Franco Roberti, fiscal nacional anti-mafia y magistrado italiano, afirma en una entrevista concedida a la agencia Reuters que descriminalizar la venta de cannabis golpearía seriamente a la organización terrorista y al crimen organizado.
Según sus palabras, las investigaciones realizadas por el gobierno italiano tienen pruebas de que ISIS (el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico o también conocido como Dáesh) y la mafia italiana están traficando con hachís conjuntamente utilizando una ruta por el norte de África.
Roberti ha manifestado que la ruta que emplean para traficar con el hachís parte desde Marruecos, vía Argelia y Tunez hasta Tobruk, al este de Libia. En esta ruta se encuentra la ciudad costera de Sirte (también conocida como Surt), que ahora sirve de base en el mediterráneo para la rama más poderosa del Isis fuera de Siria e Irak.
“Sin duda, Daesh controla la ruta Libia, controla la costa a lo largo del Golfo de Sirte” afirmó Roberti, que se basa en investigaciones que todavía no han sido desveladas al público, pero que confirman que el crimen organizado italiano, que ha controlado durante mucho tiempo el tráfico de drogas ilegales en el país, está colaborando estrechamente con “supuestos terroristas” del norte de África.
“La descriminalización o incluso la legalización sería un arma eficaz contra los traficantes, entre los que podría haber terroristas que están haciendo dinero con ello”. Citando cifras de la oficina de Crimen y Narcóticos de las Naciones Unidas, el tráfico de drogas ilegales (entre las que se incluye el cannabis) supone un volumen de 32.000 millones de euros anuales para la mafia italiana.
El Estado Islámico controla únicamente una parte de la ruta norte-africana pero el tráfico de narcóticos en conjunto supone casi un 7% de la financiación del grupo terrorista, según los datos presentados en un reciente informe publicado por la empresa IHS.
Según Roberti, “la mafia y los terroristas se financian realizando actividades criminales muy similares y típicas de la mafia, como son el tráfico de drogas, el contrabando de bienes comerciales, de petróleo, de arte y reliquias arqueológicas, los secuestros y la extorsión”.
Mientras afrontan los enormes desafíos que suponen la lucha contra el tráfico de personas, el contrabando de cocaína, y el terrorismo internacional, los investigadores dedican muchísimo tiempo y energía a combatir el tráfico de cannabis, con muy pocos resultados.
“Gastamos muchísimos recursos sin ningún resultado. No hemos conseguido reducir el tráfico de cannabis. Al contrario, ha aumentado” dijo Roberti, que lleva más de treinta años combatiendo a la mafia.
“¿Vale la pena emplear tanta energía en combatir la venta callejera de una droga “blanda”?” pregunta. Según los datos más recientes del gobierno italiano, alrededor de 3 millones y medio de italianos, de edades comprendidas entre los 15 y los 64 años, consumieron cannabis en 2014.
“El cannabis es mucho menos dañino que otras drogas, que no deberían ser descriminalizadas”, afirmó Roberti. Pero las leyes italianas sobre venta o cultivo cannábico son muy severas y pueden conllevar incluso penas de prisión.
En el libro que Roberti acaba de publicar, titulado «Il contrario della paura» (“Lo contrario al miedo”), el magistrado italiano profundiza sobre las similitudes entre ISIS y la mafia italiana, y reflexiona sobre cómo se podría mejorar la lucha contra ellos. También sugiere que toda Europa, y no sólo Italia, debería pensar cómo sacar mayor provecho de sus recursos para investigación: “Sobre la descriminalización (del cannabis) debería haber un debate interno en Italia, pero también un debate europeo”.
Fuente: Reuters