El gobierno norteamericano incluye actualmente el cannabis en la misma lista de sustancias controladas a la que pertenecen la heroína y el LSD.
La DEA (del inglés Drug Enhancement Administration) es la Administración para el Control de Drogas del gobierno norteamericano, y se dedica a luchar contra el contrabando de drogas y el consumo en los Estados Unidos. Esta agencia ha afirmado que en los próximos meses tomará una decisión que puede suponer un punto de inflexión para la floreciente industria cannábica legal.
En una circular enviada a legisladores gubernamentales, difundida públicamente por el Washington Post, la DEA comunicaba su intención de decidir si reclasifica la marihuana “en la primera mitad de 2016«.
Actualmente, la marihuana está clasificada en la lista 1 de la Controlled Substances Act (Ley de Sustancias Controladas), una clasificación que comparte con otras sustancias como la heroína o el LSD, y que el gobierno norteamericano define como “las drogas más peligrosas” que no tienen “usos médicos aceptados y que conllevan un alto potencial de abuso”.
Los defensores de la legalización cannábica llevan reclamando mucho tiempo una reclasificación de la planta, y alegan para ello su relativa seguridad si la comparamos con una sustancia como la heroína, responsable de 11.000 muertes por sobredosis en 2014, según los datos ofrecidos por el National Institutes of Health. El motivo para la reclasificación de la marihuana también se debe a su potencial para su uso médico, ya que 23 estados ya han legalizado el uso de la marihuana como terapia para ciertas enfermedades, como el cáncer o los dolores crónicos, y también Vivek Murthy, Director general de la Salud Pública en los Estados Unidos, afirmase el año pasado que “la marihuana puede ser muy útil” en ciertas condiciones médicas.
Si la DEA finalmente reconsidera la reclasificación del cannabis, rebajándola de categoría y equiparándola a otras sustancias menos peligrosas como la cocaína (lista 2) o la ketamina (lista 3), sería un hecho que abriría todavía más las puertas a la investigación de sus posibles aplicaciones médicas. Mientras esto sucede, el gobierno tiene un contrato en exclusiva con un laboratorio de investigación de la Universidad de Mississippi, para cultivar cannabis con fines de investigación científica, y la DEA confirma en la nota anteriormente citada que únicamente suministró marihuana a una media de 9 investigadores al año con fines científicos entre 2010 y 2015.
La reclasificación de la marihuana también tendría un importante efecto económico en la industria legal de la marihuana, que algunas predicciones sitúan en unas ventas de 6.700 millones de dólares este año, con una expansión cercana a los 22.000 millones de dólares en 2020. Mientras en los últimos años cada vez más estados votan para legalizar la marihuana para distintos usos, la droga sigue siendo ilegal a nivel nacional – un gran lastre para el desarrollo de la industria y muchos negocios relacionados con el cannabis que se han visto afectados por las dificultades para trabajar con bancos o los problemas impositivos que han frenado en gran parte tal desarrollo.
Fuente: Fortune