Por Adryc Menellsön
Weednos días amigas y amigos, bienvenidos a bordo de nuevo para continuar nuestra travesía de la alimentación en el cultivo de interior. Iniciamos hoy nuestra singladura dónde la dejamos en la anterior entrada hablando del sustrato.
Como os decía entonces, un sustrato se compone básicamente de una mezcla de turba negra y rubia, humus de lombriz, a ser posible de tierra, fibra de coco y perlita para esponjarlo un poco y facilitar la aireación de las raíces.
Todos sabéis más o menos qué es cada cosa y sus propiedades, pero también escribo para cultivadores noveles, así que en una próxima entrada me explayaré detalladamente sobre cada una de ellas, pues creo que además de saber qué es una cosa y como funciona, es importante el saber antes por qué lo hace. Conocer cada componente de un sustrato, sus propiedades o falta de ellas, nos ayudará y mucho en el futuro cuando pasemos de comprar a crear nuestro propio sustrato, que se adapte perfectamente a nuestras necesidades de cultivo. Y a otra más importante en los tiempos que corren, la económica, jajj…que no es poca cosa:
Existen en el mercado sustratos de muchas marcas, bien especiales para el cultivo de la marihuana como Top Crop, BioBizz, Plagron, etc, de diversos tipos y precios; también podemos comprar sustratos similares en calidad, incluso alguno mejor, en centros de jardinería o distribuidoras de productos agrícolas que son más baratos que los especiales comprados en grows; pero jamás encontraréis uno más barato que el hecho por vosotros mismos.
Dos sacos de un sustrato de los más caros comprados en un grow cuestan unos 36-38 euros de media; en una distribuidora de productos agrícolas por ese precio compramos un saco de TS 3 de mezcla de turba negra y rubia finlandesa Kekkyla, un saco de humus de 20 kgs, 50 ltrs de fibra de coco deshidratada y aderezada con Trichodermas y 20 de perlita, y todo ello de la mejor calidad.
Echad cálculos y comprobad cuántos litros de sustrato podemos hacer mediante esta última opción y el consiguiente ahorro. Ahí lo dejo.
Y seguimos con los sustratos comerciales, que suelen ser de tres tipos:
– Ligero o Light, que es un sustrato normal bajo de nutrientes.
– All Mix o Normal, que lleva nutrientes suficientes para alimentar a la planta al menos cuatro semanas antes de que estas comiencen a mostrar carencias.
– Heavy, que son sustratos muy ricos en nutrientes y llevan añadidos tipo roca volcánica, guano, entre otros; y que en algunos casos, pueden alimentar a la planta durante todo su ciclo vital; eso sí, siempre y cuando el ciclo de vida de esta sea muy corto (algunas variedades autoflorecientes están lista para ser cosechadas en 55-57 días.)
Y como muestra vale un botón dicen, pues bien, ahí va uno, que en este caso son cuatro.
Estas son cuatro plantas de una variedad autofloreciente nueva que estoy testando para Buddha Seeds; se plantaron hace 58 días en sustrato Top Crop Heavy. Durante estas ocho semanas no han recibido ningún tipo de aporte en el riego, tan solo agua. Vedlas, han tirado hojas y ya se notan las carencias. Naturalmente con un abonado a base de bio-mineral el resultado hubiera sido mejor, pero tampoco están tan feas, ¿Verdad..?.
Otra cosa, los resultados finales no suelen ser iguales, mientras que una planta cultivada eco mantiene casi todas sus hojas hasta el final del ciclo, pues las necesita para su desarrollo, y son hojas cubiertas de resina que con un abonado químico o biomineral no conseguimos normalmente, pues la planta obtiene y sintetiza estos abonos muy rápido y desecha las hojas que no necesita; por otra parte el lavado de raíces las deja con pocos aportes las dos últimas semanas y las hojas que rodean los cogollos muestran dichas carencias. Aquí os enseño tres casos, listos para cosechar dónde se observa más claramente.
Estos fabricantes de sustratos como bien sabéis tod@s, también elaboran sus propias gamas de abonos o fertilizantes. Bien, todos los fabricantes de abonos comerciales elaboran sus sustratos en función a esos abonos que producen. No quiero decir con esto que no se pueda cultivar con un sustrato de BioBizz y usar productos de Top Crop, jajj…sería una patraña; lo que quiero decir es que desarrollan sus productos y sustratos para que interactúen de una manera lo más óptima posible en los cultivos. Por eso os aconsejo utilizar siempre la misma marca de sustrato que de abonos.
