Benito Díaz
¿Es realmente la marihuana una terapia efectiva? ¿De qué forma afecta al cerebro? ¿Qué son los endocannabinoides? Todas las respuestas en nuestro reportaje Cannabis: ¿droga o fármaco? Acompáñanos a descubrir los misterios más íntimos de la yerba con el profesor Manuel Guzmán, catedrático de biología molecular e investigador de las propiedades del cannabis.
Me dirijo hacia el edificio aulario de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. A las doce del mediodía, tendrá lugar la conferencia impartida por el profesor José Manuel Guzmán, catedrático de biología molecular, en una segunda parte de conferencias dadas bajo el título “Neurociencia y Drogas”. Incansable investigador sobre el cannabis, licenciado en 1986 y doctorado en 1990, pone su inmensa investigación a disposición del público que comienza a llenar la sala de conferencias.
A poco de completar el aforo, Guzmán es presentado por José Manuel García Vázquez, director del centro y responsable de Encuentros Complutenses.
Cannabis como fármaco
Guzmán comienza su exposición hablando de los aspectos químicos de las moléculas que componen los principios activos de la marihuana, centrándose en los más conocidos, el THC y el CBD. Explica que se trata de un fármaco dinámico, con distintas propiedades según los porcentajes de estos compuestos en los preparados médicos: “Hoy sabemos que el CBD contrarresta ciertos aspectos negativos del THC, siendo necesarias recetas balanceadas entre ambos”.
“Existen otros cannabinoides que aún no han sido estudiados en profundidad, que pueden regular las reacciones que produce la Marihuana, aunque sea sutilmente”, explica Guzmán. El doctor señala su uso reconocido en quimioterapia para aliviar los síntomas de malestar e inapetencia. A su vez, habla del Sativex, una solución bucal con extractos de cannabis recomendada para su uso paliativo contra la esclerosis múltiple.
La charla continúa hacia el ámbito histórico, enseñando los inicios de la investigación sobre los principios activos de la Marihuana. Una larga etapa entre los 60-90 que incluye investigaciones “empíricas” para llegar al conocimiento de reacciones moleculares en nuestro sistema nervioso central. El hallazgo del sistema endocannabinoide, por el cual nuestras células y las de muchos animales (casi todos los vertebrados) contienen unos sensores sensibles a las moléculas de la planta, abre la puerta a una extensa investigación científica. Este sistema reconocería las moléculas activas de la marihuana como otras producidas por el propio sistema (anandamidas, por ejemplo). “No todas las neuronas ni todas las células tienen los mismo receptores, ni son afectadas por igual. Solo las células que posean endocannabinoides serán afectadas por ellos. Más fácilmente, el tejido adiposo o el cerebral”.
Cannabis como droga de abuso
“Si bien es cierto que el Cannabis produce cierta dependencia y efectos negativos, muchos estudios clínicos y siglos de experiencia médica, afirman que los cannabinoides no matan”, afirmó Guzmán. Declara que solo en 2016, los opiáceos, por el contrario, produjeron alrededor de 64.000 muertes en EEUU, sobrepasando el número de bajas americanas durante la Guerra de Vietnam.
La sobredosificación en el caso de la Marihuana viene seguida de unos síntomas físicos, conocidos vulgarmente como “el amarillo” o pueden estar demostrados por síntomas psicológicos, “bad trip” o “mal viaje». Es durante este “mal viaje” cuando puede aparecer un brote psicótico, en población de máximo riesgo «como pueden ser personas en la adolescencia”. Aclara que en los últimos tiempos, el cannabis que se puede encontrar en el mercado negro, no ha pasado ningún control de calidad sanitaria. Podemos encontrar Cannabis muy «psicótico», esto es, con grandes cantidades de THC y muy poco CBD, con lo que el componente psicoactivo será muy potente y, por tanto, más inadecuado para personas bajo tratamientos psicológicos.
El profesor Guzmán define la tolerancia como “un proceso fisiológico por el cual el cuerpo pierde sensibilidad ante un estímulo” llegando a la conclusión de que el cannabis produce tolerancia. En cuanto a la dependencia, es mucho más suave y pasajero que otras, como la producida por drogas legales como el alcohol y el tabaco.
“En ningún caso quisiera banalizar los problemas que puede causar el cannabis. Tiene partes negativas, aunque menores que otras sustancias”.
Conclusiones
Guzmán asegura que la regularización del cannabis debería llevarse a cabo sin plantearse un componente político, sin buscar un argumento izquierda-derecha de confrontación. Más adecuado, a su parecer, sería el componente socioeconómico.
“El cannabis es una planta muy compleja, pero sus componentes pueden dar lugar a fármacos personalizados, diseñados para cada paciente, capaz de cubrir más frentes con menos medicinas y menor número de tratamientos. Por ejemplo, en el caso de la espasticidad (espasmos) se puede regular la actuación del medicamento mediante la vaporización, que tendrá un efecto más rápido, mientras que otro tipo de aplicación sería más lenta”, declara el investigador. “El cannabis puede cubrir necesidades particulares, individuales, estudiadas para cada paciente, mediante compuestos específicos y fórmulas magistrales”.
“El precio de estos compuestos sigue siendo alto. Todo fármaco lleva detrás años de profunda investigación y adaptación a estándares de las empresas farmacéuticas. Actualmente, el precio del Sativex es, de media, unos 10.000 euros por paciente y año. Un avance sería destinar más presupuestos a la investigación”.
Pueden encontrar más información sobre Manuel Guzmán y su investigación en su página de la Universidad Complutense de Madrid o en la página del Observatorio Español de Cannabis Medicinal.