Por Adhara Star
El Rosin es una técnica que está causando furor en la red y en poco más de dos meses ha llenado Youtube de videos en los que los “dabeadores” de cannabis de diferentes países te enseñan a hacerlo. Para resumir, consiste en vaciar los tricomas de resinas psicoactivas a través de presión y calor.
Sí, el Rosin se dabea. Probablemente si no estás familiarizado con los aceites de hachís (hash oil) no conozcas esta palabra, es la que utilizamos para referirnos a vaporizar uno de estos aceites mediante un soporte (clavo o cazoleta) que pondremos al rojo vivo normalmente con un soplete. ¿Ya te va sonando más, verdad?
Últimamente este tipo de aceites están llegando fuerte a nuestro país, mayormente de la mano de los CSC que pueden ofrecer más variedades de productos al usuario. Sin embargo este formato de extracción se diferencia mucho del conocido BHO (Butane Hash Oil), no sólo por que carece de peligrosidad en la elaboración, sino también porque es un método rápido, sencillo de hacer en casa y sin solventes. Lo que quiere decir que no requiere de un paso de purgado, como ocurre con el BHO, el QWISO (extracción con alcohol isopropílico), QWETO (extracción con etanol) u otras variedades de aceites.
El Rosin no es una técnica nueva, ha sido usada en pasadas décadas para convertir hachís de calidad media en aceites exquisitos prácticamente de lujo para el que pudiera permitirse fumarlos. Antes simplemente se dejaba extender el hachís en una superficie metálica con agua hirviendo debajo, sin embargo el principal cambio y el factor que ha hecho al Rosin una locura viral, es la herramienta que ha hecho posible extraer éste directamente de los cogollos. Esto es, una plancha del pelo.
Eso es, mediante una plancha del pelo (lo que ha desencadenado muchas peleas, recomendamos que no se la robes a tus familiares de pelo largo, sino que adquieras la tuya propia para evitar este tipo de conflicto. Love and peace.) es sencillo conseguir un aceite de la mejor calidad, sabor y potencia que los fumetas más aguerridos podemos llegar a fumar -o en este caso dabear-.
Y sin más dilación paso a explicaros el método, si no tenéis ya con vosotros esa plancha que os acabo de pedir que no hurtéis, estáis tardando. Estos son los utensilios que necesitaréis.
– Una plancha del pelo
– Papel de horno antiadherente
– Marihuana en cogollos o cualquier tipo de hash o polen.
– Un dabber o cualquier instrumento metálico fino, como un alfiler.
– Paño, manopla o similar para evitar quemaduras.
PASO 1: Seleccionar el producto base.
Este paso es muy importante porque el Rosin obtenido varía mucho según la variedad de cannabis y el formato del que provenga. En el caso de los cogollos, el “recovery” o sea, el porcentaje de masa de aceite que vamos a sacar en relación a la masa de cannabis usado, varía considerablemente en función a la variedad. Parece ser que el principal factor a tener en cuenta al elegir un cogollo es la cantidad de resina que podemos apreciar a simple vista. La calidad siempre parece asegurar más cantidad de rosin de vuelta.
En el caso del Rosin de hash, cuanto más puro sea este, mayor cantidad de rosin obtendremos en el recovery. Mientras que el recovery de los cogollos suele variar entre un 8% y un 17% , el recovery de hash suele ascender al 80%, dejando muy poco residuo detrás y en el caso del bubblehash casi ninguno.
Truco:
Si vas a usar cogollos, la humedad es importante, hidrátalos metiendolos en un recipiente cerrado junto con un recipiente más pequeño con agua y abierto. Intenta que no se mojen los cogollos, en una o dos horas podrás apreciar una gran diferencia.
Si vas a usar hash, es muy recomendable que lo envuelvas todo lo apretado que puedas en una malla de 25 o 50 micras que puedes encontrar en los grows para hacer hash. Si no puedes encontrarlas, muchas personas usan bolsas de té vacías, aunque pueden dejar residuos en el rosin en algunas ocasiones. Comprime siempre todo lo que puedas el hash en la bolsa.
PASO 2: Cortar el papel en rectángulos.
Tenemos que tener listos los papeles antiadherentes para cuando empecemos a aplastar cogollos, una vez los tengas seleccionados, corta el papel en rectángulos que al doblarse por la mitad envuelvan por lo menos con dos centímetros el cogollo. Ya irás calibrando qué distancia real necesitas con cada variedad al empezar a prensar.
En el caso del hash tendrás que dejar mucho más espacio, de al menos el doble y en función de las cantidades que vayas a prensar, que suelen ser mayores. El aceite va a salir “volando” despedido del núcleo donde está la sustancia, así que ve preparado y no dejes que se te escape nada a la plancha.
Truco:
No todos los papeles antiadherentes son iguales, si ves que el papel queda manchado, (la mayoría de las veces de amarillo) que el Rosin traspasa de un lado a otro, o simplemente que consigues muy poco, seguramente tu papel esté absorbiendo el Rosin; busca otro papel de horno. En algunos grows podrás encontrar un papel antiadherente expresamente para extracciones y ese puede ser muy útil para el Rosin.
