Por Drogoteca
La MACA es una de las asociaciones más veteranas del panorama estatal cannábico y, con mayor peso, un referente del activismo en materia de cannabis en Cataluña.
No es un CSC más, tal y como esto es entendido ahora, no. No son un club -como algunos a los que yo mismo pertenezco- que se dedique a comprar en el mercado negro un producto en grandes cantidades para repartirlo entre sus socios, o lo que se conoce como “compra mancomunada”. Su objetivo fue y ha sido siempre ser autosuficientes y, por lo tanto y a diferencia de otros clubs, producir su propia cosecha con la que abastecerse: a la antigua usanza.
Con esto no quiero decir que, cuando sus cultivos han sido tomados por la policía y no tenían como abastecerse, no hayan tenido que recurrir al mercado negro: nadie parece estar libre de esa necesidad en el estado mientras la policía destruye al autocultivo asociativo. Con esto quiero decir que no son una fachada con miles de clientes-socio montada para hacer cantidades ingentes de dinero, tras la apariencia del activismo, sino todo lo contrario: son el activismo al que no le gustan las fachadas.
Hace algo más de una semana, recibían un cariñoso regalo en forma de orden de cese con cierre cautelar, por parte de un juzgado de instrucción cabreado con una fiscalía poco o nada funcional. Seguramente os habréis enterado ya si andáis por las redes sociales, que tras conocer el asunto se organizó y se manifestó a favor de la actividad de La MACA, con participaciones tan llamativas como la de la cuenta de “Unidad Popular” (el partido ‘heredero’ de IU) que se unieron en apoyo con el hashtag #MacaNoChapa.
El hashtag estuvo activo durante varias horas y siguió dando “coletazos” los días posteriores, donde se pudo hacer recuento de apoyos y de ausencias, como la de la gente de “Podemos” quienes para nada ayudaron, y que incluye el cannabis en su programa cuando les viene bien pero no en su lista de cosas a cuidar día a día.
Tras toda esta ajetreada semana, hemos conseguido charlar un rato con José Afuera de La Maca -posiblemente el activista con los huevos más pelados de todo el estado, y no de boquilla como otros- que como presidente de dicha asociación, es uno de los que está siempre en medio de todos los “fregaos”. Y esto ha sido la charla que hemos tenido con él.
Drogoteca: ¡Buenas, José! Cuéntanos cómo estaba funcionando La MACA antes de esta nueva barrabasada judicial.
José La MACA: La MACA funcionaba bastante bien, habíamos decidido adecuarnos a las sentencias del TS y quedarnos en menos de 290 socios. Eramos 265 y estábamos pensando crear una nueva asociación sólo para usuarios terapéuticos. En el tema de los cultivos, después de 8 cultivos cerrados por las fuerzas de seguridad del estado, volvíamos a ser autónomos prácticamente.
D: Y en este panorama, ¿a qué se debió esta nueva intervención?
J: Actualmente, en total tenemos 9 causas. Una es por transportar un kilo para poder abastecernos, una primavera después de que la policía desmantelará casi todos nuestros cultivos. Las otras 8 son de cultivo de cannabis, en diferentes lugares. Solemos producir nosotros mismos lo que consumimos, o si no pequeños cultivadores que tengan los cultivos en casa.
Hace unos 2 años nos acusaron de asociación ilícita, en 5 de los casos que teníamos abiertos. Como de este delito sólo pueden juzgarte una vez, pedimos a la Audiencia Provincial que acumulará todos los casos en uno instruido en la AP de Barcelona aunque teníamos casos en Girona y Tarragona, pero por ser prácticos pedíamos Barcelona, ya que todos los imputados somos de allí, de Sants.
Las causas se acumularon por trámite procesal en el juzgado de instrucción 33 de Barcelona, que se negó en su día y que nos llevó al juicio oral, pero con un error de fiscalía que no nos tomó declaración en el JI33 y en otro caso que teníamos en Barcelona, famoso porque salimos en el programa del Cuni de la noche en 8TV mientras nos detenían.
Dio la casualidad que, ese día, la televisión venía a grabar cómo funcionaba una asociación cannábica, ya que la Generalitat estaba hablando en los medios sobre cómo regular las asociaciones y yo resultaba ser el portavoz de CatFAC.
D: ¿Qué pasó después?
J: Nos llamaron a declarar al JI22 [Nota: JI es el acrónimo de Juzgado de Instrucción) por asociación ilícita y nos negamos a declarar allí: todos declaramos que lo haríamos en el JI33 donde se debía abrir la instrucción de nuevo y donde se acumulaban las causas. La siguiente noticia fue el cese de la MACA.
D: ¿Cómo? ¿Cese? ¿Cierre, así sin más?
