Benito Díaz
Mediante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el Gobierno de México canceló las “autorizaciones” de productos cannábicos y derivados que la anterior administración emitió. Las razones para la revocación de los permisos fueron expresadas por el titular de la Secretaría, Jorge Alcocer, que argumentaba que se hicieron de forma “apresurada” y sin someterlos a un “análisis de impacto regulatorio”. Una nueva legislación tendrá que entrar en vigor antes de octubre y, para beneficio del usuariado, incluirá mayores libertades.
La regularización del cannabis en México ha comenzado a enfrentar sus primeros desafíos tras la revocación de los lineamientos de control sanitario ya establecidos. El pasado miércoles 28 de marzo, las autoridades de la Secretaría de Salud revisaron todos los permisos que el anterior gobierno, dirigido por Enrique Peña Nieto, concedió para comercializar productos elaborados con cannabis.
En el caso del cannabis, también se encontraron pasos legales duplicados que requieren ser investigados, derivados de una posible red de corrupción en la que pudieron participar tanto funcionarios como usuarios. La Secretaría de Salud aseguró en boletín que las nuevas normativas violan la Ley General de Salud de 2017, “por haber excedido su propósito al autorizar la comercialización de diversos productos con derivado de cannabis (THC) en usos distintos a los médicos y científicos”. Además, se mencionaron posibles irregularidades en el establecimiento de reglamentos no arancelarios a exportaciones.
La revisión de las autorizaciones por parte de la misma Cofepris permitirá devolverles la validez o enfrentarlas al marco legal aplicable, según la Secretaría, que confirmó la revocación. Cientos de empresas del sector, tales como HempMeds Mexico, se hallan entonces a la espera para continuar con sus actividades, tras asegurar que la revisión no les afectará en ninguna forma.
Activismo
Charlamos con Felipe Samayoa, activista en Querétaro (México). “Los cannábicos estamos de acuerdo con la revisión de los permisos”, asegura en una afirmación que podría resultar contradictoria, pero Samayoa tiene sus razones. “Hubo un proceso que involucró hasta expresidentes para otorgar las licencias de importación de medicamentos basados en cáñamo y CBD, que además eran poco funcionales (no había simbiosis cannabinoide en tratamientos) y las licitaciones para entregar los permisos fueron sumamente turbias, beneficiando únicamente a dos o tres empresas, sin estimular la industria local”, expone.
El activista señala a la empresa HempMex como principal beneficiado de la entrega de las licencias a revisión, puesto que se llevará el mercado de los productos con THC retenidos hacia sus propios productos basados en CBD. “Imagina esto. Un niño que tiene Lenox Gastaut (Síndrome epiléptico infantil), requería tomar aproximadamente 500ml de aceite al mes, costando cada frasco entre 6.000 y 8.000 pesos, que traducido en dólares son unos 300 o 425 dólares mensuales. Eso ya es un salario de clase media en México. Ah, y con pocos resultados médicos, pues no paliaban las crisis epilépticas como prometía el vendedor privado. Esto, además de afectar a las familias, restó legitimidad al movimiento cannábico. La gente seguía entonces optando por el mercado negro de aceites no-balanceados en sus componentes cannabinoides, que sí eran funcionales y casi un 200% más baratos”, relata Samayoa.
<< Recordemos que el autocultivo, consumo y transporte de cannabis en México está regulado desde el pasado año y la marihuana terapéutica se viene importando desde 2016 >>
Preguntado por las empresas privadas distribuidoras de productos cannábicos, Felipe sostiene que, si bien pareciera que el Estado recibe impuestos de la importación de productos, en realidad las empresas y contratas privadas no tienen relación contributiva con México, no pagan impuestos derivados de su actividad allí, aunque probablemente provengan de un mismo capital financiero. “Esto es una suposición y, sin embargo, hubo corrupción notoria. Por ejemplo, el expresidente Vicente Fox es dueño de una de las empresas que fue beneficiada por este tipo de licitaciones”.
“La revisión de las licitaciones va permitir unos nuevos lineamientos que contemplen todo el espectro del cannabis, medicinal y lúdico. Autocultivo, fumable, comestibles, aceite, pomada, pastillas, comercialización de semillas, exportación e importación. Todo”, asegura Samayoa. “Además, no podemos permitir que suceda lo mismo que en Canadá, donde se regula toda la cadena de producción, pero se criminaliza la cultura cannábica. Por ejemplo, no puedo andar por la calle con una playera procannabis porque cometo una falta administrativa. Esto es en parte porque el estado canadiense dio las riendas de la industria a los grandes capitales, donde los consumidores no podemos expresar qué pensamos de algunos productos. De hecho, en Cadaná, los directivos de estos institutos son policías de alto rango, exfuncionarios de Antidrogas y antiguos agentes de la DEA”.
El tiempo apremia para la revisión de las licitaciones y sus resoluciones. “Tras la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el poder judicial obliga al ejecutivo y legislativo a tratar el tema en un plazo de 90 días naturales para realizar una modificación a la ley. De no hacerlo, se declararía una inconstitucionalidad y tendríamos un boquete legal que traería como resultado un libre mercado. Los legisladores tienen hasta septiembre-octubre para cumplir ese plazo y hasta allá van a llevar la discusión, agotando el plazo. A pesar de ellos, todo indica que en enero de 2020 ya cortamos el listón de arranque en México”.
Felipe Samayoa se muestra optimista y decidido al afirmar que los cannábicos “vamos a ganar”. “Ya lo federal está resuelto, solo falta que nos apoyen los congresos locales. Urge hacer eventos donde invitemos a los representantes locales y a la oposición conservadora, salvando algunos morenistas que quieran apoyar la ilegalidad misma” resume Samayoa. “El prohibicionismo es un ente muy poderoso que se resiste a morir, pero tenemos mucha seguridad en nuestra victoria”, resuelve el activista.