamente, aquellas que la marea arroja a la playa, donde las cosecharemos.
La importancia de las algas en el cultivo es innegable, ya que gracias a su elevado contenido en fibra, macro y micronutrientes, aminoácidos, vitaminas y fitohormonas vegetales, estas actúan como acondicionador del sustrato y contribuyen a la retención de la humedad. Además, por su contenido en minerales son un abono eficaz y la mejor fuente de oligoelementos que podamos desear.
Al aplicar al sustrato algas o sus derivados, sus enzimas provocan en él reacciones de hidrólisis enzimáticas catalíticas reversibles, lo que potencia la vida bacteriana, ayudando al crecimiento de las raíces, a la vez que mejoran el suelo. Ello provoca un efecto que vigoriza las plantas, incrementando los rendimientos y la calidad de las cosechas, gracias a que liberan más lentamente el nitrógeno, necesario en todas las fases de vida las plantas, además de su riqueza en microelementos.
Aparte de su uso como fertilizante, las algas aportan efectos bioestimulantes y repelentes de insectos, ya que la mayor absorción de los nutrientes que producen por el sustrato proporciona una mayor resistencia a las plagas, y en especial a la araña roja y la mosca blanca, visitantes tan asiduos como indeseados en nuestros cultivos, jajjjss.. Y más ahora que estamos a media primavera. Por otra parte también les proporcionan mayor resistencia a las heladas y a distintas situaciones adversas.
En definitiva, las algas usadas como abono correctamente generan mayor producción, mayor calidad y más resistencia a enfermedades y al estrés ambiental.
Su uso es muy aconsejable en la prefloración y posterior inicio de la floración, como veréis más adelante cuando hablemos del cultivo.
El guano
El guano que utilizo es de aves marinas, otra de las maravillas que nos ofrece la mar, años y años de fermentación natural, y sin mediar la mano del hombre, únicamente para su recogida y exportación.
Está formado a partir del excremento de las aves costeras, y posee elevadas concentraciones de fósforo y nitrógeno, lo que le hace especialmente recomendable su uso en la fase final de la floración.
Químicamente está compuesto por nitrato de amonio, junto con ácido úrico, fosfórico, oxálico y carbónico, también lleva sales minerales y otras impurezas.
Para su formación se necesitan determinadas condiciones biológicas y geológicas. En las zonas costeras del norte de Chile y sur del Perú, como resultado de la interacción de la corriente de Humboldt y la corriente ecuatoriana, se produce allí una enorme concentración de bocartes (llamados allí anchovetas) debido a la alta concentración de nutrientes que tienen las aguas, y estas sirven como alimento a las aves marinas que habitan en esa zona. Su situación en una zona alejada y deshabitada unido a la aridez extrema de la región, ha hecho que los excrementos de las aves se acumulen allí hace millones de años, llegando a alcanzar espesores de alrededor de 30 metros.
Existen dos tipos de guano de ave marina, el guano blanco, más rico en nitrógeno, es de formación reciente, y se suele encontrar junto con el plumaje y huesos de las aves y el guano rojo, que por el contrario es muy rico en fósforo y de formación milenaria. Este en particular, es el que más nos interesa, pero es más caro, aunque, como os dije, si tenéis la suerte de vivir en una ciudad con puerto mercante, tenéis medio camino hecho.
Como guano también se puede designar al abono mineral fabricado a base del sobrante de la pesca no aprovechable para alimentación y que en las pesquerías tradicionales se utiliza para producir abono, a imitación del guano natural.
Y por último el guano de murciélago. Existen de dos tipos, según el murciélago que lo produzca, El guano de los murciélagos insectívoros, que tiende a ser muy rico en nitrógeno, por lo que promueve un fuerte desarrollo en las plantas que lo reciben, y el guano producido por murciélagos frugívoros, que es más rico en fosforo. Ambos tienen elementos traza y microorganismos benéficos, entre ellos algunos que limpian toxinas por lo que son especiales para tratar suelos que están en transición de prácticas químicas a orgánicas, y por lo tanto, muy aconsejables
El proceso para su elaboración como abono es muy sencillo, basta con tamizarlo, librándolo así de las impurezas que lleva, y lo guardo en un envase hermético. Así de fácil.
