Por Drogoteca
Hola Javier, buenos días. He tenido hace unos minutos la oportunidad de leer el texto que ayer publicabas, titulado “Los canutos de Podemos”, y aún estoy en shock tras empaparme de tu análisis.
Lo mejor de todo es que tú sí tienes una carrera de medicina, para poder saber de qué hablas cuando hablas del cannabis, y no esos perroflautas porreros que son los que están dispuestos a tomar nuestras señeras instituciones al asalto.
¡No pasarán! ¡Javier, amigo, déjame ser tu General Neville mientras tú eres mi mariscal Pétain! Ambos luchando contra el enemigo -hasta la victoria siempre- mano a mano en nuestro particular Verdún, bajo la lluvia de obuses enemigos y cogidos de la manita en el barro de la trinchera prohibicionista.
¡Da igual que las hordas de los talibanes cannábicos y sus apestosos cigarritos de la risa nos apedreen en Twitter! ¡Da igual que el ejército de activistas cannábicos de Podemos (¿lo cualo?) venga a hacernos escraches con humo psicoactivo! ¡No pasarán!
Como no quiero dejarme nada en el tintero, voy a seguir el presunto orden expositivo de tu texto para que veas que realmente me tomo muy en serio lo que dices, no sin antes declarar que a mí tampoco me gustan mucho los tipos con coleta, empezando por mí mismo. No me gusta Podemos en general, ni las opciones “de izquierdas” ya que tengo alergia a los colectivismos forzosos. Tampoco me gustan las opciones “de derechas” porque tengo alergia al clasismo snob de los feudo-liberales con pasión por volver a la Edad Media. Vamos, que soy un huérfano político carente de ideología concreta, así que no hace falta que me busques el carné del partido porque no tengo.
Lo primero, veo que toda esa diarrea que te aflige ha sido causada por un pacto -entiendo que de carácter político- y su intención de crear “una ponencia para estudiar el uso terapéutico del cannabis”. ¿Qué problema tienes con ello? ¿No eras médico? Ah no, que eres un mercachifle del papeleo forense y que a ti sólo te dejan jugar con cadáveres mayormente, como medida de protección de ese valuable ente que es la salud pública. Es igual, no te preocupes que yo te sigo explicando, que te hace mucha falta, Javichi.
Veo que te preocupa que el objetivo de ese paso político sea en realidad un ardid de los de Pablo Iglesias para poder auto-abastecerse de auto-cultivos para su auto-consumo. Y ya se te escapa la primera flatulencia por esa boquita halitósica que te gastas: ¿llamas gentuza a los representantes políticos electos por el pueblo? Mal, eso no se hace, Javichi. No se hace cuando tienes tu currito -con designación digital, a dedazo- en el que debes pronunciarte legalmente y ante el juez en los diversos casos que tengan la desgracia de pasar por tus manos. ¿No lo ves inapropiado? En fin, no vamos a atascarnos en la primera piedra. Continuemos.
Dices que se pretende el consumo generalizado de cannabis en “vuestra” plaza y convertir Baleares en un destino mundial para esos enfermos “no enfermos” -como tú bien indicas- que son adictos al cannabis. Ojalá Baleares pudiera aspirar a algo así, en lugar de a albergar una estructura de organización criminal bajo apariencia de cargos políticos y funcionariado (como tú). Sería un estupendo proyecto de desarrollo, ecosostenible y positivo para todo su entorno, que no causaría ni la milésima parte de las molestias y los daños, heridos y muertos incluidos, que causa el alcohol en Baleares.
A todo esto ¿no fue en Baleares, concretamente en Mallorca, donde 2 policías nacionales borrachos -uno el jefe de la unidad de delincuencia organizada y otro un madero más- atropellaron y mataron, delante de su marido, a una turista alemana que iba en bicicleta y se dieron a la fuga? Qué malo es el cannabis, ¿eh Javichi?
Parece que te emociona un futuro en el que un médico como tú pudiera prescribir (¿pero te dejan?) cannabis (“a sus señorías” dices, debe ser que sólo trabajas con clientela selecta). Tranquilo, es lo que viene, lento pero seguro, y a lo mejor llegas a verlo antes de que evolucione más tu enfermedad y acabes en una esquina institucionalmente acolchada, balanceándote babeante sobre tu trasero.
