Un nuevo estudio confirma que en los estados norteamericanos donde se receta la marihuana para uso terapéutico, el consumo de calmantes de prescripción ha bajado notablemente.
Un grupo de expertos en Administración Pública de la Universidad de Georgia, encabezados por Ashley C. Bradford y W. David Bradford, son los autores del estudio “Medical Marijuana Laws Reduce Prescription Medication Use In Medicare Part D”, publicado en Health Affairs este mes de Julio.
En este estudio, se confirma con datos lo que hasta ahora sólo era una hipótesis, y es que la marihuana terapéutica no sirve únicamente para que los estados donde hay leyes vigentes permitiendo su uso se ahorren millones de dólares en Medicare (el programa de cobertura de seguridad social de los Estados Unidos), además, se está constatando que en dichos estados, el consumo de analgésicos está descendiendo notablemente.
A pesar del aluvión de estudios centrados en cómo las sobredosis y el abuso de analgésicos eran inferiores en los estados donde la marihuana terapéutica está permitida, los investigadores seguían realizando conjeturas sobre si estos pacientes (a menudo enfermos crónicos), preferían la marihuana a los medicamentos con receta.
Este nuevo estudio deja atrás las hipótesis y las conjeturas y confirma lo que los investigadores sospechaban desde hace tiempo: la relación entre el descenso de recetas de analgésicos y el uso de marihuana terapéutica ya no es una teoría. En 17 estados donde desde 2013 hay leyes para la dispensación de cannabis terapéutico, la prescripción de analgésicos, entre otras drogas, descendieron notablemente más que en otros estados donde no se ha legalizado la marihuana medicinal. La disponibilidad de marihuana en estos estados, ya sea cultivada en casa u obtenida en dispensarios autorizados, también tuvo un efecto considerable en los gastos del Medicare. Según el estudio, el sistema Medicare se ahorró 165,2 millones de dólares en 2013 dado a este descenso en las prescripciones de medicamentos. Las cifres de estos descensos han sido bastante notables, y según el estudio la mayoría de médicos recetaron menos antidepresivos, anticonvulsivos y antiepilépticos, y medicamentos contra las náuseas. También han constatado que los doctores recetaban cantidades menores de ansiolíticos y especialmente, muchos menos analgésicos o calmantes.
El estudio sugiere que de los 165,2 millones de dólares ahorrados en 2013, alrededor de 52 millones provienen de California, y si todos los estados siguieran su ejemplo, el ahorro total podría rondar los 468 millones de dólares.
Los descubrimientos de este estudio, según los Bradford, autores del mismo, empezaron con una pregunta muy sencilla: ¿Cómo afecta la marihuana el consumo de drogas de prescripción? Y con esta pregunta en mente, se dedicaron a rastrear las bases de datos públicas de todas las recetas medicas emitidas por Medicare desde el año 2010 hasta 2013, creando modelos estadísticos en busca de respuestas. Para obtener unos resultados más precisos en su investigación, ajustaron su búsqueda incluyendo únicamente los casos médicos en los que la marihuana terapéutica pudiera ser eficaz como tratamiento alternativo a las medicinas con receta. Y obtuvieron una lista de nueve categorías, seleccionando al menos un medicamento autorizado por la FDA (Food and Drug Administration) para cada caso clínico.
Las categorías eran: dolor, ansiedad, náusea, depresión, desórdenes del sueño, psicosis, convulsiones, espasticidad, y glaucoma. Todas estas patologías están aceptadas en los estados con una legislación para su tratamiento con marihuana medicinal.
“Observamos que en siete de los nueve grupos de enfermedad que estábamos estudiando hubo grandes reducciones en las prescripciones cubiertas por el Medicare cuando los estados pusieron en marcha las leyes de marihuana medicinal. Y cuando decimos “pusieron en marcha” nos referimos a que los pacientes tenían acceso a la marihuana”.
El estudio no diferencia los datos de prescripción de opiáceos (tan problemáticos estos tiempos en los Estados Unidos), dentro de la categoría de “dolor”, pero examinando los medicamentos prescritos autorizados por la FDA para esta categoría, los autores afirman que “bastantes, sino la gran mayoría de los medicamentos prescritos para paliar el dolor y que incluimos en el estudio, eran opiáceos”.
Los responsables de Medicare se han negado a comentar este nuevo estudio, pero sí que han anunciado que “se están esforzando en reducir el número de pacientes de Medicare que hacen un uso excesivo de los opiáceos”. Esto no sorprende en absoluto a los autores, ya que la marihuana sigue clasificada en la Lista 1 y ni se imaginan que Medicare quiera involucrarse en esto, “aunque estén a favor”.
Os recordamos que la marihuana está clasificada en la Lista 1 junto a otras sustancias como la heroína y la metanfetamina, lo que significa que el gobierno considera que no tiene ningún uso de tipo médico, y sí un gran potencial de uso abusivo.
Los autores, que siguen analizando los datos en relación a la marihuana medicinal y su impacto en las recetas por parte de Medicare, esperan que ambos estudios servirán “como herramienta para determinar los pros y los contras que conlleva la legalización de la marihuana medicinal”.
“Pensamos que uno de los argumentos más evidentes que hay que sacar de nuestros estudios es que tanto los médicos como los pacientes reaccionan ante la disponibilidad de marihuana medicinal como si se tratase de una medicina. Y eso es otra evidencia más que creemos choca frontalmente con la clasificación de la marihuana en la lista 1 de sustancias prohibidas”.
Fuentes: Health Affairs / Health Affairs