Por Manuel Valencia
Guionista, directora, presentadora de televisión… y sobre todo ilustradora y dibujante de cómics con un estilo absolutamente personal. ¿Quieres conocerla a fondo?
Sandra Uve se atreve con todo. Esta catalana de la generación del 72 no le tiene miedo a nada, aunque lo suyo son las viñetas, los dibujos y los lapiceros de colores. Ha autoeditado fanzines, expuesto en museos y publicado un puñado de libros y comic books. Llega a la entrevista con ganas de hablar, así que no hay que perder tiempo y le disparamos la primera pregunta.
Como ilustradora, ¿en qué estás trabajando actualmente?
Mi último trabajo ha sido un cartel para la Asociaciò de Gegants del Ocellaire de Barcelona. Pero sobre todo he tenido encargos privados: cuadros de acuarela, invitaciones de comunión, murales de interior y exterior para espacios publicos y privados… Ahora estoy diseñando un submarino tipo Nautilus, de Julio Verne, para una habitación infantil.
Historias poéticas
Hablemos de tus cómics. Desde principios de 2000 has publicado unos cuantos: «Pónme la mano aquí», «621 KM» «Los juncos»… hasta llegar al último: «Hora zulú».
Todos forman parte de mi recorrido personal y reflejan mi evolución vital y creativa. «621 KM« daba título a una compilación de tiras de cómic e historietas poéticas publicadas en mis anteriores fanzines, como «Annabel Lee» y «Ponnette«. El título se refiere a la distancia kilómetrica entre Madrid y Barcelona, ya que en esos momentos la recorría constantemente. «Los Juncos» es una novela en formato cómic con una historia autobiográfica completa sobre mi vida personal. Ratificaba mi estilo gráfico (desdibujado, fresco, naïf) y mi estilo narrativo (personal, íntimo, reflexivo) y marcaba un antes y un después en mi vida. Suposo mi proyecto creativo más importante, con unas ventas muy buenas y unas críticas excelentes. Es una novela gráfica de referencia y de la cual se han escrito tres tesis en diferentes universidades, dos españolas y una francesa, sobre novela gráfica contemporanea e intimista. También ha formado parte de exposiciones sobre cómic autobiográfico.
¿Y «Hora zulú»?
Es una novela gráfica que publiqué en 2013. Es una historia más compleja, nada personal, pero que sigue con su estilo intimista. Trata sobre tres amigos, dos chicos y una chica, que luchan por conservar su relación personal, determinada por una enfermedad mental que padece ella y que afecta negativamente a su relación. Se abordan temas tan variados como la neurociencia, la amistad, el amor, la poliandria, la arquitectura sostenible… Disfruté mucho escribiendo y creando el cómic, porque no es lineal. Tiene un montón de retórica con figuras tipo flashbacks, repeticiones, elipsis… Por cierto, lo vendo en mi págica web. ¡Fue una autoedición!
Dibujos íntimos
Casi todos tus cómics tienen mucho de autobiográfico. ¿Te sientes más cómoda contando cosas que te han pasado?
Bueno… Yo creo que sólo los dos primeros son autobiográficos, y en general en mi obra gráfica el denominador común es lo íntimo, no lo autobiográfico. Me gusta contar historias de personas, desgranar lo mejor de nuestras vidas: el amor, el desamor, la vida, la muerte, la energía vital, el amor por la naturaleza… No hago humor, ni crítica política ni social. Lo he hecho y me gusta, pero me siento más cómoda con lo contemplativo. Me gusta poder captar esos momentos intimos que tenemos las personas entre nosotros, en solitario, con la naturaleza o con los animales. Esos momentos donde no existe la vida tal y como la vivimos. Conversaciones sin móviles, observaciones del paisaje sin necesidad de retratarlo con una cámara. La no necesidad de compartir nada en redes. Ser nosotros, con nosotros mismos. Casi parece ficción hablar en estos términos, pero eso existe, aunque ya no nos acordemos ni lo practiquemos. Me siento cómoda retratando a personas, ya sea a mi misma o a otros, con lo mejor y lo peor de nosotros mismos.
Tengo curiosidad, ¿recuerdas el primer dibujo que hiciste cuando eras una niña?
