Por Myta
Seguimos este recetario de cocina cannábica con otro plato sencillo, de esos que van de menos a más, un plato que bien podría tomarse en Navidades porque conjuga una buena carne de caza y una elaboración original.
La carne de perdiz, más dura que la del pollo por ejemplo, se hornea durante bastante tiempo con una gran cantidad de salsa para romper dicha dureza.
Ingredientes (para dos personas)
- 2 perdices (tamaño medio)
- 20g de mantequilla cannábica
- 125g de gajos de mandarinas
- 2 tazas medianas de caldo de verduras
- 2 cucharadas pequeñas de salsa de soja
- 35g de miel
- 1/2 vaso de zumo de mandarina
Lava y limpia muy bien las perdices, quitando todo resto de plumas y partes que pudieran estar más feas a la vista como el cuello. Sécalas con papel de cocina. Sazona y coloca sobre la bandeja del horno una vez esté engrasado con nuestra mantequilla. Pinta las perdices con el sobrante de la misma y mete en el horno una vez precalentado a 180º. Deja hornear durante 30 minutos.
Pelamos y cortamos las patatas para sumarlas a la carne una vez hayan pasado 15 minutos. El tamaño de corte va al gusto, aunque tenemos que tener en cuenta que cuanto más grandes, más tiempo de horno necesitan. Las patatas chascadas se refiere al tipo de corte. Este tipo de corte se usa mucho para guisos, y nuestro plato, aunque está hecho al horno, queda medio guisado por la cantidad de salsa utilizada. Introduces el cuchillo en la patata y luego haces palanca para se termine de cortar partiéndola. De esta forma suelta el almidón al cocerse espesando un poco el caldo sin llegar a deshacerse.
Mientras se hacen las perdices junto con las patatas salpimentadas, vamos haciendo la salsa. Para ello pondremos en el vaso de la batidora los gajos de mandarina cortados y las tazas de caldo. Añadimos el vaso de zumo de mandarina, la soja y la miel. Seguimos batiendo.
Una vez esté fina la salsa, la ponemos a fuego lento y removemos hasta que quede espesa. Si vemos que no acaba de coger cuerpo, añadimos un poquito de harina. Apartamos la salsa y volvemos con la carne. Ya debe estar un poco dorada, así que vamos añadiendo poco a poco la salsa dejando que caiga por las perdices para que se vaya caramelizando durante unos 45 minutos. Hay que ir pinchando las patatas para asegurarnos que no queden duras.
Emplatamos la perdiz con unas suculentas patatas bien colocadas, echamos salsa por encima y decoramos con una hojita de nuestra querida planta a modo de estandarte. Espero que os haya gustado este delicioso plato. ¡Hasta la próxima!