Todas las marcas tienen sus tablas de abonado, con las cantidades de cada producto, dosis, orientativas para que las usemos. Os daré un consejo, si no disponéis de un medidor de la EC, nunca se os ocurra usar las cantidades máximas indicadas en dichas tablas cuando preparéis vuestras soluciones nutrientes, y menos si es en un sustrato de diferente marca que el abono, pues en ese caso podéis, y de hecho os sucederá, encontraros seguro con problemas de sobrefertilización. Más vale quedarse corto al principio, que comenzar una cosecha lavando raíces… ¿Os imagináis el resultado? Mejor que no.
El tipo de sustrato que necesitamos va en función del tipo de abonado que vayamos a utilizar, bien sea químico o mineral, bio minerales, o ecológicos. Pero antes un inciso: cuando hablo de ecológicos me refiero a los comerciales que podemos comprar en cualquier grow u otros establecimientos especializados.
El apartado de abonado ecológico a base de productos orgánicos, tipo estiércoles, algas, guanos, etc… es complejo y largo, y por supuesto lo trataremos más adelante en profundidad, jajj…
Bien sabéis que soy un firme defensor del cultivo eco, y que todas las plantas que cultivo para mi consumo no conocen otro tipo de alimentación; solo os diré que si queréis apreciar todo el sabor de una variedad, degustar su humo, su profundo sabor, sus diversas trazas solo lo lograréis mediante un abonado eco orgánico. Tomad nota.
Una máxima del cultivo ecológico, que también debemos adoptar en el cultivo de interior, usemos el método de abonado que usemos, es alimentar el sustrato que acoge a nuestras plantas para que este, a su vez, las alimente a ellas.
En el cultivo ecológico el sustrato es el gran protagonista, un ente vivo y complejo, con infinidad de organismos trabajando para mantener su fertilidad. Debemos enriquecerlo sólo cuando el aspecto de la planta denote alguna necesidad. Es decir, disponer de un sustrato provisto de los diversos aportes y nutrientes que necesite la planta durante toda su vida. Eso en exterior sería posible, pero no lo es en interior, pues en el cultivo de interior utilizamos contenedores, más o menos grandes, pero limitados por el volumen, así que se trata de preparar uno que nos sirva para alimentarlas durante las cuatro o cinco primeras semanas de vida, para más adelante suministrarlas aquellos nutrientes que vaya necesitando para conseguir su total y correcto desarrollo, con sus consiguientes cogollos prietos y llenos de brillante resina.
Y ¿cómo lo conseguimos? Utilizando unos pequeños grandes aliados, las bacterias.
Las maravillas de la vida bacteriana.
Una de las ventajas más importantes del cultivo de interior en sustrato es que podemos aportarle diversas bacterias y hongos, y utilizar la vida microbiana benéfica que en él se desarrollará con dicha aportación en beneficio de nuestros cultivos, pues las bacterias realizan dos acciones muy importantes: descomponen las moléculas orgánicas y las raíces muertas en nutrientes asimilables para las plantas, a la vez que protegen las raíces de ataques de malas bacterias u hongos patógenos que pueden ser causa de enfermedades.
La vida microbiana del suelo no es valorada por gran parte de los cultivadores que conozco, pues quizá desconocen que esta vida microbiana influye muy directamente sobre el cultivo, y mucho en el posterior desarrollo de la planta; la calidad y cantidad de cogollos de la cosecha, aumentándola considerablemente. Por ello es muy recomendable introducir algunas cepas de bacterias u hongos cuidadosamente elegidos, con el fin de mejorar dicha vida microbiana del sustrato, por ejemplo Enzimas, o Trichodermas de la familia de las micorrizas, u otros del tipo combinado de ecto y endomicrorizas, Rhizopogon SPP, Scleroderma, Pisolithus., etc… Que serán las encargadas de colonizar las raíces formando una perfecta simbiosis con ellas, favoreciendo así a las plantas una mejor absorción de los diversos nutrientes que estas necesiten durante las diferentes fases de su vida.