Ojalá. Y mira que lo intento. Hago ese tipo de ejercicios mentales. De todas maneras llegas a conclusiones confusas. Ya sabes lo que dicen: «que tú mismo eliges los pensamientos que quieres cargar, de la forma que a ti más te interesa«. Es un poco lo que cuentan en la película «The adderall diaries«, donde el protagonista (que se mete todo tipo de drogas duras) recuerda su infancia de forma distorsionada en su propio interés, para sentirse menos culpable.
No recuerdo ningún dibujo, pero sí me creo lo que dicen mis padres: «te pasabas el día dibujando, y dibujabas de todo, hasta con un palito en la arena de la playa. Cuando dejamos el piso donde creciste hasta los siete años, te dijimos que pintaras las paredes. Y fue increíble: hiciste un mural completo que llenaba el piso de arriba a abajo«.
Cuando comenzaste a dibujar de manera más profesional, ¿quiénes eran tus dibujantes favoritos?
Empecé a dibujar de forma profesional con los primeros fanzines, a los dieciséis años. Había leído y disfrutado de los dibujos con autores de cómics tipo Purita Campos, Mariel (el personaje de Mamen, en «El Jueves«), Josep Mª Bea… Pero cuando descubrí a los expresionistas mi vida cambió: Egon Schiele, Gustav Klimt, Munch, Kandinsky, Paul Klee, Modigliani, Chagall… Todos estos dibujantes, grandes pintores, han determinado mi estilo.
Hierba y drogas duras
¿Qué opinión tienes de las drogas?
Tengo mi opinión personal, que es la mía y ya está. Las drogas tienen un tiempo especial en nuestra vida, y tal y como evolucione, después se va diluyendo y ya no forman parte de ella. Pero debe ser de forma natural, no forzada, como todo en general. Yo era hipotensa, por lo tanto no me sentaban muy bien los porros. Me daban bajones importantes. Y como soy una persona muy activa y no me gusta amodorrarme, no tomo nada.
¿Y la marihuana?
Tengo muchos amigos que la consumen de toda la vida. La disfrutan y han sabido dosificarla y cambiar de tipo cuando les ha venido bien. Y es una droga que no he visto que haya generado conflictos de ningún tipo, al contrario que las drogas más duras, con las cuales he tenido experiencias personales de gente muy cercana que se les ha ido la olla (y la vida). Ha sido triste, porque si no se dejan ayudar es casi imposible que puedas hacer algo al respecto.
¿Y qué te parece el cannabis como uso terapeútico?
Tengo referencias cercanas, aunque no las he vivido, de personas que han usado o usan la marihuana (y la Ayahuasca también) como paliativo de enfermedades degenerativas dolorosas y también para reducir dolor en cánceres durante la quimioterápia. Lo apruebo al cien por cien.
Enmascarados, vampiras sexys y serie B
En tu currículum hay de todo: ilustradora, presentadora de televisión, guionista… y hasta directora de películas de auténtico culto.
Sí, dirigí dos películas de serie B. Primero «Ángel de noche«, una de vampiras lesbianas, y en 2004 una muy loca: «616 DF. El diablo español vs. las luchadoras del Este«, que se estrenó en La Semana de Terror de San Sebastián. Nunca pensé que iba a acabar dirigiendo dos películas, pero me gustó mucho la experiencia de trabajar con los presupuestos tan reducidos que teníamos. Serie B total. Eran películas con una carga erótica fuerte, pero sobre todo eran muy divertidas. Fueron dos experiencias que me permitieron abrir una nueva etapa en mi vida, que fue la de la colaboración televisiva. Fíjate, comencé haciendo un fanzine en fotocopias, con tijeras y pegamento de barra y acabé haciendo películas, televisión y trabajando en el mundo editorial serio.
¿Qué tipo de películas de serie B son tus preferidas?
Me gusta que tengan un guión marciano y muy loco, que haya monstruos cutres, rock´n´roll… La película tiene que ser una fiesta. Pero si me preguntas por una favorita, me quedo con «El asesino de muñecas«, una española de 1975 dirigida por Michael Skaife. Tiene un guión delirante, está protagonizada por un personaje andrógino y extraño con parafilias surrealistas, sale Helga Liné, hay un final absurdo… Una maravilla.
+ info: