Por Dr. Fernando Caudevilla
En el primer artículo de esta serie sobre las aplicaciones terapéuticas del cannabidiol (CBD) hicimos un repaso histórico sobre su descubrimiento y los motivos que llevaron a que sus posibles usos médicos hayan pasado desapercibido hasta hace pocos años.
Comenzaremos este repaso con dos enfermedades relacionadas con el Sistema Nervioso Central muy distintas entre sí: la esquizofrenia y la encefalopatía perinatal hipóxico-isquémica.
Con respecto al uso del CBD como psicofármaco, lo más destacado tiene que ver con sus propiedades antipsicóticas. Se sabe que dosis muy elevadas de THC pueden producir síntomas de tipo psicótico y que estos efectos se atenúan con la administración de CBD. Este es el motivo, por ejemplo, de que el extracto de cannabis comercializado en spray para la esclerosis múltiple tenga una proporción 1:1 de THC y CBD, ya que este último amortigua los efectos mentales del THC. A partir de esta observación se ha estudiado si el CBD puede tener, por sí solo, propiedades antipsicóticas que puedan ser de utilidad en enfermedades como la esquizofrenia.
Tanto en las psicosis agudas inducidas por el cannabis como en los trastornos psicóticos de origen psiquiátrico se sabe que están alterados los receptores cerebrales NMDA y que el CBD actúa estabilizándolos. Ya existían algunas comunicaciones anecdóticas que sugerían que el CBD podría ser beneficioso en algunos enfermos de esquizofrenia, pero en 2012 se publicó el que hasta el momento es el estudio clínico más representativo. Durante 4 semanas se comparó la eficacia de la amisulprida, un tratamiento convencional para las psicosis, con un extracto purificado de CBD sobre un grupo de 42 pacientes diagnosticados de esquizofrenia. La eficacia de ambos tratamientos fue similar pero los efectos adversos fueron mucho más leves y menos frecuentes en el grupo de pacientes a los que se había administrado CBD.
Uno de los inconvenientes de los tratamientos antipsicóticos convencionales es la gravedad de sus efectos colaterales, que incluyen trastornos cardiovasculares significativos, incremento de peso, riesgo de diabetes o problemas de tipo neurológico. En muchas ocasiones los pacientes psicóticos no tienen percepción de padecer una enfermedad pero sí son conscientes de los efectos adversos que producen las medicaciones. Así, los abandonos de la medicación son un problema frecuente, lo que dificulta el tratamiento y empeora el pronóstico. Disponer de fármacos antipsicóticos que presenten eficacia con menos efectos negativos sería un avance muy significativo y en este sentido el CBD representa una esperanza. Esto no indica que el CBD (y aún menos el cannabis) sean un tratamiento eficaz para la esquizofrenia y son necesarios más estudios para obtener una respuesta.
Otra enfermedad en la que el CBD parece tener aplicaciones potenciales importantes es la encefalopatía perinatal hipóxico-isquémica. Con este nombre se conoce al síndrome neurológico que aparece en recién nacidos como consecuencia de un insuficiente aporte de oxígeno y nutrientes durante el parto. Existen muchas circunstancias durante el parto que pueden dar lugar a esta situación, cuya frecuencia ha disminuido drásticamente durante las últimas décadas por los métodos de diagnóstico perinatal y posibilidad de hacer cesárea si es necesario. Pero se siguen produciendo casos, sobre todo en prematuros, cuyas consecuencias pueden oscilar entre sutiles déficits neurocognitivos y daños neurológicos severos, dependiendo de la causa, el tiempo que el cerebro haya estado sin oxígeno y el tratamiento que se haya podido utilizar.
En la encefalopatía perinatal hipóxico isquémica se produce daño cerebral por la falta de oxígeno. Los daños se extienden más allá de las células destruidas inicialmente y la liberación de sustancias y el desarrollo de procesos bioquímicos complejos d a lugar a que la destrucción de neuronas se prolongue varios días después de que desapareció la causa. El tratamiento no puede resucitar las células que han muerto pero busca limitar estos daños y evitar la destrucción de más neuronas. La hipotermia es la medida terapéutica más eficaz para la encefalopatía hipóxico-isquémica y supone bajar la temperatura del cuerpo de forma artificial para ralentizar y paralizar los procesos destructivos que están teniendo lugar en el cerebro. Este tipo de técnicas sólo se realizan en Unidades de Cuidados Intensivos neonato muy especializadas y su mayor eficacia se ha demostrado en los cuadros leves-moderados.
Las características y los mecanismos de acción del CBD hacen que se trate de un buen candidato para la encefalopatía hipóxico-isquémica. La entrada de calcio dentro de las neuronas y la liberación de glutamato son dos de los mecanismos por los que se produce muerte celular en esta enfermedad y el CBD actúa de forma selectiva sobre estos dos sistemas. Además los cannabinoides tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, modulan la producción de óxido nitroso y son vasodilatadores. Además son neuroproliferativos (inducen el crecimiento y desarrollo de nuevas células nerviosas) y remielinizantes (reparan las vainas que recubren el tejido nervioso). Hasta el momento, los efectos beneficiosos del CBD se han demostrado en modelos animales como cerdos, ratones y ratas. En todas estas especies se ha estudiado el efecto del CBD en crías recién nacidas y asfixiadas, con resultados muy positivos. En algunas investigaciones el CBD es eficaz no sólo administrado de forma inmediata, sino hasta 12 a 24 horas después de la asfixia. Además podría aplicarse en conjunción con la hipotermia, mejorando los resultados. El equipo médico de la Unidad de Neonatología del Hospital Puerta de Hierro, dirigido por el Dr. Jose Antonio Martínez Orgado, ha demostrado ya la eficacia en modelos animales (cerdos) y va a comenzar próximamente los estudios en humanos.