Por Dr Fernando Caudevilla
Tercera entrega del artículo del Dr. Fernando Caudevilla sobre los riesgos asociados al consumo de cannabis, enfocada a los efectos sobre el sistema reproductor y el embarazo.
Puedes consultar la primera entrega aquí, y la segunda aquí…
4.- Efectos sobre el sistema reproductor:
En animales de experimentación, el cannabis produce alteraciones en las hormonas sexuales masculinas y femeninas (OMS, 1997; Wenger et al 1992; Treinen et al 1993; Murphy et al 1994). Sin embargo, las dosis y las pautas de administración que se utilizan en estos experimientos (en los que se administran megadosis de cannabinoides a ratas o cobayas) no son indicativos que estos efectos sean extrapolables a humanos.
En humanos, algunos estudios han mostrado alteraciones en ciertos parámetros relacionados con la fertilidad (número y volumen de espermatozoides, disminución de los niveles de hormonas sexuales masculinas y/o femeninas, alteraciones de la movilidad de células sexuales…). La mayoría de estas alteraciones suelen ser discretas y no parecen suficientes para explicar por sí solas un problema de infertilidad. Además no siempre se repiten en todos los experimentos y, de hecho, ni siquiera puede afirmarse con total seguridad que el uso de cannabis sea su causa.
Existen más motivos para dudar que el cannabis tenga una repercusión significativa a nivel hormonal. En las distintas sociedades que componen la población mundial existen patrones de consumo muy distintos de cannabis. Si su uso tuviera un impacto significativo en la fertilidad humana, cabría esperar por ejemplo que los esquimales fueran más fértiles que los nativos de otras latitudes en las que el uso de cannabis es mucho más común. El consumo de cannabis en las sociedades occidentales se ha incrementado en las últimas décadas y ningún servicio de Salud Pública y Epidemiología en el mundo ha detectado disminución en la fertilidad humana achacable al uso de cannabis.
Así, no existen evidencias sobre la relación entre el uso de cannabis y la infertilidad en humanos y así lo reconocen las guías clínicas más importantes sobre el tema (Hall et al, 1994; Murphy et al, 2001; House of Lords 1998). Cabría considerar dos excepciones, al menos a nivel teórico. La primera de las circunstancias sería el uso de marihuana por adolescentes antes de la pubertad. Es muy poco probable que el uso de cannabis tenga repercusiones sobre el sistema reproductor de un adulto, pero los datos de investigación básica sugieren que es posible cierto efecto en prepúberes. Esto no implica daño irreversible, ni afectación en todas las personas pero sería un motivo más para no recomendar el uso de hachís o marihuana a adolescentes jóvenes que no han terminado su desarrollo madurativo.
Por otra parte, es posible que determinadas personas puedan ser por motivos genéticos más sensibles a este tipo de efectos. O que en una pareja con dificultades para conseguir un embarazo por cualquier motivo, el uso de cannabis pueda ser un factor más que contribuya a esta dificultad. En ese sentido y en el contexto del estudio de un caso de esterilidad sí puede ser adecuado aconsejar la abstinencia de cannabis al menos durante el tiempo que dure la evaluación médica.
5.- Cannabis y embarazo:
Con respecto al embarazo, hay grandes dificultades metodológicas para conocer la cantidad de cannabinoides que pueden llegar al feto, lo que hace difícil la interpretación de los efectos del cannabis en este sentido. Sí se conoce que los cannabinoides son muy liposolubles (atraviesan bien las membranas biológicas) y que los receptores de cannabinoides se expresan en tejidos importantes para el desarrollo fetal como el Sistema Nervioso Central y el Sistema Inmunológico.
Se ha señalado que los hijos nacidos de fumadoras de cannabis presentan un menor peso al nacer, lo que puede estar parcialmente relacionado con el hábito de fumar tabaco. Se han señalado también déficit cognitivos leves que persisten hasta 24 meses después del nacimiento (Fried et al 1998) y alteraciones inmunológicas de significado incierto (Ammenheuser et al, 1998) aunque los estudios son discutibles en cuanto a su metodología y conclusiones. No existen evidencias de que el uso de cannabis pueda provocar malformaciones fetales. Pero en cualquier caso y con el objetivo de asegurar el bienestar del feto, el sentido común indica que es imprescindible abstenerse de utilizar cualquier fármaco o droga durante el embarazo si no es estrictamente necesario y por indicación médica.
Así, el uso de cannabis durante el embarazo (e idealmente durante las semanas o meses previos a la concepción) debe considerarse formalmente contraindicado.
Muy pronto la cuarta y última entrega de la serie…