Nadie en los Estados Unidos podía imaginar que un estado tan conservador como Texas pudiese avanzar hacia la legalización de la marihuana en todos sus usos, tanto terapéuticos como lúdicos.
Hasta ahora, la simple posesión de marihuana podía llevarte a la cárcel de 6 meses a cadena perpetua, o a ser sancionado con multas de entre 2.000 y 50.000 dólares, dependiendo de las cantidades que se te incautasen. Poca broma.
Pues bien, el Texas House Criminal Jurisprudence Committee aprobó el pasado Miércoles un proyecto de ley para la plena legalización del cannabis, dando un giro sorpresa a los acontecimientos y marcando un hito histórico al abrir la posibilidad de convertirse en el quinto estado norteamericano que legaliza la marihuana.
Los votos de dos republicanos, que se unieron a los tres demócratas que apoyaban la propuesta, dieron una victoria por 5 votos contra 2 para aprobar la propuesta. La decisión se produjo tan sólo dos días después de la votación a favor de un proyecto de ley para despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana, la primera vez que una propuesta de este tipo salía adelante en una comisión legislativa en Texas (y el último intento tuvo lugar en el año 2008).
La propuesta todavía tiene que superar algunos obstáculos para convertirse en ley en las sesiones legislativas de este año, pero el simple hecho de que tanto Demócratas como Republicanos apoyasen la moción, y que ésta siga adelante en el proceso, ya lo convierte en un hecho histórico y en un gran paso hacia el futuro.
Llaman la atención, y mucho, las declaraciones del republicano y ultra conservador David Simpson, apoyado por el Tea Party, quien hace un mes declaraba en un artículo de opinión: “no creo que cuando Dios creó la marihuana cometiese un error que el gobierno tenga que corregir”.
La votación final se produjo tras una pequeña variación de la propuesta para dejar bien claro que el consumo de marihuana seguirá siendo ilegal para los menores, excepto con la supervisión de sus padres.
Fuente: Chron.com