Nombre: Hongos psilocybe, hongos mágicos, monguis, psilocybes, trufas o “piedras filosofales”.
Principio(s) activo(s): psilocina, psilocibina como prodroga de la psilocina, y otros alcaloides -en algunas variedades- en menor proporción, como la baeocistina y la norbaeocistina.
Clasificación: Enteógeno, psiquedélico.
Presentación(es) común(es): setas de diversas especies que producen psilocibina, secas o todavía frescas y en forma de trufa, que es un esclerocio del hongo, o una masa compacta de micelio con nutrientes.
Historia: el uso de hongos psilocibe, cuya presencia está extendida por todo el planeta, está bien establecida en la América donde llegaron los españoles, existiendo pruebas de su uso desde al menos un milenio y medio antes, aunque se presume que sus primeros usos fueron en el mesolítico por su reproducción en ciertas pinturas y eso los situaría en decenas de miles de años antes de la era cristiana. Su uso fue reprimido por la iglesia católica en América, perviviendo oculto hasta que en 1955 el etnomicólogo y banquero Robert Gordon Wasson consiguió asistir a una “velada” celebrada por la chamana María Sabina, en la Sierra Mazateca en México. De aquella experiencia surgió un artículo, publicado en la revista “Life” en 1957 titulado “En busca de los Hongos Mágicos” que hizo que una generación de jóvenes emprendiera en los años 60 el turismo a esos lugares buscando la experiencia con esos hongos. También de ese encuentro salieron esporas que un micólogo francés consiguió reproducir en su laboratorio en Europa, y que enviadas las muestras aAlbert Hofmann -padre de la LSD- sirvieron para determinar los compuestos activos -gracias a la predisposición del químico a experimentar él mismo con fracciones de dichos hongos- como psilocina y su ester fosforilados psilocibina. En los años siguientes, Albert Hofmann realizó una visita a la chamana mazateca y le llevó consigo el compuesto que él identificó como responsable del efecto, realizando todos una “velada” con píldoras, que si bien en principio la curandera dijo que no hacían efecto, al subir la dosis de las mismas comprobó que “la medicina prácticamente tenía el mismo efecto que los hongos”. Es la primera ocasión conocida de la historia en que un descubrimiento que surge del conocimiento etnofarmacológico de los pueblos indígenas llegaba al conocimiento occidental y volvía, en forma de píldoras con el compuesto sintetizado a quien facilitó el conocimiento. María Sabina dijo que guardaría las píldoras, de “Indocibina” del Laboratorio Sandoz, que Hofmann le regaló para cuando los hongos no estuvieran disponibles -de forma natural- para ayudar a la gente con su medicina. Actualmente estos compuestos son objeto de estudio para males como las migrañas o la depresión resistente, así como para otros usos de reducción de la ansiedad y facilitación del proceso en personas que se encuentran en un proceso terminal.
Forma, dosis y consejos de reducción de riesgos en su consumo:los hongos y las trufas se consumen por vía oral, bien comiéndolos directamente o bien mezclados con algo de comida para enmascarar el sabor ocre que tienen. La potencia de los hongos puede variar dramáticamente entre especies, incluso pueden cambiar de un lote a otro de la misma variedad, por lo que siempre es recomendable para quien haya decidido consumirlas que primero pruebe hasta conocer la potencia del hongo con dosis bajas hasta tener una estimación de la cantidad que sea razonable. Tomando como ejemplo la Psilocibe cubensis en peso seco, que es un hongo de potencia media en psilocibina/psilocina, las dosis comienzan en ¼ de gramo como dosis umbral, entre ¼ y 1 gramo como dosis ligera, entre 1 gramo y 2’5 gramos una dosis media, siendo las fuertes de entre 2’5 a 5 gramos, y a partir de los 5 gramos son dosis muy fuertes. Los consejos de reducción de riesgos se centran en sus efectos psíquicos, ya que no existen casos conocidos de sobredosis mortales en adultos. La experiencia con psiquedélicos puede ser mucho más intensa de lo esperado, por lo que contar con la presencia de otras personas en un entorno seguro y cómodo ayudará a sobrellevar los momentos difíciles que se puedan presentar en un viaje de setas de esta clase. Si estás tomando medicación psicoactiva, te sientes mal de ánimo o crees por cualquier razón que no es buena idea tomar las setas, entonces lo mejor que puedes hacer es no tomarlas y aplazar el momento para el futuro.
Efectos: Los efectos del consumo de hongos psilocibes o trufas comienzan relativamente pronto, normalmente antes de los 30 minutos y no más tarde de 60 minutos en condiciones normales, antes si el estómago está vacío -lo que se recomienda- y antes si uno se dedica a masticarlos en la boca largo rato, a pesar del sabor, por la parte de alcaloides que se absorben por la mucosa bucal. Sus efectos son similares a los de la LSD o los cactus con mescalina, siendo un psiquedélico-enteógeno con propiedades también de relajación muscular y con una gran capacidad para producir visiones, especialmente con los ojos cerrados. Como con otros psiquedélicos, uno sufre una fuerte alteración de los procesos comunes de pensamiento, y con los hongos una fuerte alteración del sentido del tiempo que muchas veces se manifiesta en “bucles temporales” que la persona experimenta y de la que siente no poder salir. Las visiones suelen ser más orgánicas que con otros psiquedélicos y todo se suele percibir con una fuerte alteración de la percepción de los colores, brillo e intensidad. Ante unos efectos demasiado intensos, es buen recordar que la experiencia -por muy molesta que sea- acabará pasando en unas horas, siendo la duración de los efectos de estos compuestos en el cuerpo de unas 5 horas de duración.
Riesgos: la psilocibina y los demás compuestos activos de estos hongos, no son compuestos adictivos ni se conocen casos de sobredosis letal en adultos por el uso de estos hongos. Sus principios activos ni induce el deseo de repetir en animales de experimentación sino que provoca aversión al compuesto. Los mayores riesgos derivados de consumir hongos con psilocibina se derivan de sus efectos psíquicos, que pueden llevar a situaciones que superen las capacidades y expectativas de la persona, pudiendo generar como otros compuestos similares reacciones de de despersonalización, desrealización y pérdida del ego, que en personas susceptibles de sufrir enfermedades mentales como la esquizofrenia, pudieran ser el desencadenante de la condición o de un brote puntual. No tomes hongos con psilocibina si tomas medicación psicoactiva, neurolépticos o ansiolíticos, antidepresivos o IMAOs. El consumo de setas, no cultivadas y recogidas del medio natural, siempre lleva el riesgo de la mala identificación del ejemplar: nunca comas setas que no estés seguro de su identificación o de que un experto lo ha hecho correctamente, y en caso de duda, es preferible desecharlas.
Estatus legal en España: Ilegal como compuestos, ilegal la venta de la seta en seco, no reguladas (alegales) las setas frescas y las trufas (esclerocios), legales las esporas y los panes para cultivo de psilocibe.