Por Dr. Fernando Caudevilla
Terminé mi anterior colaboración prometiendo a los lectores volver sobre temas serios pero la realidad se impone. La amenaza de la nueva droga del verano, la Salchipapa, se extiende con tal velocidad sobre Occidente que nos obliga a seguir poniendo en alerta a los lectores e invitarles a que extiendan la noticia por las redes sociales y asusten a sus vecinas y sus compañeros de trabajo.
A las pocas horas de publicar mi anterior artículo la centralita de mi consulta se colapsó y comencé a recibir estremecedores mensajes a través de mis redes sociales. A través de Instagram y Facebook los dramáticos testimonios de salchipapadictos hicieron darme cuenta de que nos enfrentamos a una auténtica amenaza para la Salud Pública.
Este correo electrónico recibido desde Ecuador, enviado por una amiga que vivía plácidamente allí hasta la irrupción del salchipapismo nos muestra la magnitud del problema por aquellas latitudes.
Decidí proseguir mi investigación a través de Google. Porque, en el siglo XXI lo que dice Google va a misa. De hecho muchos periodistas, agencias de prensa y reporteros de investigación que informan sobre las nuevas drogas emplean como fuente lo primero que encuentran en Google. Mis peores presentimientos se hicieron realidad. Al buscar “Salchipapa” en Google, el artículo publicado la semana pasada para este portal aparece en primera página. En consecuencia, la droga Salchipapa es ya un problema de Salud Pública…
Vale, de acuerdo, no hay nada al respecto en revistas médicas o publicaciones científicas. Pero tampoco existen casos sobre el tampodka, las calcomanías con LSD… ni de un solo caso de canibalismo por MDPV, la supuesta “droga caníbal”. De hecho los videos en YouTube con pacientes agitados (por cualquier estimulante, enfermedad mental o vaya usted a saber por qué) fueron presentados por la prensa seria como prueba irrefutable de los estragos de la “droga caníbal”. Siguiendo el mismo razonamiento, aquí tienen pruebas de los dramáticos efectos de la Salchipapa, por si Telecinco, La Sexta o El País los quieren usar. ¿Quién necesita pruebas científicas cuando tenemos a Google y a YouTube?
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La doctora Mamen Tirosa, directora técnica del IMED (Instituto para la Manipulación de Estadísticas sobre Drogas) me cedió generosamente sus últimas investigaciones al respecto. Reproduzco textualmente sus palabras para que los lectores puedan juzgar por sí mismos la gravedad del asunto:
Hemos utilizado Google Trends para evaluar el asunto Salchipapa. Google Trends es una herramienta que mide el número de búsquedas que se hacen sobre un tema determinado en un periodo de tiempo. Las siguientes gráficas nos muestran el número de búsquedas sobre drogas terribles como el tampodka o el estramonio. Está claro que si la gente busca sobre estos temas es para comprarlas por Internet. Por eso aparecen en forma de “picos”. Porque como los consumidores de drogas son unos irresponsables, pues se mueren después de probarla y ya no compran más«.
Posteriormente hicimos una búsqueda compuesta con “Salchipapa” y “Leticia Sabater”. Como puede verse ambas gráficas están íntimamente relacionadas y existe una correlación entre ambas. Como ya sabemos que la Salchipapa es una droga porque lo dicen en Google, nuestros estudios demuestran desde un punto de vista científico la relación causal de esta peligrosísima sustancia con el video de la presentadora de “A mediodía alegría”.
Otra entrevista al psicólogo Puritano de los Santos, responsable del programa de rehabilitación preescolar de PHMYV (Proyecto Hombre Mujer y Viceversa) nos aporta aún más datos sobre el asunto. “Hasta hace poco tiempo creíamos que los niños de 6 a 10 años que tenemos ingresados en nuestros centros lo estaban por su adicción a la heroína, el crack o la metanfetamina. Pero a raíz de las últimas noticias decidimos indagar sobre este problema. Tres de cada cuatro de nuestros adictos habían visto en YouTube el video de Leticia Sabater, por lo que podemos afirmar sin duda que el 75% de nuestros toxicómanos son, en realidad, adictos a la Salchipapa. Es imprescindible que las instituciones públicas como el Plan Nacional contra la Salchipapa o la Agencia Antisalchipapa destinen fondos para que los profesionales podamos atender a estos pacientes».
Para Datura Estramoniez, portavoz de Madres contra la Salchipapa “la clave está en la prevención y en la educación. Hay que ofrecer alternativas más saludables a nuestros jóvenes. Si vigiláramos más a nuestros hijos y en lugar de Leticia Sabater les pusiéramos videos como éste, las cosas irían mejor. Y como alternativa a la salchipapa existen opciones como la bollería industrial o las cadenas de hamburgueserías. No es necesario tomar salchipapa para ser feliz”. El psiquiatra José Cabritez también proponía medidas preventivas como bozales y detectives privados en otra entrevista sobre el tema.
El otorrinolaringólogo Dr. Escamez cree que el panorama es más sombrío. “Los fabricantes de Salchipapa están buscando constantemente nuevas estrategias para burlar la ley y destruir a la juventud. Ya hemos detectado combinaciones de carne y tubérculos aún más peligrosas como la burgeryuca o la choribatata. ¿Qué sucederá cuando Yola Berrocal o Yurena pongan de moda estos venenos de efectos desconocidos?” Si los lectores se preguntan qué hace un otorrino hablando de este tema la respuesta es fácil: cualquiera que tenga un título de médico o psicólogo se las puede dar de autoridad sobre drogas sin problema.
Y mientras tanto… ¿Qué dice Leticia Sabater? Pues nada. Algunos tuiteros hicieron algún comentario despectivo hacia el aspecto físico de la artista y yo aproveché para explicar de qué iba la historia. Pero Leticia no me ha contestado. Yo creo que podríamos aprovechar el asunto para hacer un Sálvame Deluxe con polígrafo incluido y así nos sacábamos un dinerito. Si algún lector la conoce que se lo proponga…
En definitiva, todo indica que la nueva y terrorífica droga mortal del verano será la Salchipapa. Pero no todo está perdido. En la próxima entrega les explicaré cómo el mundo cannábico y el twitter de Policía Nacional pueden luchar contra esta lacra social que nos amenaza.