Y sin más pasamos a hablar de plantas, vamos con un seguimiento de cuatro Kraken, cultivadas a base de abonos orgánicos por mí fabricados y guano de ave marina, eso sí, sin certificar, jajjss…permitidme la broma.
Después de lo comentado al principio de este artículo, a preparar el sustrato, que como os dije, con la idea de que este aporte los nutrientes suficientes a la planta en todas las fases de su vida, salvo ligeros aportes; vamos, que buscamos comodidad y poco trabajo y de paso comprobamos si con esta técnica lo logramos.
Para su preparación usamos sustrato Top Crop Complete, bueno ya de por sí. Como utilizamos contendores de quince litros hacemos la mezcla: 10 litros de sustrato, al que añadimos tres litros más de turba rubia, un litro de humus de lombriz de tierra, 500cc de perlita y otros 500cc de fibra de coco, también Top Crop. Una vez hecho esto suplementamos con 50g de polvo de roca volcánica, lo mezclamos bien y separamos la mezcla resultante en tres partes iguales. A una de ellas la añadimos 20 gramos de guano de ave marina, mezclamos y rellenamos la tercera parte del contenedor con ella; a continuación otra de las partes recibe 20 gramos de polvo de algas procesados por mí y 10 gramos de estiércol de vaca de la misma procedencia, mezclamos y la vertemos en el contendor. Rellenamos el resto con la mezcla que nos queda y lo regamos bien, colocando los contenedores en el interior de su indoor definitivo, manteniéndolo a una temperatura de unos 18º-22º para que los abonos orgánicos que hemos añadido vaya liberándose poco a poco, interactuando con la vida bacteriana que va naciendo resultante de dicho proceso de liberación, e interactuando ya con los tricodermas que aporta la fibra de coco y para que esté en óptimas condiciones cuando reciba las plantas después de su periodo de crecimiento o vegetativo que se efectuará en otro.
Una vez hecho esto ponemos las semillas a germinar el día 27 de enero y el 1 de febrero, ya germinadas pasaron a un contenedor de 500cc con sustrato Top Crop Complete, y como veis en las fotos, iniciaron su ciclo de crecimiento con un fotoperiodo de 18-6h y 600W HPS, junto a una variedad autofloreciente de Buddha Seeds que estoy testando para ellos.
Por lo tanto fijamos el inicio de este cultivo el día 1 de febrero. Las tres siguientes semanas han seguido con el mismo fotoperiodo, y condiciones de temperatura 20º min y 26,7º max. Y una humedad media del 72%. Las plantas están ya pidiendo el trasplante, cosa que efectuamos a los contenedores que tenemos ya en el indoor definitivo, e iniciamos el período de floración con un fotoperiodo de 12-12 hrs., bajamos la humedad a 65% y la temperatura entre 18º min 23º máx. Quiero ralentizar un poco su desarrollo con el fin de que absorban al máximo los nutrientes en esta fase tan delicada de su vida.
Estábamos ya a 28 de febrero, cuarta semana de vida, primera de floración y como veis en las fotos, su crecimiento ha sido bueno. En esta semana reciben un té orgánico a base de algas para estimular un poco la floración; pero tened en cuenta que hasta ahora solo han recibido agua en su riego.
Y ya las dejamos al final de su quinta semana de vida, segunda de floración; alguna ya apunta promesas de flor, su desarrollo está más que correcto y de momento el objetivo que buscamos parece que funciona. Os aconsejo que busquéis en nuestro canal de Youtube la primera parte de este seguimiento, ya publicado, y en que seguiremos viendo este cultivo hasta su final.
Al igual que en el próximo capítulo de esta sección de cultivo seguiremos escribiendo sobre él, no os preocupéis, tan solo es para deciros que todos los seguimientos de plantas que aquí efectuemos, los complementaremos con videos sobre ellos en dicho canal.
Y bueno Verde Mundo, es la hora de terminar, el espacio se agota, mi Boong bien cargado de #Syrup aguarda… #LosMejoresHumos desde mi ensenada y hasta pronto, a vuestra salud, Adryc.