Te parece una burrada, merecedora de censura ni más ni menos, que se pretenda estudiar una droga “de abuso” según la OMS. ¿De verdad que hiciste una carrera de Medicina? ¿No te lo habrás hecho como hizo el mítico Roldan, que se curró sus títulos con el photoshop? E inmediatamente -a falta de argumento alguno- saltas a que te hace mucha gracia el uso del “auto” en lo referido a cultivo y consumo. Pues mira, ahí te voy a dar la razón: yo también creo que es un uso incorrecto del lenguaje. Pero al mismo tiempo soy consciente de que el lenguaje es aquello que nosotros hacemos al comunicarnos, siendo elástico y cambiante. Me dirás que si acaso soy licenciado en Filología Hispánica para hacer semejantes observaciones, y no, no lo soy. Aunque seguro que tampoco lo son los redactores de la sentencia del supremazo contra el cannabis, miembros todos del Tribunal Supremo y que, para tu hilaridad hebefrénica usa también dichos términos en la sentencia referida.
En concreto el Tribunal Supremo en dicha sentencia, usa los términos “autoconsumo” (en repetidas ocasiones), “autoabastecen”, “autoconsumidor”, “autogestionario”, “autogestión”, “autocultivo”, “autosuministro”. ¡Mira que son perroflautas neologistas estos togados locos del Supremo, eh forense? ¿O es que los jueces del Tribunal Supremo están fumados? Eso lo afirmarás desde tu dilatado bagaje como forense, ¿no? Y menos mal que ya estás tú para enmendarles la plana: ¡¡que eres tertuliano en la radio, ojito que muerdes!!
Luego en tu texto entramos en la parte más coprófila de tu pensamiento, y te conviertes en un surtidor de estiércol al tener que recurrir a la falacia “ad hominem” más pobre y triste, llamando “pobres” a esos que tomas por contrincantes. Ufff, un poco heavy la cosa, ¿no? Atacar a alguien por que no tenga o no haya tenido dinero, denota resentimiento, pobreza espiritual y muy poca clase, forense. Ahí realmente te has dejado ver…
¿Cuando tiene que emitir un dictamen, se pregunta también cuánto dinero tiene cada una de las partes interesadas en él? Esas cosas son las que tu texto me hace realmente preguntarme.
Ya me han advertido de que eres un polemista de los medios locales, al estilo Inda pero con menos luces todavía (y ya es jodido). Debo reconocer que Pablo Iglesias la clavó el día que llamó “Pantuflo” a Inda en TV. Pocos personajes del imaginario colectivo hispano encajan tan bien en la representación de lo rancio e hipócrita. ¿Aspiras a ser como él o quieres llegar a ser como el repugnante Salvador Sostres? Es que yo te veo maneras y, lo mismo, como cuando el tonto coge el camino y aunque el camino se acabe, el tonto sigue…. pues…. en fin, sigamos. Bueno, espera un poco que me voy a liar un canutito. ¿No irás a usar el argumento contra-consumidor conmigo? Yo te prometo que el que seas abstinente (¿también a la cocaína, forense? ¿a todas las drogas? Venga ya hombre. ¿Te has visto los ojitos que te gastas en la foto del texto, que parece que te caíste en la marmita cuando eras un feto? Sé sincero, Javichi…) no va a cambiar ni una palabra de lo que tengo que decirte.
Dices también que debes defenderte previamente por escribir estas cosas. No. No es por escribir estas cosas, que pueden o no gusta a un sector u a otro, sino por escribir sin argumentos, sin rastro de capacitación profesional y exhibiendo orgulloso tu ignorancia, como sólo un ignorante puede exhibirse, ajeno a la realidad circundante.
Yo también iría encantado fumándome un buen trompetón de cannabis al parlamento, o donde sea. ¿Cuál es el problema, Javichi? Dices que habría que exigirle pruebas de drogas en cabello a esos representantes electos del pueblo para buscar cocaína, morfina, anfetamina y THC. ¿Tú eres un poco tonto, no? ¿Para qué necesitas buscar THC si vamos con el porro en la boca? ¿Acaso nos ves en el armario, forense?
