La DEA (Drug Enforcement Administration), es decir, la Administración para el Control de Drogas Estadounidense, acaba de anunciar, a través de su nuevo director Chuck Rosenberg (antiguo administrador del FBI), que la agencia dedicada a la lucha contra las drogas y el contrabando dejará de centrarse en la persecución de la marihuana y de sus usuarios para mejorar los procedimientos de clasificación, desclasificación o reclasificación de las sustancias prohibidas o reguladas.
Un paso adelante que responde a todos los avances que están teniendo lugar en los Estados Unidos en relación a la regulación del cannabis y de sus usos terapéuticos y lúdicos. Una noticia estrechamente relacionada con la renuncia de la anterior directora de la DEA, Michele Leonhart, tras varios escándalos que relacionaban a agentes de la DEA con tráfico de drogas y prostitución.
Este pequeño paso hacia el final de la prohibición, supone también un interesante cambio de postura y de enfoque en la guerra contra las drogas llevada a cabo por los Estados Unidos. Desde luego, veremos pocos cambios efectivos, o mejor dicho eficaces, frente a los abusos y a la violencia asociada al tráfico de drogas, ya que a pesar de lo positivo de la noticia, hay que hacer una segunda lectura, y es que los usuarios de otras sustancias, como la heroína, la cocaína y otras muchas drogas, serán los siguientes en estar en el punto de mira de la DEA.
Así que cambian en parte los actores, pero la película sigue siendo la misma. Pero es innegable, que es una buena noticia para los usuarios de cannabis en los Estados Unidos.