Me dirijo al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, donde durante los días 13,14 y 15 de octubre se celebra Spannabis, la feria de muestras relacionada con el mundo del cannabis. Allí, expositores y público podrán tener contacto directo en sus relaciones comerciales.
Tras perderme y vagabundear por Puerta del Ángel, consigo encontrar el pabellón, un impresionante edificio acristalado de tres alturas. En su interior, la feria se despereza lentamente: expositores atienden a los primeros posibles clientes, responsables de organización cuidan de los últimos detalles, llegan los primeros ponentes del ciclo de charlas previstas…
Spannabis 2017 en Madrid
El certamen promete ser un auténtico foro comercial con intervenciones de expertos en varias áreas de interés relativas al negocio de la yerba. Más de 20.000 metros cuadrados y asistencia internacional de expositores y ponentes que alzan a Spannabis a un lugar prominente en la escena. En el exterior del recinto, un área acondicionada para la hora del bocadillo con distintos “food-trucks”. También el escenario, donde varios grupos regalarán su música al público, se encuentra en esta zona. En este espacio al aire libre, encontramos el espacio necesario para respirar un poco y reponer fuerzas con un crep de espinacas o unos fideos veganos.
Charlas
Los simposios están recogidos en el marco de la Word Cannabis Conferences, un foro de debate patrocinado por la International Cannabis Bussines Conferences, una importante asociación que ya ha celebrado reuniones en San Francisco, Berlín y Vancouver.
Asisto a la ponencia del Doctor Mariano García de Palau, especialista en dolor crónico y representante de la clínica Kalapa. Explica que el cannabis puede ser la solución para el tratamiento de enfermedades muy diversas, incluyendo el dolor causado por diabetes, el crónico neuropático, esclerosis múltiple, el temible dolor oncológico o el debido a tratamientos post-quimioterapia. “Los cannabinoides y los terpenos son mecanismos de defensa de la planta que utilizamos para calmar estos dolores”, explica García de Palau. “El secreto de cualquier tratamiento está en la proporción CBD-THC, que son los cannabinoides que tenemos más estudiados, aunque hay muchos más. Siempre digo que no hay enfermedades, hay enfermos. Su cantidad aplicada será la que determine el resultado en cada tipo de persona. El cannabis no es una panacea, pero hay que aprender a utilizarlo porque tiene usos probados y documentados en literatura médica”.
Consultando la nutrida lista de conferenciantes, en la que echamos de menos a Amarna Miller que se ausentó por motivos de salud, encontramos la intervención de Jessica Billingsley (USA, fundadora de MJ Freeway Business Solutions), Frank Robinson (USA, director de los grupos de “Cáñamo” y “Propiedad Intelectual”) y Bernardo Soriano, abogado fundador del bufete S&F en representación de “Regulación Responsable”. Tanto Jessica como Frank exponen los beneficios que tiene la regularización de la yerba en un caso concreto, el Estado de Colorado. “La marihuana es buena para la comunidad, es medicinal, crea empleo, crea riqueza. Hay que cambiar el pensamiento que tiene la gente al respecto de la marihuana y dejar de considerarla igual que la cocaína o la heroína” comenta Robinson.
Martín Barriuso (Representante de la Federación de Asociaciones Cannábicas) y Héctor Brotons (Director del estudio jurídico BROTSANBERT) exponen el caso del club cannábico Pannagh, intervenido judicialmente y cuyos altos representantes fueron juzgados y condenados. “En este tipo de casos, lo que hay que hacer es mantener la dignidad. Rebelarse, recurrir. No eres un delincuente por llevar un poco de yerba en el bolsillo” expone Brotons.
Sería extenso abordar cada charla por lo completo de las temáticas y el prestigio de los que aquí intervienen. Baste al menos mencionar la brillante charla bajo la temática de “Letras y Cannabis”, una indagación sobre la influencia de la planta en la cultura, y la brillante charla a cargo de Verónica Montañés, Marta Trigo y Miguel Vagalume al respecto del sexo y la marihuana.
Expositores
Por la feria deambula gente de lo más variopinta. Desde posibles clientes al por mayor, ataviados de traje y corbata, hasta curiosos y consumidores habituales en busca de las últimas novedades del mercado. Desde los kioskos, azafatas y azafatos intentan atraer clientela por medio de sorteos, ruletas, distribuyendo panfletos y catálogos, muestras y carteles, mientras lanzan impecables sonrisas. “Nuestro hash es completamente legal y rico en CBD” explica Adam, de Plant of Life. “Tendrías que fumarte al menos cinco gramos para colocarte. La cosa es que es muy relajante”.
Encuentro de todo: papel y parafernalia, pasando por elementos y novedades para el cultivo, hasta ropa de tejidos responsables, comida cannábica legal e incluso instrumental para aplicación de marihuana medicinal.
