El caso de Jeff Mizanskey es el claro ejemplo del cambio de las leyes norteamericanas relacionadas con el cannabis en los últimos tiempos.
Jeff fue condenado a cadena perpetua por delitos menores y no violentos relacionados con la marihuana, es decir, por menudeo. Mizanskey fue detenido en 1996 por conspiración para la venta de medio kilo de marihuana, y como ya tenía dos condenas anteriores por posesión y venta, y por aquel entonces las leyes en Missouri se regían por la norma de los tres “strikes” (tres delitos menores y al talego), los jueces decidieron dar ejemplo y le condenaron a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Su caso ha sido, durante años, denunciado tanto por su familia como por activistas cannábicos que han estado apoyándole durante este angustioso trance, que ha durado más de 20 años. Según sus propias palabras, a lo largo de su condena ha visto cómo asesinos, violadores y otros criminales violentos han ido saliendo en libertad, mientras él, por un delito menor, seguía malgastando su vida entre rejas.
Ayer fue el gran día, y finalmente Jeff Mizanskey ha sido puesto en libertad. Todo un avance por parte de la legislación estadounidense, que parece estar dándose cuenta poco a poco que tiene que revisar sus políticas de drogas ante el gran fracaso que han supuesto sus posturas hasta el momento.
Sólo en 2013, más de un millón y medio de personas fueron detenidas por delitos menores relacionados con las drogas, casi 700.000 fueron arrestadas por casos relacionados con la marihuana, y de éstos, el 88 por ciento simplemente por posesión… algo no funciona en el sistema, si criminaliza a consumidores de cannabis de tal forma.
Nuestra enhorabuena a Jeff Mizanskey y a su familia, y nuestro agradecimiento a todos aquellos que han luchado por él durante todos estos años. Esperamos que sea el primero de muchos otros casos.
Imagen: (AP Photo/Columbia Missourian/Justin L. Stewart)