Nombre: Codeína, metil-morfina, Perduretas ™, Codeisan ™, Toseína ™ y otras marcas.
Clasificación: Analgésico narcótico, antitusígeno.
Presentación(es) común(es): Comprimidos, cápsulas o jarabe de origen farmacéutico. No existen registros de codeína fuera de esas presentaciones, si bien tanto ella como su relativa, la etil-morfina (no confundir con etorfina, un opioide de altísima potencia sólo usado con animales), existieron “en polvo y bote grande” en la antigua farmacopea (hace más de un siglo).
Historia: La codeína es un alcaloide natural producido -como la morfina- por la Papaver somniferum o adormidera. Existe en baja proporción (sobre un 3%) entre los alcaloides contenidos en el látex de goma de opio y su efecto, si bien contribuye al de este, es despreciable frente al de la morfina contenida en el mismo producto. Tras el aislamiento, determinación y uso de la morfina como principal analgésico, sedante y antitusígeno y su lanzamiento masivo, que desembocó en casos de adicción a la sustancia (adicción como término médico), el aislamiento y caraterización de la codeína por Piere Jean Robiquet (que también aisló y caracterizó al primer aminoácido descubierto, la asparagina) posteriormente, condujo a su uso como una “morfina con menor intensidad y efectos secundarios” y así ha llegado hasta nuestro días. Es el opiáceo más usado en el planeta debido a su estatus legal más laxo. Su uso de forma recreativa o lúdica ha existido siempre, dado que es el opiáceo de más fácil adquisición, y que en dosis suficientes hace los mismos efectos que la morfina. La popularización de la codeína en la música hip-hop y su entorno ha relanzado el interés, poco justificado farmacológicamente, en esta sustancia para su consumo mezclada con otras bebidas.
Forma, dosis y consejos de reducción de riesgos en su consumo: La codeína tiene un patrón de consumos y riesgos bastante similar al de la morfina oral u otro opioide, y de hecho necesita ser consumida por vía oral para pasar un proceso de transformación hepática y ser activa. Es una prodroga que -en ese proceso- se convierte en morfina, en una cantidad de aproximadamente un 10-12% (así que se puede pensar que la codeína es equivalente -en potencia oral- a una dosis 10 veces menor que en morfina). No se debe mezclar con alcohol ni con otros depresores como benzodiacepinas, si no es por indicación médica (la mayoría de las sobredosis graves con opiáceos se producen por esas mezclas), y el efecto del alcohol sobre el de los opiáceos es especialmente desagradable y productor de vómitos.
El cannabis potencia el efecto de la codeína como de los demás opiáceos narcóticos. Es frecuente, sobre todo en usuarios sin tolerancia, que el consumo de codeína induzca vómitos, con lo que es bueno tener el estómago no muy lleno y un lugar donde -de sentirse necesario- se pueda vomitar. Al mismo tiempo, la codeína -a algunas personas- les produce un especial dolor de estómago y molestias que, como consejo “sano”, suelen desaparecer comiendo un poco de manzana muy masticada en pequeñas cantidades. Tanto codeína como morfina son drogas con propiedades físicamente adictivas, con lo que el usuario hará bien espaciando las tomas en el tiempo si no quiere enfrentarse a una situación de adicción a opiáceos. La codeína es activa por vía oral desde los 20 mgs (puede ser menos según sensibilidad individual) como antitusígeno, y sobre los 40 mgs ya como analgésico para alguien sin tolerancia. Las dosis “medias” de codeína con intenciones psicoactivas rondan los 100-120 mgs para alguien de tipo medio sin tolerancia. No se recomienda tomar más de 240 mgs al día, si bien hay quienes toman varios gramos, especialmente si se usa para evitar un SAO o Síndrome de Abstinencia a Opiáceos, para lo que en dosis grandes es plenamente funcional. Ya que su presentación en el mercado es la de la presentación farmacéutica, aconsejamos que nadie compre en el mercado negro (propulsado por famas y modas temporales) nada que no sea claramente este tipo de presentaciones, de sencilla adquisición por vías legales.
Efectos: sus efectos son muy similares a los del opio o morfina oral, aunque resultan más ligeros y suaves. La sensación con dosis bajas, es casi nula pero evita tos y anula dolores. Con dosis medias, se suele experimentar ya algo de “mareo” y una anagelsia clara, y con dosis altas el efecto es indistinguible prácticamente del de la morfina, en un 10% con respecto a la misma dosis en peso. Los primeros efectos se perciben sobre la media hora y sobre las 4 horas se desvanece tendiendo hacia el sueño. Como con otros opiáceos existe cierta depresión respiratoria en su efecto y es dosis dependiente, con lo que hay que respetar a la codeína como a otra droga que en dosis suficiente, mata de la misma forma que heroína o morfina, aunque dada la cantidad necesaria esto es altamente infrecuente, especialmente sin que haya otras sustancias de por medio. Con dosis altas de codeína es difícil mantenerse despierto o dormido (se “cabecea”), y son marcadamente desagradables para aquellos que no tienen costumbre frente a esta familia de drogas (opiáceos y opioides). Si se busca experimentar, siempre elige la dosis más baja posible y hazlo con supervisión de otros que estén informados.
Riesgos:los riesgos de la codeína son los mismos que los de otros opiáceos, y produce adicción física en quienes las consumen de forma crónica. No está bien establecido el nivel de consumo debe darse para que se establezca una adicción leve (con un síndrome de abstinencia leve, similar a una gripe) pero una vez que se consume a diario más allá de una semana es posible encontrarse reacciones abstinenciales – el llamado mono- cuando se suspende el consumo, más duras cuanto más largo e intenso (en vía de administración y dosis) haya sido ese consumo. Su sobredosis mata por depresión respiratoria que progresa a coma y muerte, y que es reversible con naloxona. Si alguien ha consumido un opiáceo/opioide y se encuentra inconsciente e irreactivo (no se despierta… ante un par de tortas), es el momento de llamar a emergencias.
Estatus legal en España:Regulada la codeína como fármaco de prescripción sin receta de estupefacientes, ilegal en los demás casos. DA POSITIVO EN OPIÁCEOS en los test de tráfico.