J: Cese de actividades y cierre de todos los locales, sí. Además nos piden 3’6 años de prisión y 20.000 euros a cada uno de los imputados. La MACA nació entre 7 amigos y todos salvo uno de los imputados somos amigos desde la infancia, somos amigos de toda la vida y teníamos un equipo de fútbol juntos. Nos conocemos desde los 11 años la mayoría y había algunos con tan sólo 8 ó 9.
D: ¿Cuándo ocurrió eso y que escenario legal tenéis ahora por delante?
J: Nos lo comunicaron el miércoles 10/02/2016, y tenía que ser recogido en mano. Al no poder recogerlo nuestro abogado ni procurador, hemos tenido que dejar de ir a nuestros trabajos una mañana para ir a los juzgados. Uno de nosotros fue una mañana y no encontraban el papel y tiene que ir a perder otra.
D: ¡Qué gran funcionamiento el de la justicia! Así que os han metido un cierre cautelar en respuesta a vuestra “rebelde” pretensión de que os juzguen de todo a la vez y no en varios actos.
J: Más bien porque el fiscal no ha sido diligente y la juez se ha pasado -por desconocimiento, o por qué creía que le estábamos tomando el pelo- nuestros derechos por el arco del triunfo. La situación es difícil, no sabemos si podremos continuar. Lo haremos mientras cobramos el subsidio del paro. Ahora tendremos una posición más cómoda para continuar luchando por los derechos de los usuarios, pero a la vez 4 miembros se quedan sin trabajo -lo cual daña especialmente- aunque se ha decidido mantener el local por motivos históricos.
Creemos que el fin está cerca, pero el fin para nosotros que llevamos 9 años abiertos y 15 cultivando, dando la cara y luchando por la situación de los usuarios. O sea para que haya algo consistente que pueda cambiar el panorama, creemos que han de pasar entre 2 y 6 años. Eso nos deja pocas esperanzas de continuar como hasta ahora, aunque las sentencias del “Supremazo” y posteriores contra Ebers y otros clubs, dejan claro que hay que reinventarse para sobrevivir.
Debemos adecuar nuestra manera de funcionar a la nueva realidad jurídica, sino iremos cayendo uno a uno todos los CSC. Sobretodo los pequeños grupos autosuficientes que no dependen y cuentan con la fuerza económica de inversiones extranjeras.
D: Yo estoy tremendamente sorprendido de que aún sigan funcionando CSC’s como si no hubiera pasado nada tras dichas sentencias. Hablando con algunos responsables de estos clubs -alguno abierto tras todas estas sentencias- me comentaban que los abogados (que llevan varios clubs con “fuentes y protocolos” similares) le quitaban mucho hierro al asunto y les decían que siguieran, que ya sabían que esto siempre había supuesto un riesgo, y que la cosa “tampoco había cambiado tanto” lo que en boca de un abogado es, a día de hoy, una mentira o una negligencia propia de un incapaz.
J: Los presidentes, y resto de junta directiva, de la mayoría de asociaciones deben hacer reflexiones internas importantes. Hay que darse cuenta de que no todos los abogados son personas de confianza, que tampoco lo saben todo y que no se les puede dejar el peso de algunas decisiones, sobre todo si las consecuencias no las pagan ellos. Hay abogados que te dicen lo que quieres escuchar y que no hagas caso a otra gente: esos mismos llaman “sus kamikazes” a los desinformados responsables de los CSC que asesoran.
D: Entonces, ¿qué proceso enfrenta La MACA ahora?
J: En la asamblea abierta que tuvimos hace tiempo propusimos ir a un “2º Encuentro de Clubes Cannábicos”. Hicimos el primero en la Universidad Autónoma de Barcelona en Bellaterra. El resultado fue muy bueno, de ahí salieron conversaciones y encuentros que entre otras cosas dieron como fruto la formación de FEDCAC, algo muy positivo para el movimiento cannábico catalán y el del estado español.
En la asamblea cerrada, decidimos transformar la MACA en un lugar de encuentro para los socios y todo el que nos quiera acompañar. Nosotros llegamos a ser 680 socios y luego 650 al amoldarnos al código de buenas prácticas. Actualmente somos 260, lo que es una cifra por debajo de lo que el Tribunal Supremo ha dicho que resultan excesivos, que es de 290 miembros. Aunque lo esperable es que esa cifra vaya bajando progresivamente hacia grupos de autocultivo constituidos por menos personas, como podrían ser grupos entre 30 y 100 miembros y que produjeran su propio producto para el autoconsumo.