Ahora que mencionas lo de las pruebas de drogas en el pelo, recuerdo a unos policías que -presuntamente- mataron a hostias a un ciudadano indefenso, inerme y no agresivo y que intentaron justificarlo, con ayuda de algún miserable de tu calaña, con las trazas que el asesinado Juan Benítez podía tener de cocaína en sangre. Lo curioso, es que cuando vieron que esas trazas de metabolitos de la cocaína no explicarían nada en una sala judicial, los policías se rasuraron todo el cuerpo para escaparse de la prueba de drogas que el juez instructor les ordenó realizarse. Y es que es más probable que sean esos violentos que golpean y matan a un hombre entre varios, los que vayan ciegos de cocaína. ¡¡Qué cosas me está trayendo tu texto a la cabeza!!
Esgrimes, a modo de dato que apuntale tu escatológica vomitona, que el 45’7% de los nuevos ingresos en centros de rehabilitación de adicciones se efectúa “por consumo de cannabis”. Lo que obvias decir, es que dichos ingresos están perversamente estimulados por el laberinto legal de trampas y mentiras a cumplimentar, para que a un chaval no le casquen una multa por estar fumándose un porro. Esos son los “adictos” que rellenan tu 45’7%, so gañán. Deberías, ya que presuntamente eres médico, aprender a mirar un poco más allá del dato simple. Aunque si pudieras hacerlo de forma natural, no serías lo que eres.
Para ir rematando la jugada, y que sirva de advertencia a todos los que alguna vez tengan que ver algo con Javier Alarcón de Alcaraz, haces un batiburrillo con varios “clásicos” del debate y te atreves a incluir, en tu zoqueta ignorancia, a los cannabinoides sintéticos en ella, cuando no tienen nada que ver con el cannabis y precisamente los movimientos de regulación/legalización del cannabis persiguen evitar su consumo, que a diferencia del cannabis, es altamente dañino y puede ser mortal. Mezclas eso con la manida vinculación del cannabis y la esquizofrenia -que yo creo que es a la inversa cuando escucho hablar a gente como tú- y, ya para que el viaje al pasado sea completo, una reafirmación de la “teoría de la escalada en drogas”, que hasta el prohibicionismo más rancio (no tanto como tú) ha dejado de lado hace años. ¡¡Actualízate, so memo!!
Rematas con una guinda en la que acusas a Bayer de ser responsable de los efectos secundarios de la Aspirina -al loro con la forma de discurrir de este pseudo-científico que podría rivalizar diciendo tonterías con el gran Josep Pamies– y de la misma forma quieres que los promotores de ese debate que tanto te asusta, paguen con su dinero los supuestos daños que el consumo de cannabis pudiera crearle a los adultos que libremente decidieran consumirlo. Todo muy lógico, sí. La culpa es de los que buscan que los ciudadanos no tengan que usar como vehículo recreativo simplemente alcohol, una droga dura y fuertemente nociva para el organismo (hígado y sistema nervioso especialmente), y quieren que los adultos puedan elegir entre otras opciones. ¡¡Pero qué mala gente son esos rojos, eh!!
Tu último cuesco nos deja el aire apestado, cuando comparas la prescripción de mórficos -lo dice un paciente que los usa por prescripción- con el consumo de cannabis. ¿De verdad eres idiota o sólo te lo haces? Porque lo haces muy bien…
Todo ello lo envuelves, para terminar, en el papel de regalo de la acusación ideológica pura, en la que hablas de engaño científico (¿pero tú te has visto bien, alma de cántaro?) del que no aportas prueba alguna aparte de la de tu exhibida ignorancia, y luego ya te saltas a eso de hablar “contra los progres y el progreso”, muy en la línea del argumentario de tus “padres ideológicos” en el PP.
Acabas preguntándote -en una bella estampa retórica que me recuerda a Leonardo DiCaprio cuando hace la escenita de Titanic en la proa del barco- si el cannabis curará la enfermedad de ver enfermedades en aquel que simplemente es diferente. ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú, tronco, que como abstinente y de derechas que eres, te has despachado a placer contra los de izquierdas y los no-abstinentes simplemente por ser distintos a ti, que por otra parte es algo muy loable (no parecerse a algo como tú, Javichi).
Antes de terminar te diré que no soy de esos que creen y afirman que el consumo de cannabis u otras drogas hagan -por defecto e invariablemente- mejor persona a quien consume. De hecho el número de hijos de puta entre consumidores viene a ser muy similar al número de hijos de puta entre forenses tertualianos fachas. Y es que, amigo Javichi, querido forense de mis estimadas Islas Baleares, “quod natura non dat, Helmantica non praestat”.