Por Laura Rueda
Países Bajos fue pionero en su día en la venta de marihuana al público.
Cuatro décadas después de normalizar la actividad de los coffeeshops, el país de los tulipanes, los canales y los zuecos se ha quedado obsoleto con una Ley del Opio, que no contempla qué ocurre con las cuestiones derivadas del cultivo. Más de 55 municipios se han unido en un manifiesto para trabajar por la legalización de la famosa “puerta de atrás”.
“Wietteelt” es un término neerlandés para referirse al cultivo del cannabis. Más de 55 municipios, entre los que están incluidos los más importantes de Países Bajos como Ámsterdam, Rotterdam, Utrecht, Haarlem, Arnhem, Nijmegen, Groningen, Leeuwaarden, Eindhoven, Maastricht y Heerlen, han firmado el manifiesto “Joint Regulation”. En él partidos como el D66 o el Partido de los Trabajadores, piden al Gobierno poder implementar un sistema nacional de producción de cáñamo certificada y regulada.
La venta de marihuana en los coffeshops lleva implícita una alegalidad de la que no ha salido en cuarenta años. En estos establecimientos de venta al público se puede comprar hasta un máximo de 5 gramos por persona al día. Sin embargo, contra todo pronóstico, el cultivo no está permitido en el país. Por lo tanto, todo lo que llega por la “puerta de atrás” lo hace de manera ilegal.
Las consecuencias del mercado negro
¿De dónde sale el material vendido en los coffeshops entonces? Como el cultivo no está regulado, se estima que hay más de 25.000 plantaciones ilegales en Países Bajos. Esto implica una existencia de criminalidad, que ha provocado problemas a algunos ayuntamientos, preocupados por asuntos relacionados con el orden público. Y es que, 1 de cada 50 incendios que se producen en domicilios es debido a cultivos clandestinos de marihuana, según la Asociación de aseguradoras neerlandesa. Y un 70% de los incendios ocasionados por cultivo de marihuana se dan en casas habitadas.
Por no hablar de las cuestiones relacionadas con el tráfico ilegal o de la salud pública. Les preocupa la inexistencia de un test de calidad. El comprador no tiene acceso a información relacionada con la cantidad de pesticida que han usado para hacer crecer a estas plantaciones o si han utilizado sustancias para el crecimiento acelerado, de modo que la venta pueda hacerse de manera más rápida.
Manifiesto por la regulación
Hace aproximadamente dos años se abrió un debate en el Parlamento neerlandés, Tweede Kamer. El anterior Ministro de Seguridad y Justicia, Ivo Opstelten, perteneciente al partido VVD, consciente de las quejas de los municipios del país, les animó a que le enviaran sus planes y posibles soluciones con respecto a este tema, para ver qué podía hacer su gobierno. Sin embargo, aunque las propuestas fueron bastantes, Opstelten dio negativa a todas, alegando la imposibilidad de llevarlas a cabo por incompatibilidad con los acuerdos internacionales.
Ante esta negativa, la indignación de los ayuntamientos que habían enviado sus propuestas fue masiva. Por lo que su reacción fue la redacción de un manifiesto, “Joint Regulation”, firmado por más de 55 consistorios. En él exigen una solución nacional. A partir de este documento, el partido D66 ha redactado una propuesta de ley para regular tanto el cultivo como la venta de cannabis, que ahora mismo se tolera, pero que oficialmente sigue siendo ilegal.
Los ayuntamientos firmantes del manifiesto tienen una propuesta, que se les permita comenzar con un experimento local, que consistiría en cultivar cannabis bajo su supervisión para su distribución en los coffeeshops o clubes sociales de cannabis. Sin embargo, el actual gobierno, perteneciente al partido VVD, similar al PP español, sigue en sus trece y rechaza poner en marcha estas novedosas pruebas.
Partidos a favor y en contra
D66 lidera esta propuesta, pero en la cámara neerlandesa también hay más agrupaciones que apoyan este manifiesto. Los partidos socialistas-comunistas (SP), los verdes (GroenLinks) y otros partidos más pequeños como El Partido de los Animales (Partij voor de Dieren) y el partido de los mayores de 50 años (50plus).
El partido de los trabajadores (Partij van de Arbeid) también está a favor de la regulación del cannabis. Incluye la legalización total del cannabis en su programa, aunque, desde que están gobernando en coalición con VVD, es decir, el actual detractor de esta ley, no ha hecho mucho por avanzar en esta materia.
Aunque haya muchos partidos a favor, no existe una mayoría ni consenso, ya que los conservadores liberales (VVD), los cristianos demócratas (CDA), los cristianos de izquierda (ChristenUnie), los reformados (SGP) y los populistas (PVV) están en contra de llevarla a cabo.
Propuestas para una nueva Ley del Opio
Los ajustes de la Ley del Opio que plantea D66 incidirían directamente en la mejora de la salud y el orden público actuales. Según el partido, se están perdiendo 200 millones de euros en gastos policiales, que se podrían estar usando para hacerse cargo de otros delitos y 300 millones en dinero de impuestos, si finalmente la legalización y regulación se lleva a cabo totalmente.
El nuevo ministro de seguridad y justicia, Ard van der Steur, del que ya hablamos en Cannabis.es (échale un ojo al artículo “El ministro de justicia que afirmaba que la marihuana causaba la muerte«) sigue la línea de negativa de su antecesor. Se amparan en los tratados internacionales, aunque existan otras interpretaciones de los acuerdos y el derecho nacional. La opinión de D66 es que la ilegalidad siga en la ley, pero creando excepciones. Estas serían la venta del cannabis a través de coffeeshops, práctica actual, y el cultivo de cannabis para su distribución en coffeeshops nacionales.
EE.UU y Uruguay como referentes
Aunque la propuesta de ley de D66 se centra específicamente en el modelo neerlandés y en sus coffeeshops como puntos de venta, los partidos que firman en el manifiesto miran directamente a otros países. EE.UU y Uruguay son dos de sus referentes, ya que han dado grandes pasos en materia de regulación cannábica. Incluso en Europa hay casos de lugares que están avanzando como Portugal, España o República Checa. Actualmente en Países Bajos se permite el autocultivo de hasta 5 plantas en el domicilio para consumo propio.