Por Eme
La mejor forma de maximizar tu cosecha. Del cannabis se aprovecha todo.
Para extraer los tricomas de los restos de la cosecha o de cogollos, existen distintos métodos pero vamos a centrarnos en los más comunes. El hachís o aceite que se obtiene a partir de estas extracciones supera en calidad al del mercado negro.
Después de cosechar y secar nuestras plantas, llega el momento de decidir lo que haremos con la hierba. Mientras hay quienes optan por fumarse los cogollos, otros gustan más de saborear un buen hachís casero. Para la elaboración casera de hachís se suelen emplear los restos secos de la manicura y los cogollos bajos de las plantas, pero el mejor hachís siempre se obtiene de los cogollos más grandes de las puntas. El hachís resulta de recoger, amasar y prensar las cabezas de los tricomas, esas glándulas resinosas que recubren gran parte de los cogollos y hojas de nuestras plantas.
Vamos a aprender las principales técnicas que tenemos para extraer la resina de nuestros cogollos, o bien de pequeños restos de las hojas más próximas a éstos. En todos esos restos de hojas y cogollos minúsculos de la parte baja de la planta, que parece que ya no nos sirven para nada, todavía quedan restos de resina que podemos extraer y aprovechar.
Hay varias formas de realizar una buena extracción de resina, tanto en seco, como al agua. Aunque vamos a repasar varios procedimientos, por su comodidad y rapidez te recomendamos que utilices unas buenas mallas de extracción con una lavadora de extracción y podrás comprobar tú mismo lo sencillo que es recolectar todo el de THC de tu cultivo.
Históricamente la elaboración del hachís ha sido artesanal, con métodos marcados por el tipo de vida de las gentes que trabajan la tierra. En algunas zonas el hachís se sigue extrayendo de las plantas frescas frotando con las manos suavemente los cogollos y hojas, y cuando los dedos están llenos de resina, se frotan sobre un plato para obtener bolitas que serán amasados hasta formar una bellota más grande. Se pueden obtener diferentes calidades de charas dependiendo del contenido de materia vegetal.
En la actualidad, son varios los métodos que se utilizan.
EXTRACCIÓN EN SECO
Entre los diferentes sistemas en seco podemos diferenciar los manuales y los mecánicos.
Recolección Manual
Es la técnica milenaria que hemos descrito y que aún hoy se practica en zonas de Asia como en Nepal: consiste en frotar las manos por los cogollos y mediante la fricción sacar la resina de nuestras manos. Hay a quienes no les gusta esta técnica porque resulta engorrosa.
Tamiz
Método usado durante miles de años en países como Marruecos: consiste en triturar y “filtrar” los restos de cogollos u hojas secas a través de mallas finas. Se extrae resina de buena calidad, aunque tiene el inconveniente de que puedan pasar restos vegetales a través del tamiz.
* Existen varios productos comerciales para extraer resina de cannabis en seco, como pantallas tamiz, cajas con tamiz o mallas enmarcadas para serigrafía, que resultan perfectas para el cribado y tamizado de la resina a mano. Se componen de una malla bien estirada fijada a un marco de madera o de metal. El mejor lugar para tamizar nuestra hierba es sobre una mesa de cristal o una superficie lisa y poco porosa donde no pueda quedar pegada la resina.
Productos como Secret Shaker o Hash Shaker son un invento similar, que se ha hecho un hueco entre los consumidores por su sencillez, tamaño y precio. Se trata de un par de tubos de PVC que encajan el uno en el otro con dos tapas para cerrar los extremos y un cedazo bien tensado en el interior. Se introduce la hierba por uno de los lados (normalmente el lado con tapa de rosca) junto con una pieza pequeña sin aristas como una moneda o una canica, y se mueve enérgicamente de arriba abajo. En función del tiempo y la fuerza que empleemos para batir, obtendremos distintas calidades del producto.
Si nos decantamos por este procedimiento encontraremos en el mercado cajas 00 Box, cajas Tan Tam para extracción en seco, Roller Extractors, Quick Grinders…
Extracción Mecánica
Los modernos sistemas de extracción mecánica facilitan el trabajo y reducen el tiempo de extracción. El Pollinator es el más popular. Pero existen en el mercado otros modelos basados en el tamiz motorizado, como Top Zeef o Secret Box. Para ver su funcionamiento es recomendable ver el siguiente vídeo:
Todos estos métodos, producen también restos resultantes de la hierba tamizada, que se pueden congelar para someterlos después a una extracción con agua fría y aprovechar así parte de la resina que queda.
EXTRACCIÓN CON AGUA
Este método fue inventado en los años 70 por Neville, pero fue con el método de Sadu Sam con el que logró llegar al gran público al ser incluido en el libro ‘Hashish’, publicado por Robert Connell Clarke.
En este manual se recogen las diversas y novedosas técnicas de extracción de hachís, entre las que se detalla el “secreto de Sadu Sam”, el célebre californiano que impulsó el uso del agua fría para separar la resina de los restos de materia vegetal. Este procedimiento funciona siguiendo un principio muy simple: enfriar las glándulas de resina (o tricomas) para que se endurezcan y poder separarlas fácilmente de la materia vegetal. Este sistema garantiza la extracción de un producto de máxima calidad y pureza, un hachís limpio que burbujea al ser quemado en pipa y que prende sin dejar casi residuos.
Originariamente la técnica se basaba en la diferencia de densidades, aunque actualmente ha avanzado al ayudarse de tamices de distintos diámetros, que ayudan a separar las distintas calidades de la resina. Los grosores o micrajes más utilizados son: 38-45µ, 60µ-75µ, 90µ-120µ, 150-180µ y 220µ.
*Existen varios productos comerciales para extraer resina de cannabis con agua y hielo, los más conocidos son las bolsas con malla o las lavadoras para extraer resina en seco, con un mínimo esfuerzo.
Las lavadoras en frío trabajan eficientemente: una vez arrancan, en pocos minutos extraerán el polen al fondo de la caja. Podrás utilizar incluso las hojas de la cosecha. Estas lavadoras te permiten un uso sencillo con diferentes micrajes de las mallas Secret Icers para completar tu extracción (recambios de 2 mallas, con micrajes de 190µ y 45µ; recambios de 3 mallas, con micrajes de 190µ, 70µ y 25µ; y recambios de 5 mallas, con micrajes de 190µ, 120µ, 45µ, 70µ y 25µ).
Este modelo es adecuado para un máximo de 150 gramos de material vegetal seco en una sola vez. Conseguiremos que los cogollos no se desahoguen tanto como con una batidora y conseguiremos una extracción mucho más limpia y rápida.
Para hacer tu propio hachís, solo tendrás que añadir agua a la lavadora (si puede ser destilada saldrá mejor sabor), introducir hielo y esperar a que el agua llegue a unos 2º. Cuando lo tengas, saca los hielos y mete tus restos de hierba, previamente congelados, en la malla pirámide e introdúcelos en la lavadora. Una vez acabado el programa, deberemos desaguar el agua con la manguera de la lavadora, al cubo previamente preparado con las mallas Secret Icer. Con la lavadora, sacarás bastante más cantidad que haciéndolo con una batidora. No olvides de limpiar todo (lavadora y mallas) para alargar la vida del producto.
Otra opción a nuestro alcance es realizar la extracción al agua sin lavadora mediante el uso de las mallas Secret Icers. Para ello debemos colocar la malla fina en un cubo y después poner la bolsa de malla gruesa dentro de la malla mediana, y ambas dentro de la malla fina. Después llenaremos un cubo con unos 15 cm de agua muy fría, sin dejar pasar el aire. A continuación, añadimos una capa de hielo, y sobre ella el material vegetal, para añadir nuevamente otra capa de hielo. Tras dejarlo reposar 15 minutos usaremos una batidora y removeremos la mezcla lentamente durante 15 minutos más. Una vez lo agitemos, el material reposará en el fondo del cubo; entonces repetiremos esta operación 4 veces. Finalmente extraemos la bolsa gruesa y la mediana y las escurrimos. Lo mismo haremos con la malla fina y las glándulas de resina quedarán dentro de la malla. Las glándulas de resina las tamizaremos sobre un plato con cuchara y colador y las cambiaremos a un recipiente seco, para volver a tamizarlas pasadas 12 horas. Nuevamente dejamos reposar otras 12 horas, volvemos a tamizar y amasamos. ¡A disfrutar!
Manicurado, secado y curado, un trío ganador
Independientemente del método escogido, para obtener una buena calidad en nuestras plantas de marihuana, deberemos haber utilizado correctamente los fertilizantes y haber sido cuidadosos con otros factores durante el cultivo, pero unas de las fases más importantes para conseguir una marihuana de calidad son el manicurado, secado y curado.
Se le llama manicura a la eliminación de esas hojas repletas de resina que sobresalen de los cogollos para dejarlos limpios y después proceder a su secado y curado. De estas hojas nos detendremos en las que tienen tricomas para después extraerlos con diferentes metodologías en forma de aceite o de hachís. Dejaremos secar estas hojas y nuestros cogollos.
El secado de los cogollos del cannabis es una fase importante para potenciar los efectos psicoactivos de la flor ya que durante el secado se producen diferentes procesos químicos en el cogollo. El THC de la planta no es activo cuando permanecen húmedas las flores.
Mientras, si se produce un secado con luz y en menos de dos semanas, el THC se convertirá en Cannabinol (CBN), que es menos psicoactivo que el THC. Por contra, un secado lento y con poca luz, tenderá a mantener el THC en niveles superiores. Esta alternativa sólo tiene un inconveniente, que es el riesgo de una posible aparición de hongos que inutilizarían nuestra cosecha. Para evitar la aparición de estos organismos, debemos mantener una ventilación adecuada.
El curado es opcional y hay costumbres para todos los gustos: hay quien deja curar las hojas, como se hace con los cogollos, para después realizar los procesos de extracción, y quien una vez secas se pone en marcha. ¿Por qué? Hay ciertos cannabinoides que se transforman durante el curado, como el THCA (no activo) en THC (activo). Los restos recién secados también contienen THC, pero hay otros componentes como el THCA que no se transformarán.
Un error frecuente en los principiantes es prensar la resina antes de que se haya deshidratado. Para asegurarnos de que las resinas quedan secas, antes de amasar y prensar el material, conviene esperar entre siete y diez días. Existen muchos métodos para amasar estos tricomas y obtener un buen hachís. Para lograrlo conviene informarse con tutoriales que plasman visualmente los distintos procedimientos.