El pasado 12 de Abril, Juan Zurita Argüelles entró en prisión para cumplir 3 años y medio de prisión, como condena por un supuesto delito contra la salud pública.
El único delito que ha cometido Juan, es ser cultivador de cáñamo… como ya sabéis, el cáñamo es otra variedad de la planta del cannabis, que se emplea para múltiple finalidades, desde la fabricación de celulosa, textiles, materiales de construcción, aceites y semillas comestibles, biocombustibles, lubricantes y bioplásticos, aplicaciones medicinales, y un largo etcétera…
La diferencia entre cáñamo y marihuana, es la concentración de THC de las dos variedades de cannabis. La marihuana que consumimos con fines recreativos o terapéuticos contiene unos niveles más elevados de THC, normalmente por encima del 5% o 7%, hasta límites muy superiores. El cáñamo (habitualmente llamado “cáñamo industrial” para remarcar su diferencia) no suele alcanzar los mismos niveles y rara vez supera una concentración del 1% (que es el valor establecido por las normativas nacionales e internacionales para permitir su cultivo en explotaciones agrícolas).
Pues bien, el caso de Juan Zurita es el siguiente. En 2014, el cultivador granadino, que por cierto es uno de los pioneros del cultivo de cáñamo en nuestro país, transportaba con su coche unos cuantos kilos de cáñamo para su venta cuando le dieron el alto en un control de policía. Se le incautó el material, para que la policía lo analizase y asegurase que no se trataba de marihuana. Voluntariamente, Juan invitó a la policía a su cortijo en la Alpujarra para que las autoridades confirmasen que su actividad era totalmente legal. Pero una vez allí, se le confiscaron también otros 120 kilos de cáñamo para su análisis.
Y cuál fue la sorpresa de Juan al descubrir que menos de una semana después de la incautación de su producción de cáñamo, la policía entregó a Europa Press una nota de prensa en la que comunicaba que había aprehendido 126 Kilos de marihuana a Juan. Y lo más flagrante del caso, es que los análisis que debían confirmar si se trataba de un material legal o ilegal no se realizaron hasta un mes después de que la nota de prensa fuera difundida.
«En los análisis se decía que todo era marihuana, independientemente del nivel de THC de las distintas muestras. El argumento fue que sobrepasaba el 0’2% de THC y así lo declaró el perito policial en el juicio. El perito habló de una supuesta normativa vigente.»
Y el juez encargado del caso, basándose en la declaración del perito, condenó a Juan a tres años y medio de prisión.
Las plantas de Juan tenían, según esos mismos análisis, un 0,77% de THC. Y aquí surge otro problema, y es que las normativas vigentes en nuestro país y fuera de él, consideran que se trata de marihuana cuando la concentración de THC en las muestras supera el 0,2% (anteriormente, este límite se encontraba en el 0,3% pero se modificó en 2002).
Juan entró en prisión la semana pasada, y desde Alsativa y diversas plataformas, se ha puesto en marcha una recogida de firmas para que tanto el Juez, como la policía científica de Málaga estudien de nuevo su caso, y Juan sea puesto en libertad…