Benito Díaz
Tailandia se convierte en el siguiente país que abre sus puertas al cannabis de uso terapéutico. Esta inesperada medida contrasta con la historia de represión y corrupción que ha venido determinando el país. Visítala con nosotros y entérate de todo.
Tailandia
Tailandia, antes conocida como Reino de Siam, se encuentra en el sudeste asiático formando frontera con Camboya, Malasia, el mar de Andamán y Birmania. País de gran exotismo y costumbres ancestrales, clima tropical, grandes regiones verdes salpicadas de ruinas milenarias, retratadas en las grandes novelas del maestro Manuel Vázquez Montalbán. La marihuana crece silvestre por sus campos y bosques, en los arcenes de las rudimentarias carreteras, pero su legislación era una de las más restrictivas con la planta. Eso acaba de cambiar, con la modificación legal dada a conocer el pasado 13 de Noviembre.
La Casa del Gobierno anunció la urgencia del cambio de ley que prohibía cualquier consumo, transporte y comercialización de marihuana desde 1935. Según la nota proporcionada por EFE, “la marihuana tiene muchos beneficios médicos y cada vez más países en el mundo lo reconocen”. La regulación también incluye la legalización con fines terapéuticos del Kratom, un árbol de la familia del café cuyas hojas se utilizan como estimulantes, analgésicas y narcóticas. En palabras de su impulsor político, el senador Somchai Sawangkarn:
“Nuestra sociedad no está preparada para que se use de manera recreativa. Por eso quiero que se dé el primer paso, el asunto de hacer medicinas. Si dejamos que se hagan medicamentos tal vez en seis meses o en un año, si la sociedad está preparada, podría convertirse en un suplemento para las comidas… y más tarde podría llevarnos hasta el uso recreativo”.
Represión
Hasta ese momento, las penas y legislación eran origen de historias de terror contados por turistas y lugareños. Da igual la procedencia de la persona, la simple posesión de un canuto de marihuana supone una pena de máximo 5 años de prisión y/o la multa de 100.000 baths (Sección 76).
Los términos de su Acta de Narcóticos 2522 (1979) dicen que la marihuana es un narcótico de categoría 5, compartiendo puesto con los Psilocybe Cubensis. Esta ley establece que los productores, exportadores e importadores serán condenados a penas de prisión de dos a quince años, y/o a una multa de 200.000 a 1.5 millones de baths (Sección 75), lo cual incluye casi a cualquiera que un policía decida.
La policía es el principal origen de pesadillas para consumidores de cannabis en Tailandia. Según la información ofrecida en un artículo de Soft Secrets, no puedes confiar siquiera en que sean agentes auténticos o falsos, pues ambos tendrán la intención de chantajearte a cambio de dinero. Retrata Tailandia como un estado policial, lleno de agentes mal pagados que tratan de aprovecharse de la ignorancia sobre las leyes en cuanto ven a alguien que pueda ser mínimamente sospechoso. Además, como también dicen en varios foros de viajeros por Tailandia, las comisarías, calabozos y cárceles del país no son precisamente lugares de recreo. Las condiciones son extremas, violentas y humillantes, iguales para nativos o extranjeros. Solo debemos referirnos a la calificación que ofrece el primer ministro, el dictador golpista Prayut Chan-o-cha al respecto de los Derechos Humanos durante una entrevista concedida a la revista TIME:
“Debemos entender que [los activistas pro DDHH] se trata de un grupo de personas que se alza intentando distorsionar la imagen del país a nivel mundial. Todos sabemos quiénes son, pero prefiero no señalar”.
Análisis de orina, chantaje, venta de material para luego denunciar al comprador y repartir el botín, gente condenada a elevadas penas por transportar semillas o flores, turistas como objetivos de primer nivel; las historias no dejarían dormir ni al más valiente.
“No he tenido problemas con la policía en el tiempo que llevo aquí. De todas formas, si te pillan, que la policía sea corrupta es algo que juega a tu favor. Si te trincan, pagas y te marchas. Me han dicho que si te agarran conduciendo sin carnet, sueltas 300 BTH (8 EUR). Y si te pescan con cocaína, sueltas 11.000 o 15.000 BTH (300-400 EUR) y te vas sin problemas”, nos cuenta Javier M, residente en Bangkok.
Nueva perspectiva
Los cambios en la legislación son buenas noticias para los activistas a favor de la marihuana en Tailandia, que ya pueden manifestarse en público, como hicieron el pasado día 20 de noviembre para protestar por la invasión de patentes extranjeras sobre sus plantas. Estas peticiones, que provenían sobre todo de Europa y EEUU, fueron denegadas por el gobierno, que ahora avala la producción de cannabis medicinal.