Evidentemente estos no son los mismos durante la fase vegetativa o de crecimiento, en la cual el nitrógeno es más necesario, que durante los inicios y finales de la floración, cuando el potasio y el fósforo son fundamentales. Es ahí donde nuestro sustrato asume una importancia vital, no es sólo un soporte donde viven las plantas, es un complejo entramado lleno de vida, de bacterias múltiples y otros microorganismos, que debemos potenciar y mimar, buscando armonizar el funcionamiento de los diversos organismos, ayudan a regular la absorción de los nutrientes, evitan que las sales se depositen sin asimilar en el sustrato y colapsen el sistema radicular por una acumulación excesiva de nutrientes, y nos ayudan a prevenir en gran parte los problemas de una posible sobrefertilización de las plantas, de una manera similar a la que disfrutarían en la naturaleza.
Se trata de imitarla, dentro de lo posible, para que estas, al hallarse en un entorno agradable, que no le proporcione un estrés indeseado, le ayude a producir esos cogollos densos, llenos de resina, tanto laterales como centrales, que tanto nos gustan.
Últimamente todos los fabricantes incorporan a sus compuestos diversos elementos orgánicos y bacterias, por lo cual no debemos añadir ninguna otra clase a ellos, pero muchos otros no. Entonces deberemos añadirlas nosotros. Se pueden comprar en cualquier grow. Vienen en sobres cerrados y las añadiremos con el agua del primer riego del sustrato, ese que se efectúa para asentarlo, y deberemos dejar pasar un tiempo mínimo de una semana antes de poner nuestras plantas en él para que las bacterias se desarrollen y creen todo su entramado de vida en él. Las bacterias no solo se desarrollan en el sustrato, también en cualquier medio propicio, por lo tanto debéis de usar guantes y mascarila, una simple de pintor vale, cuando preparéis la solución con ellas, vienen en polvo y una indeseada aspiración de unas pocas pueden afectar a nuestra salud, y con eso no se juega, ojo.
¿Qué tipo de sustrato usamos…?
El tipo de sustrato que necesitamos va en función del tipo de abonado que vayamos a utilizar, bien sea químico o mineral, bio minerales, o ecológicos.
– Si nos decidimos por utilizar un abonado mineral o químico exclusivamente con un sustrato light nos basta y sobra, pues todos los aportes y nutrientes que necesite la planta los recibirá en su mayor parte a través de la mezcla de riego.
Uno de los problemas de los fertilizantes minerales es que potencian la salinización del suelo, pues los fertilizantes minerales son en su gran mayoría sales. Por otra parte, los abonados químicos o minerales necesitan un “flush” para el lavado de raíces y cepellón para eliminar los restos de sales, etc… cosa que lo hace prácticamente inutilizable para su reciclaje, aunque te sirve para rebajar otros más fuertes, o esponjar la mezcla.
– Si nos decidimos por un abonado bio mineral con un sustrato medio, tipo All Mix o normal nos sirve, pues los abonados bio minerales combinan las propiedades del mineral con las del orgánico, y aportan nutrientes más que suficientes.
– Por fin si nos decidimos por un abonado ecológico, en el cuál cuantos menos aportes añadamos son menores que en los anteriores usaremos uno tipo Heavy, pues de esa manera la planta no necesitará ningún tipo de aporte nutriente en sus primeras semanas, con su consecuente ahorro en productos, y no necesitaremos tantos abonados como en los anteriores para obtener los mismos resultados.
Unos consejos
Hay que tener cuidado al regar en estas primeras fases de la vida de las plantas. Un exceso de agua perjudica más que favorece su desarrollo, ya que ello limita la oxigenación de las raíces y ralentiza su crecimiento, además de propiciar en buen medida la aparición de alguna enfermedad, hongos, oidio, etc.
Las plantas jóvenes consumen muy poca agua ya que apenas tienen raíces para absorberla. Durante las dos o tres primeras semanas de vida las plantas necesitan sobre todo luz y buena temperatura. Sí además las colocamos al principio en un contenedor de 500cc, apenas necesitarán abonado durante las dos primeras semanas, ligero a base de enraizadores, regando a los cuatro o cinco días. Así mismo durante este período debemos proporcionarle un sustrato aireado, esponjoso, Las raíces necesitan oxigeno, y una cantidad de nutrientes mínima para que no sufra carencias, casi inerte para que estas se desarrollen en su busca. Si tienen a mano los nutrientes, ¿para qué van a crecer en su busca? Y este sustrato debe tener un pH entre 5.5 y 5.7.
Y nada más por hoy amigas y amigos de esta verde mar de María; el espacio se agota, y ya es la hora de fumar un bueb Boong de #Syrup a vuestra salud.
Espero y deseo que lo aquí escrito os guste y sirva en vuestros cultivos, y por supuesto veros en nuestra próxima singladura; hasta entonces #LosMejoresHumos…