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Óxido nitroso

Óxido nitroso

Nombre(s): Óxido nitroso, gas de la risa.

Principio(s) activo(s): Óxido nitroso

Clasificación: Disociativo, anestésico.

Presentación(es) común(es): pequeños cargadores con gas a presión que se usan como propelente en el sifón de cocina. Bombonas de gas licuado de tipo hospitalario o industrial.

Historia: fue sintetizado por primera vez en 1772, y curiosamente adquirió más relevancia como droga lúdica que como droga de uso médico en un principio, ya que se creó la moda entre la clase alta británica de inhalar el gas por sus efectos recreativos. No fue hasta 1844 cuando se usó por primera vez con intención anestésica en manos de un dentista. Hoy día se usa todavía en algunos países -en el dentista- como ansiolítico y coadyuvante de la anestesia. Es el único compuesto inorgánico conocido con efectos psicoactivos.

Forma, dosis y consejos de reducción de riesgos en su consumo: para consumir óxido nitroso mediante cargas de cocina (que contienen unos 8 gramos de gas cada una) es necesario el dispositivo que permite “pinchar” dichas cargas. Nunca se debe pinchar con otro objeto una carga de gas comprimido porque lo que conseguirás es que el contenedor del gas salga disparado como una bala sin control. Nunca se debe aspirar gas directamente de un dispositivo ya que puede causar daños por congelación, dado que al salir produce una temperatura muy baja. Lo común es, una vez vaciada la carga en un sifón de cocina, usar un globo como recipiente final donde vaciar el gas antes de inhalarlo. Si se toma de una bombona industrial u hospitalaria con mascarilla, es necesaria la mezcla con oxígeno para no provocarse una asfixia, mientras que con los globos existe la ventaja de que, si quedases inconsciente por el efecto o un gran consumo, no seguirías inhalando gas. No mezclar con alcohol o con otros depresores, benzodiacepinas u opiáceos.

Efectos: el gas de la risa tiene efectos de elevación del ánimo, ganas de reír, distorsión del sonido ambiente, un estado de euforia con cierta capacidad para producir alteraciones visuales y generar visiones -sobre todo en dosis altas- y la alteración de la percepción que se vuelve onírica (como si estuvieras en un sueño). También se produce una pérdida de destreza, junto con pérdida del equilibrio y de coordinación motora, así como analgesia y reducción de la respuesta a estímulos externos. Con consumos fuertes se producen nauseas o vómitos con más facilidad, y consumos crónicos provocan deficiencias vitamínicas.

Riesgos: el principal riesgo del consumo de gas de la risa es la asfixia por falta de oxigeno en lo que inhala la persona, que depende del modo de administración, siendo más peligroso administrarlo mediante mascarilla que mediante globos -en su uso lúdico- y que al mismo tiempo resulta la forma más común de administración. El consumo crónico tiene efectos negativos sobre la salud, produciendo una inactivación de la vitamina B12 que produce daños nerviosos.

Estatus legal en España: legal como propelente de cocina, regulado en el uso médico.

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