(Que a nadie se le ocurra usar ninguna herramienta de silicona para elaborar rosin, por favor.)
PASO 3: Calentar la plancha.
Las temperaturas óptimas están entre los 100 y los 150 grados centígrados para hacer Rosin. A más temperatura menos tiempo necesitaremos para obtenerlo, pero también nos exponemos a perder algunas sustancias o incluso evaporarlo por completo si llegamos a los 170Cº o superior.
La mayoría de las planchas no te indicarán las temperaturas que manejan, pero las que tienen reguladores probablemente lo especifiquen en la caja o instrucciones. Si no tienes control de temperatura, no dejes que tu plancha se caliente demasiado, empieza a prensar antes y apágala a menudo.
PASO 4: Prensar fuerte.
Aquí viene el Rosin. Con el cogollo o el hash dentro del papel bien dobladito y con cuidado de no quemarte, ponlo entre las dos placas de la plancha, manteniendo una parte del papel fuera para separarlo rápido y aplica fuerza para cerrar la plancha. Intenta siempre que el material esté en un lugar dónde reciba presión por las dos partes de la plancha, a más presión más recovery, sobre todo en el caso de los cogollos.
El tiempo de prensado es inversamente proporcional al calor de la plancha, si está muy caliente en 3 segundos será suficiente, si está baja de temperatura puedes estar apretando hasta unos 16 segundos (en el caso de estar sobre 100/110Cº) y obtendrás un Rosin menos oscuro.
Muchos usuarios de internet usan herramientas mecánicas para llevar al extremo sus planchas, yo la mía directamente la piso. No lo hagáis si pasáis de los 60 kilos, muchas veces con la fuerza de las manos (siempre cubiertas por un paño que aisle del calor a lo manopla de cocina) es suficiente para obtener mucho Rosin, sobretodo en planchas que ya de por sí permiten mucho contacto y presión.
Truco:
El tamaño de los cogollos es muy importante, a menor tamaño más Rosin, pero también perderemos más tiempo prensando. Para estos casos están muy bien las planchas anchas, así como para hacer grandes cantidades de Rosin de hash. En ellas puedes situar a la vez más de un cogollo, pero debes colocarlos siempre del mismo tamaño y altura (calibre) y bien separados de manera que la presión sea uniforme y no la apliques sólo a uno de ellos.
PASO 5: Despegar y recoger.
No es obligatorio que lo hagas justo después de haber planchado, de hecho es recomendable que dejes el papelito en un lugar a enfriar y vuelvas a prensar el cogollo una segunda vez en otro papel o directamente planches otro. Después de tu sesión de “ordeño de tricomas” puedes proceder ya sí a ver los frutos, abriendo uno a uno los papelitos y recolectándo el néctar con una pequeña superficie metálica. Lo recomendable es rallar suavemente un poco por encima del papel y así harás que todo el Rosin se pegue en el extremo con el que ralles. Si ves que el Rosin está muy líquido busca un papel en el que lo esté menos y empieza recolectando ese e intercalándolo con el más líquido.
Truco:
Enfría el Rosin. El Rosin se hace duro y muy manejable al enfriarlo, lo recogerás en un santiamén si usas una superficie fría como una botella de líquido congelado, una lata muy fría, o simplemente acercándolo a una fuente de frío. Frota el papel por la parte que no tiene Rosin contra la superficie y ponlo horizontal para recoger tus “cristalitos” de Rosin, y cuidado que no salgan volando en el fervor de la alegría por lo rápido que recoges.
PASO 6: ¿Ya te lo imaginas no?
Ahora que tienes tu Rosin, ¿qué vas a hacer? Unos pocos locos deciden guardarlo. Aunque dabear suele ser la opción compulsiva de la mayoría de los que practicamos el entretenimiento de estrujar cogollos. Pero estas mieles, como ya te habrás imaginado, no son exclusivas en absoluto, e igual que cualquiera puede hacer Rosin en su casa, tampoco hace falta demasiada maquinaria si lo que se quiere es catarlo. El Rosin se fuma bien como otros extractos, pegado al papel, con otro soporte vegetal. A la vieja usanza.
El sabor es lo que se hace más patente… y a los minutos el potente efecto ideal para usuarios medicinales que necesiten grandes dosis para algunos tipos de dolores o afecciones. Y tan sano como la flor misma.
Truco:
Pasa rápido el Rosin al papel de fumar uniendo la cara interior de éste con la del papel antiadherente en la que se encuentra el Rosin. Prensa suavemente ambos con la plancha aún caliente un segundo, no es necesario que la enciendas.
Este truco también sirve para hacer un papel de fumar sabroso con esas pequeñas hojas que quitamos de los cogollos, simplemente llena un papel de fumar de hojitas extendidas, ciérralo y prénsalo por un instante.
Bueno, espero que después de compartir con vosotros una tarde de Rosin os animéis a montaros la propia. ¡Un dab a vuestra salud!