Mientras que en España asistimos a un llamativo inmovilismo en materia de regulaciónd el cannabis, medio planeta está adaptándose a los nuevos tiempos, implementando normativas y medidas encaminadas a regular el uso medicinal de la planta y, en algunos casos, también el uso recreativo. Es el caso de Colorado, cuya educación y sanidad se ven reforzadas con los ingresos generados por la aplicación de la legalización integral del cannabis; o de Canadá, que acaba de decir SÍ a la regulación del uso medicinal y recreativo de la marihuana, y la articulación de un nuevo y prometedor mercado competitivo.
Resulta paradigmático que el avance de los tiempos y la investigación médica en este campo, hagan mella en multitud de estados repartidos por todo el globo terráqueo, pero que nuestra querida España se limite a mirar hacia otro lado y desoír cientos de voces venidas desde la Universidad, organizaciones sociales, la comunidad médica y científica o la sociedad civil. Creemos que somos europeos, pensamos (o al menos así lo hacen nuestros dirigentes) que avanzamos en investigación y desarrollo y que nuestra economía se está recuperando de la más cruenta crisis vivida desde los años 80. Y sin embargo, ni por motivos éticos, ni morales, ni ideológicos, ni pragmáticos o de salud pública, metemos mano en este asunto. Ni el de la legalzación del cannabis, ni el de su regulación médica, ni el desarrollo de un nuevo enfoque positivo del problema de las drogas (abordado desde premisas educativas y de reducción de riesgos). Algo que supone arrinconar al colectivo de consumidores, desastir a las personas que padecen adicciones, alimentar el mercado negro y clasificar por vía penal los delitos de menudeo.
Pero no sólo eso, también implica renunciar a unos significativos ingresos por la venta legal de marihuana a través de los impuestos recaudados; y conlleva perder los puestos de trabajo que generaría la industria floreciente de la marihuana. Ejemplos para poder articular una regulación en este campo no nos faltan en el panorama internacional y tampoco en países más cercanos.
De estas y otras cuestiones, nos acordamos leyendo los útimos titulares (relacionados con los aspectos positivos de la regulación), o con los pasos adelante que están dando algunos estados que ahora se suman a este nuevo camino que es ya imparable, pese al empecinamiento cazurro de territorios como el nuestro. Sin ir más lejos, esta misma semana hemos conocido los datos de cuáles han sido los ingresos obtenidos por Colorado; y hemos leído sobre la decisión del gobierno canadiense de poner en marcha una nueva regulación del cannabis recreativo y medicinal. En estos dos ejemplos recientes, nos detenemos con el fin de dar ideas y motivos a nuestros gobernantes para que se decidan a mirar de frente la innegable realidad que experimentamos.
Las tiendas de marihuana recreativa y medicinal de Colorado vendieron más de 1 billón de $ de cannabis en los 10 primeros meses de 2016
Colorado es el primer estado 420-legal de los Estados Unidos y, de acuerdo con los nuevos datos de octubre de Departamento de Ingresos del Estado, la cifra que ha alcanzado este estado supone que el total de ingresos por impuestos de 2016 sobrepasará los impuestos de 2014.
Son datos del reciente informe del Grupo de Política de la Marihuana, que es contundente y estima que se alcanzarán los 3 mil millones de $ para el año 2016.
También prevén que los totales generales de impuestos de 2016 ascenderán a más que los de 2014 y 2015 combinados, «y eso es una estimación conservadora».
Hay tres diferentes impuestos sobre el cannabis recreativo de Colorado – el estándar de 2.9 por ciento de impuestos sobre las ventas, un impuesto especial de las ventas del 10 por ciento y un impuesto especial del 15 por ciento de las transferencias al por mayor, que se destinan a proyectos de construcción de escuelas. Mientras que los primeros $ 40 millones se destinarán a proyectos de construcción de escuelas, los ingresos fiscales adicionales del impuesto al consumo irán directamente al fondo de la escuela pública del estado .
Los datos fiscales de noviembre serán reportados en enero, y las estadísticas de diciembre – a lo largo de 2016 con los totales de fin de año – serán publicadas en febrero de 2017.
Canadá da luz verde a una regulación integral
Mientras, el vecino Canadá acaba de dar luz verde a la venta de marihuana recreativa a partir de distintos puntos de venta, según arroja un informe realizado por un comité de expertos, cuyo estudio muestra que la consolidación de la incipiente industria del cannabis traerá consigo la legalización integral de la marihuana.
El grupo de trabajo sobre la legalización y regulación del cannabis emitió este informe que recomienda al gobierno de Canadá a regular la producción de marihuana, dejando a las provincias el control de la distribución y permitiendo las ventas minoristas, incluso a través de dispensarios especializados con personal formado y acceso a un sistema directo de pedidos por correo. El mercado debe «animar a un mercado diverso, competitivo, que también incluye pequeños productores» y fijar los tipos impositivos que equilibren los daños a la salud pública ocasionados por el consumo de drogas.
El gobierno del primer ministro Justin Trudeau fue quién encargó el informe y ahora se prepara para legalizar y regular el uso recreativo de la marihuana. El plan ha provocado un aumento en las existencias de marihuana de Canadá y una subida considerable de las acciones de las corporaciones de marihuana canadienses .
El gobierno está tratando de asegurarse de que todas las ventas se efectúan a través de un canal adecuado, y las farmacias probablemente serán otro posible punto de venta. El gobierno trabajará hacia la construcción de un mercado competitivo con «diversidad de productores», mientras que el enfoque en la educación pública y la salud es la clave.
Los aspectos destacados del informe pueden resumirse en que el gobierno deberá restringir la publicidad de la marihuana, establecer normas sobre la potencia del fármaco y crear una campaña de educación pública sobre los peligros y el deterioro causados por el consumo de determinadas sustancias.
Fuentes:
Ricardo Baca, Greg Quinn y Jen Skerritt.