Por Larry Acr
Don Letts, aquel tipo al que muchos recuerdan protagonizando la portada del álbum de The Clash «Black Market Clash” (1980), ha sido dj de punk rock en The Roxy en su periodo de eclosión.
También fue manager de The Clash, realizador de documentales sobre figuras musicales como Sun Ra, Gil Scott-Heron, Bob Marley, The Jam o George Clinton, codirector de la película “Dancehall Queen”, y un infatigable apologeta de la conexión entre reggae-dub y punk. En definitiva, una figura capital del “underground” londinense.
Se te conoce como el pinchadiscos que introdujo la música jamaicana a la primera generación de punk rockers. ¿Cómo reaccionaban al principio cuando escuchaban este tipo de música? ¿Les resultaba extraño escuchar roots reggae o conectaban pronto con él?
En primer lugar, debes de comprender que para el tiempo en que yo ponía reggae en el primer club de punk rock, The Roxy, en 1977, ya existía una tradición de chicos blancos de la clase trabajadora que escuchaban música negra: los skinheads originales. Y me refiero a la versión original, no a la versión fascista. Ellos escuchaban música jamaicana, los mods originales escuchaban música jamaicana. A mediados de los setenta, el panorama social había cambiado. Para entonces, muchos jóvenes británicos blancos habían crecido con negros a su lado, así que no les resultaba un sonido alienígena. De alguno modo, estaban preparados para ello. Obviamente podían sentirse identificados con el espíritu rebelde, la actitud, amaban las líneas de bajo. Les gustaba el hecho de que las canciones trataran sobre algo concreto, el reportaje musical, y les encantaba la marihuana.
¿Cuál es la conexión entre dub y punk en términos musicales?
En lo musical, dub y punk están separados por millas y pienso que esa es precisamente la clave. Cuando escuchábamos a los punks actuar en el Roxy (The Clash, The Slits) yendo a 90 millas por hora con las guitarras aceleradas, la ruptura sónica del dub era bienvenida porque era muy diferente desde el punto de vista sonoro. Y esa es exactamente la clave. Obviamente desde el punto de vista musical, no se parecen en nada, pero ese es el motivo por el que a los punks les gustaba: era una ruptura del duro y acelerado sonido del punk. Y había mucho más espacio en ello: de algún modo, podías introducirte a ti mismo en la mezcla. El punk te bofetea la cara.
Tras la actuación que Bob Marley & the Wailers ofrecieron en el Hammersmith Odeon en Junio de 1976, tuviste la ocasión de introducirte en su hotel y pasar la noche hablando con él. ¿Te causó un impacto emocional su personalidad? ¿Puedes recordar de qué hablasteis esa noche?
Para el tiempo en que me encontré a Bob Marley tras la actuación en el Hammersmith Odeon, de hecho, ya había pasado un año saliendo por ahí con él, puesto que vivía en Londres entonces tras haber sufrido el tiroteo en Jamaica. Ya me había impresionado antes de conocerlo en persona. Compramos el álbum “Catch a fire” (1973) y para nosotros fue como una revelación. Era tan poderoso, estaba tan politizado y desde la perspectiva instrumental hacía cosas que ningún otro álbum de reggae había hecho antes, la guitarra y ese tipo de cosas. Es algo que tiene que ver con Chris Blackwell. En cualquier caso, Bob Marley me había causado una gran impresión con su música antes de conocerlo. Cuando lo vi actuar en el Lyceum -“Live!”, el álbum que registraron en directo en 1975-, aquello fue como una experiencia religiosa para mí. Y ambas ocasiones fueron antes de que lo conociera unos años después. Así que ya había tenido un impacto masivo en mi vida, porque era un hombre que estaba obteniendo éxito en sus propios términos: no estaba americanizado, ni anglificado, era jamaicano y estaba orgulloso de ello. Tenía sus dreadlocks y no se conformaba. Para un joven negro británico tratando de encontrar una identidad, era muy empoderante.
Puesto que muchos te recordarán en la portada del álbum de The Clash «Black Market Clash” plantando cara a un bloque de policías británicos en Ladbrooke Groove en London. ¿Fue éste el tiempo más complicado que has vivido como ciudadano negro a lo largo de tu vida?
No, aquella revuelta fue divertida. Sé que suena propio de enfermos, pero debes comprender que aquellas revueltas no tienen que ver con las que tuvimos hace un año, que fueron ridículas, no están politizadas y no tenían un enfoque. En aquellos tiempos, sabíamos quién era el enemigo. Era una forma de mostrar nuestra estima, de decir “mira, no vamos a soportarlo más”. Había un propósito tras ello, no como las revueltas del año pasado, que fueron muy preocupantes para mí. Por otra parte, en la foto que me muestra frente a la policía, me estaba apartando del camino. Don Letts no es estúpido.
¿En qué sentido la situación de la gente negra ha mejorado desde los disturbios de Brixton de 1981 hasta la actualidad?
Si miras a Londres, piensas que el multiculturalismo es genial y fantástico. Y es genial y fantástico, porque lo que proviene del multiculturalismo es que no sólo los negros, sino los asiáticos, gente del Este de Europa, todo tipo de gente contribuye a la creatividad de Londres. Pero Londres no es Inglaterra y del mismo modo que tienes problemas en tu país con el racismo, en Inglaterra también los tenemos. No todos los blancos y negros están unidos divirtiéndose. En Londres, sí y en Bristol y en otros pocos lugares, pero hay grandes extensiones en Inglaterra donde todavía viven en los años cincuenta. Así que es una continua batalla para educar a la gente.
Tras grabar varios documentales y videoclips, te ofrecieron la oportunidad de codirigir el largometraje de ficción “Dancehall Queen” (1997), que resultó ser un éxito y que aparece como referente para cualquier seguidor del reggae para documentar el periodo dancehall. ¿Era Jamaica en aquel tiempo lo que esperabas de ella?
Bueno, había estado en Jamaica en bastantes ocasiones con anterioridad. La primera vez que fui a Jamaica fue con Johnny Rotten en 1978 y he hecho bastantes videoclips allí. Jamaica estaba atravesando un periodo de apogeo cultural a finales de los noventa, que fue cuando hice aquella película en 1997. La tecnología estaba impactando en la música. Para ser sincero contigo, la cultura de las drogas estaba comenzando a despegar y el impacto de MTV y cosas por el estilo estaba empezando a manifestarse en las aspiraciones de la gente y el tipo de música que estaba saliendo de Jamaica…Creo que capturé a Jamaica en un momento crucial, porque la música que ocurría a comienzos del siglo XXI en Jamaica, mucha de ella no tiene una jodida línea de bajo. No soy un gran seguidor de buena parte de los nuevos ritmos digitales. Me encantan las líneas de bajo de la vieja escuela, me encanta escuchar la línea de bajo del reggae, pero bueno son palabras de persona mayor. Estoy muy orgulloso de “Dancehall Queen”. Ésa, “Westway to the world” y “Punk attitude” suponen mis mejores logros.
Fotografías: Fernando Hevia
Fernando Hevia