Naciones Unidas se prepara para cambiar su política de drogas en 2016.
Se va 2015 y puede que con él se esté llevando más de 50 años de políticas de criminalización de las drogas a nivel mundial. Algo que parece una quimera puede resultar posible si atendemos a las cada vez más numerosas voces que se suman a la idea de la despenalización. Los ya conocidos esfuerzos de la Open Society, fundación del magnate George Soros, impulsando proyectos e iniciativas para el cambio en la política de drogas; las constantes apariciones en los medios de comunicación de los distintos integrantes de la Comisión Global sobre Drogas promoviendo la necesidad de ese cambio en la opinión pública; la reciente filtración que el filántropo y magnate Sir Richard Branson realizó de una reunión de Naciones Unidas donde se instaba a ese cambio de políticas de cara a la Sesión Especial de la Asamblea de Naciones Unidas que se celebrará en 2016, son ejemplos concretos de una intención cada vez más clara de modificación del marco de la política de drogas mundial. Si bien Naciones Unidas se ha esforzado por desmentir cualquier tipo de intención por modificar este aspecto de la regulación internacional un nuevo evento organizado por esta organización internacional lo vuelve a poner de manifiesto. El título del evento: La UNGASS en el problema mundial de las drogas: la gente, la salud pública y los derechos humanos en el centro.
La reunión inesperada
El 21 de octubre de 2015, una semana después de la filtración publicada por Sir Richard Branson, se celebró este foro de Alto Nivel para poner en común la visión, que en materia de política de drogas, tienen el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR). Cuatro organismos internacionales de gran calado que aceptaron debatir sobre el escenario actual de política de drogas y los elementos que habría que tener en cuenta de cara a la UNGASS de 2016. La reunión, impulsada y presidida por los gobiernos de Colombia y Suiza, giró en torno a tres temas fundamentales según los organismos participantes: los programas de reducción de daños y acceso a jeringuillas; la dificultad para acceder a medicamentos para el dolor, la salud mental y la anestesia; y la discriminación, exclusión y criminalización de los usuarios de drogas. Temas que las diferentes instituciones, desde sus diferentes prácticas debatieron abiertamente.
Conclusiones y unanimidad
El evento puso de manifiesto en sus conclusiones la unanimidad que existe entre los distintos organismos en relación a las prioridades que debiera tener la actual política de control de drogas. Si bien no hubo una crítica explícita hacia la estrategia de “guerra contra las drogas” llevada a cabo en este medio siglo si expresaron la necesidad de que la política priorizara antes que el combate a las drogas los derechos humanos y la salud pública. Con ese objetivo realizaron una serie de recomendaciones entre las que destaca la necesidad de elaborar estrategias que garanticen, a través del trabajo con otras instituciones, una salud pública más inclusiva y el respeto a los derechos humanos en la aplicación de la política de drogas. También instaron a todos los Estados miembros de Naciones Unidas a aprovechar la oportunidad que ofrece la Sesión Especial para negociar un plan de acción que sirva para mejorar la salud y el bienestar de la comunidad internacional. Una conclusión nada novedosa en el ámbito de organizaciones críticas a la política de drogas pero con un fundamental valor simbólico partiendo de instituciones internacionales pertenecientes en su mayoría a Naciones Unidas, principal responsable de la situación actual desde la entrada en vigor en 1961 de la Convención Única de Estupefacientes.
El cambio está por llegar
La cita de Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York el próximo abril sigue generando expectación. Uno de los principales responsables de haber creado en la opinión pública ese interés es la Comisión Global sobre Drogas. Una organización no gubernamental compuesta por ex presidentes, personalidades de la cultura y las artes y estadistas de prestigio internacional. Una de sus últimas incorporaciones es el ex vice primer ministro del Reino Unido, Nick Clegg: “Estoy encantado de ser parte de la Comisión en este momento crucial en el debate mundial sobre la política de drogas. La “guerra contra las drogas” ha fallado y ahora hay una clara intención de reforma. Los gobiernos del mundo entero están explorando nuevas formas para reducir el daño de las drogas, incluyendo la despenalización y la regulación”. Junto a él, César Gaviria, ex presidente de Colombia y fundador de la Comisión vuelve a la carga en un nuevo artículo en el periódico el País felicitando a México por la decisión de la Suprema Corte de Justicia el mes pasado permitiendo a un grupo de activistas el consumo, transporte y producción de marihuana. Hace excasos días el propio gobierno colombiano, impulsor de este encuentro junto con Suiza, anunció la legalización de la marihuana para uso legal. En pocos meses sabremos si tanta reunión sirvió para algo, mientras tanto no deja de sorprender que los que durante medio siglo han justificado esta guerra oculta sean ahora los que hablen de derechos humanos y salud pública.