Converso con Lourdes Cestero, representante del banco de semillas Dinafem. Viene desde Donostia, Guipúzcoa y es una veterana en el circuito, habiendo participado en las ferias cannábicas organizadas en Madrid desde hace nueve años. “Las primeras fueron en La Cubierta de Leganés. Nos gustaba aquel emplazamiento por lo legendario del lugar. Desde allí se movieron a Rivas y ahora aquí” comenta. “Ahora hay más ferias que nunca, más de 12 al año entre nacionales e internacionales. Sevilla tiene una, Irún y Barcelona son las más importantes, sobre todo Barcelona. Ahora nadie de Sevilla va a venir hasta Madrid para hacer el negocio que puede hacer en su propia zona. Quizá por eso la asistencia de público puede ser floja. Pero está muy bien que haya más ferias, así se diversifica el mercado y se llega a más gente”. “El recinto nuevo es genial, tiene mucha luz y no da sensación de agobio. Hay mucho sitio, es alto… Personalmente, apuesto por que Madrid tenga una feria a la altura de una capital europea” confiesa Lourdes en el pequeño apartado tras el mostrador del stand.
Silvia Martín, representante de la marca de fertilizantes Plagron, refiere su proyecto solidario con Sudáfrica. “En lugar de hacer una fiesta para los empleados, en nuestro 25 aniversario decidimos iniciar un proyecto solidario, partiendo de una zona concreta: el pueblo de Moorivier en Sudáfrica. En conjunto con la fundación Mabhale Mthembu, trabajamos en un proyecto agrícola para que la comunidad de Moonrivier y la Bruntville Primary School puedan cultivar sus propias hortalizas”. “Ayudar nos pareció más necesario” dice Silvia.
Críticas
En el exterior, los grupos de música han ido sucediéndose. Llego mientras los ritmos reggae del colectivo Organic Roots llenan el ambiente. Paradójicamente, en esta feria de cannabis no se permite fumar en el recinto.
Miguel Bernabé, de “Kush Brothers”, cuenta que lleva cinco años acudiendo a ferias cannábicas. “En Barcelona hay otra cultura a la hora de fumar yerba. La gente y las autoridades lo llevan más relajadamente. Hay más libertad. La gente va fumando por la feria y nosotros podemos fumar en el stand… es como que se comprende que se trata de una feria del ramo y se permiten ciertas cosas que aquí no se permiten. Hay bastante repercusión, hay más público… creo que la gente ha dejado de venir por cosas de éstas. No creo que volvamos, no nos sale a cuenta”, lamenta.
“Hay mucho control policial. Demasiado, la policía y los guardas de seguridad no te quitan ojo”. Habla Karen Vasquez, representante del banco de semillas Exclusive Seeds. “Llevo cinco años rodando con la marca y creo que aquí hay demasiada policía. Vine en taxi y cuando me bajé, fui a pagar y ya tenía a la policía encima a ver qué sacaba del bolso. Solo iba a pagar al conductor”. Karen comenta que están haciendo bastantes contactos, “Aunque es la primera vez que venimos aquí y la gente no nos conoce como en Barcelona. Creo que esta feria y la de Sevilla están más o menos al mismo nivel”.
Por cierto, la policía está justo a la salida y entrada del recinto. Aunque no me dicen nada, yo tampoco hago por mirarles. Tampoco veo ningún registro.
“La policía está aburrida, no hemos tenido ningún problema”, manifiesta Raúl del Pino, responsable de organización de Spannabis. “Estamos bastante contentos con la afluencia de público que estamos teniendo. Para ser la primera vez, hemos tenido más de 3000 profesionales acreditados, unas 15.000 – 20.000 personas que se pueden haber pasado por aquí… es una estimación, todavía no tenemos datos concretos”. “Expocannabis y ahora Spannabis ha sido una feria que ha estado bastante vetada por los colores políticos del Ayuntamiento. Por suerte, ahora parece que ha cambiado un poco la cosa y hemos podido celebrar esta edición en este espacio que parece que está gustando mucho. Hemos conseguido que se abra al público internacional, gente de Japón o Estados Unidos ha venido aquí a conocer el mercado y a hacer negocios. Tenemos expositores muy potentes que facturan 40 millones de euros al año” declara. “Vamos a intentarlo de nuevo al año que viene, creemos que, aunque ha habido algunas noticias perniciosas del tipo “Carmena convierte Madrid en la capital mundial de la marihuana”, como no hemos tenido problemas de ningún tipo, a ver si los funcionarios que no quieren ferias como éstas, se van dando cuenta que esto no es ningún problema de orden ni de salud pública”.
“Esta feria es muy tranquila y agradable. La gente se acerca a nosotros porque somos un banco con mucha trayectoria y podemos acoger ese “feedback”: eh oye, compré unas semillas y me salieron muy malas. Eh oye, se me ha ocurrido hacer este injerto, a ver cómo lo podría hacer mejor o qué me recomiendas. En Holanda ya no puedo dar consejos de cultivo como éstos, sería ilegal” sostiene Charly Bedrossian, representante del prestigioso banco de semillas Sensi Seeds. Es el primer año que la marca está en esta feria y afirma que “Veo una feria muy responsable, a la que pueden venir familias con niños pequeños o incluso con bebés. España es un buen lugar para venir a hacer negocios”.