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La última semana de la Guerra contra las Drogas, ¿o no?

La última semana de la Guerra contra las Drogas, ¿o no?

Por Guillermo Veira

Ante la inminente reunión de la UNGASS sobre drogas las esperanzas y los miedos miden sus fuerzas.


El próximo 19 de abril comenzará la Sesión Especial sobre drogas de la Asamblea Genera de Naciones Unidas (UNGASS). Una cita determinante para la política mundial sobre drogas y que aún no está claro si será un nuevo obstáculo o un espaldarazo definitivo para las iniciativas han ido surgiendo a nivel mundial en los últimas décadas cuestionando la actual política de drogas. A días de esta cita no dejan de aparecer nuevos posicionamientos de grupos de presión e instituciones sociales intentando impulsar a la opinión pública y a los países participantes hacia posiciones reformistas de la actual estrategia mundial: la Guerra contra las Drogas. Una cita que en un principio se vio como una oportunidad y que tras la reunión preparatoria celebrada en Viena el pasado marzo ha dado paso a cierto pesimismo. Un encuentro que enfrentará la esperanza por acabar con esta guerra contra las drogas contra el miedo por cambiar la política impuesta por más de cuarenta años por los Estados Unidos de Norteamérica.

Viena: ¿Diplomacia o negacionismo?

Tras la reunión preparatoria de la Sesión Especial, el pasado mes de marzo, el optimismo ante la cita de abril sufrió un duro golpe. La Comisión de Estupefacientes perteneciente a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODD) fue la encargada de organizar y desarrollar la reunión y el documento final que surgió de ésta resultó ser una gran decepción. Ante este documento organizaciones de la relevancia de Transnational Insitute (TNI) se vieron obligadas a contestar de manera contundente. Bajo el título: El documento final de la UNGASS: ¿Diplomacia o negacionismo?, el TNI denuncia el contenido y la manera de abordar el problema de la actual política de drogas ante el contexto actual: “El proceso ha sido dominado por las fuerzas que abogan con el status quo dentro del aparato del Control de Drogas de Naciones Unidas en Viena. Estas instituciones han procurado excluir de forma activa ideas innovadoras y progresistas de Estados miembros, otras agencias de Naciones Unidas y de la propia sociedad civil; perpetuando las mismas luchas de poder y la parálisis que ha obstaculizado el debate sobre drogas durante décadas”. Üna denuncia que pone en evidencia las tensiones existentes ante esta próxima reunión y la fuerte presencia de un sector que apuesta por la continuidad de la actual política de drogas. Un sector que, como denuncia el documento de el TNI, “ignora casi toda las consecuencias que permitirían redirigir los incontables desafíos, las difíciles relaciones y las contradicciones que existen en la política internacional de control de drogas ”.

La Guerra contra las Drogas ha fracasado

Tanto la reunión preparatoria como el documento final no consiguen ocultar una realidad: el fracaso de la actual política de drogas. Y es esta nuevo ejemplo del intento por mantenerla viva en Naciones Unidas lo que ha hecho que este argumento se esgrima con más fuerza por organizaciones, instituciones, personalidades internacionales y sociedad civil de cara a la reunión definitiva de los próximos días. Como síntesis de estas expresiones el reportaje que publicó la pasada semana el semanario británico The Observer bajo el siguiente título: La Guerra de las Naciones Unidas contra las drogas ha fracasado ¿Es el momento de un enfoque diferente?. Un artículo que rescata la mayoría de posicionamientos internacionales de cara a este encuentro así como los principales argumentos. Desde la Comisión Global sobre Drogas, la Fundación Open Society, los posicionamientos públicos de los gobiernos de Guatemala o Colombia cuestionando la política actual, las contradicciones entre las propias agencias de la ONU… y cerrando el artículo unas declaraciones de Sir Richard Branson, el caballero verde marihuana: “La clave ahora es entender que es una trayectoria a largo plazo. La UNGASS es un empujón, pero no es la última oportunidad para el cambio. En los próximos años veremos más países experimentando y entrando a este nuevo territorio”. Una afirmación que si bien guarda un fondo optimista parece quitar importancia a la posible resolución de esta nueva Sesión Especial: “Lo que también importa en la UNGASS son las señales y los gestos. Algunos gobiernos están preparando declaraciones poderosas. Y durante un momento los líderes mundiales pondrán su atención en Nueva York, haciendo de esta sesión un fuerte espectáculo de disensión. En realidad esto puede ser más efectivo que el propio documento final”.

El fuego apaga el fuego

A unos días de esta cita parece que las esperanzas depositadas en ella se antojan excesivas. El contexto internacional tampoco acompaña para una resolución diferente por parte del organismo que modifique el actual marco internacional. Es difícil imaginar como un mundo en el que cada vez suenan más y más insistentes tambores de guerra, la comunidad internacional vaya a poner fin a una guerra que dura casi medio siglo y que trae aparejada un importante flujo económico internacional. Según el reportaje de The Observer son más de 320 mil millones de dólares el beneficio que al año reporta el control directo del mercado de la droga. Tampoco podemos ignorar el importante y doble beneficio para la industria armamentistica mundial en esta guerra: por un lado por la obligación de los gobiernos de aumentar y mejorar sus pertrechos militares sumada a la necesidad de los propios cárteles de armarse para enfrentar estas amenazas y seguir lucrándose. En unos días comprobaremos si las insinuaciones de Sir Richard son ciertas o parte del pesimismo después de la reunión preparatoria. Por ahora, y gracias al trabajo del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, podemos disfrutar de una coincidencia. Los tres principales exportadores de armas del mundo: Estados Unidos, Rusia y China, son tres de los países que mayor oposición muestran ante este posible cambio en la política de drogas a nivel mundial. Puede que después de todo el fuego no apague el fuego pero su intento si deje suculentos beneficios.

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