Nosotros vamos a crear grupos de autocultivo para ir haciendo frente a esta situación, pero aún no tenemos claro cómo hacerlo. Hay que reformular el modelo de trabajo. La 1ª guía de clubes de la FAC fue idea nuestra, la ensamble yo mismo. La 2ª guía ha quedado totalmente desfasada y estamos trabajando para formular una manera de trabajar que sea segura para todos. Pero en la actualidad hay que volver a los inicios: los grupos de consumo de menor tamaño. Creemos incluso que las sentencias del Tribunal Supremo pueden ser una oportunidad para trabajar de una manera más segura.
Debemos continuar en la lucha, pero no por el interés de terceras personas. Sino el nuestro. Los trabajadores de las asociaciones corren graves riesgos legales, sean o no cultivadores. Vienen tiempos difíciles, pero se abre una nueva etapa llena de alegrías y experiencias donde las empresas extranjeras no tendrán cabida, y esto nos deja un panorama alentador en la vía política.
D: Lo que planteas es el final del modelo de club tipo “catering” en el que una persona paga una cuota por asociarse y a cambio tiene instalaciones y una amplia carta de variedades -en la mayoría de casos compradas en el mercado negro- de cannabis que poder adquirir, muy lejos del modelo asociativo-activista mucho más encuadrable en lo que nos dices. Sin embargo, es precisamente a por las asociaciones que cultivan a por las que están tirándose los fiscales del estado, como demuestra que vayan a por asociaciones con decenas de socios y “hagan la vista gorda” con las que tienen miles de clientes, como ha pasado con Moss y la asociación ASIBECA en Ibiza que producían solamente para 20 socios en el momento del cierre.
J: Las asociaciones que cultivan son más vulnerables, paradójicamente por su transparencia son más fáciles de investigar y tienen menos recursos para defenderse, ya que no reciben financiación exterior al no ser un negocio con ánimo de lucro y han de valerse con los recursos de sus integrantes.
Me gustaría pensar que lo que quieren es marcar bien el territorio de lo que se puede o no se puede hacer, y así todos estos oportunistas que solo están por el dinero -y no por nada relacionado con el activismo cannábico- se irán solitos cuando no sea rentable tener que “encajar” en el modelo que acabe permitiéndose.
Y digo esto porque la mayoría de los clubs no dan la cara, no participan de la lucha política y para nosotros son empresas encubiertas y no otra cosa. Hubiera sido muy loable su participación, pero actúan rompiendo nuestra estrategia, siguiendo la estrategia de algunos bufetes de abogados -subvencionados estos por multinacionales cannábicas- que no han querido entender nuestra estrategia y han tratado todo el asunto del cannabis con una prepotencia y descaro que ahora pagaremos los que nos quedemos aquí. No todos los abogados participan de este juego, sino que muchos han sido pilares del movimiento cannábico durante mucho tiempo y su ayuda ha resultado fundamental.
D: ¿Cómo ves el futuro inmediato para los CSC?
J: Para el futuro inmediato -en mi opinión personal- creo que en menos de 6 meses no quedará ni la mitad de los CSC’s de los que hay hoy. Los que queden serán grupos de consumo, y asociaciones de estudio como las que formaron inicialmente la FAC. Activistas cannábicos que seguirán luchando y esperando que vuelvan tiempos mejores. Usuarios desconcertados porque se acabo la ilusión que les vendieron de “la Amsterdam del sur” y que no han sabido pelear por sus derechos, ahora sufrirán un retroceso. Volverá una edad dorada para los camellos y pequeños cultivadores que recuperan un mercado para trapichear de 10 en 10 gramos a precios de 8€.
A medio plazo creo que volverán los CSC, pero con una legislación clara que haga que no existan fraudes como ahora, donde le llaman asociación cuando le querían llamar coffee-shop. A largo plazo creo que habrá cannabis en tiendas, pero estarán muy regladas, donde las licencias de cultivos obreros estarán muy controladas y que sera una tangana a la que accederán pocas empresas. Todo esto si las empresas del sector dejan de mirar para el negocio y empiezan a enfocar sus beneficios a la lucha política. Pero que no se dejen engañar, ya han perdido mucho dinero. El camino más seguro es largo, y no les vamos a decir lo que quieren oír porque los cuentos de hadas son el material de trabajo de los estafadores.
D: A tu juicio de experimentado activista, ¿cuál es la siguiente piedra a derribar en el panorama político estatal?
J: El siguiente muro político a tirar es el PP, las bases del PSOE lo tiene claro y con una propuesta seria se podría dialogar. Pero el discurso del PP es peligroso, protegido por los fiscales y policías que viven de esto. La prohibición no se aguanta, y quien la defiende no tiene argumentos. Excusas fascistoides que niegan la realidad para imponer una moral ficticia.
D: José, ha sido un placer saber de ti, y os deseamos la mejor de las suertes en todo lo que os queda por delante. Y que se cumplan vuestros deseos que, en su mayoría, son los nuestros también.
J: Gracias a vosotros, y nos vemos en la lucha. :))