Por Manuel Valencia
Es uno de los actores más famosos de toda la historia del cine X. Una auténtica leyenda que ha rodado más de dos mil películas para adultos a lo largo de cuarenta años de carrera. Es hora de hablar con él.
Entrevistar a Ron Jeremy (Long Island, Nueva York, 1953) no es fácil. No todos los días se tiene delante de las narices a un mito del cine para adultos. Este titán del folletín es un auténtico dinosaurio pornográfico que debutó en el cine X a finales de los años setenta y se ha mantenido en activo durante varias décadas, prácticamente hasta hace un par de años, cuando un aneurisma le dijo que había llegado la hora de ir retirándose.
Su figura oronda, a años luz de sementales fornidos como John Holmes, Rocco Siffredi o Nacho Vidal, le ha hecho ganarse la simpatía de los fans más cachondos. Sobre todo porque Jeremy es un actor de comedia que ha interpretado todo tipo de personajes delirantes, desde Pedro Picapiedra al calvorota de «La Familia Addams» o Super Mario Bros.
Se ha convertido en toda una celebridad que rueda películas de terror de serie B, videoclips musicales con Guns N’ Roses, Mercury Rev o Moby, sale en anuncios de televisión y tiene su propia línea gastronómica de condimentos y salsas picantes.
Ron Jeremy ha sobrevivido a la época nefasta de Ronald Reagan, al paso del cine X al vídeo y del vídeo al dvd y al visionado online, a la locura cocainómana que azotó el porno yanqui en los años 80… En fin, mejor dejarnos de tanta charla y lanzarle la primera pregunta.
Ron, has rodado porno durante cuatro décadas… ¿De dónde sacabas la energía para seguir rodando con casi sesenta años?
Del sexo. Siempre me ha encantado el sexo. Mientras mi polla me funcionó ahí estuve, al pie del cañón. Ahora la salud pasa factura. Sí que puedo follar, pero ya tengo que ir cuidándome más que antes. Ahora procuro no llevar una vida tan ajetreada, pero sí que acudo a convenciones de fans y eventos de porno por toda América.
FOLLANDO, QUE ES GERUNDIO
Debutaste en el porno a finales de los años setenta, cuando se rodaban películas con argumentos y se estrenaban en salas de cine. Ahora ya casi no puede hablarse de cine X, casi todo se rueda directamente para internet.
Es cierto y es una gran putada. El cine porno, como tal, ha muerto. Algunas productoras siguen rodando películas, pero el noventa por ciento de la producción está destinada al consumo online. Se ruedan pequeñas escenas con «actores» y «actrices» amateurs, de sexo gonzo fuerte, grabadas con cámaras digitales domésticas más pequeñas que mi polla… Cuando yo empecé en este negocio había cámaras de 35 milímetros, técnicos, maquilladores, cartelistas, un star-system y se cobraban sueldos más que decentes. Ahora, el porno me da pena. No tiene absolutamente nada que ver con el que se hacía antes. Ni siquiera se parece al de la era del vídeo.
Aquellos años fueron muy locos. Había cocaína por todas partes.
A finales de los años setenta y los primeros ochenta aquello fue una fiesta de polvo blanco. Los rodajes muchas veces tenían que interrumpirse porque el actor había llegado demasiado puesto de coca y no podía empalmarse.
El caso de John Holmes es uno de los más conocidos.
Holmes se lo metía todo y bebía sin parar. Yo siempre me he cuidado, pero algunos actores y actrices han acabado muy mal. Son clientes habituales de las clínicas de desintoxicación de California.
POLVO DE ESTRELLAS
A lo largo de tantos años has trabajado con figuras míticas del porno americano: Traci Lords, Ginger Lynn…
¡La pregunta del millón!… (risas). Te podría contar tantas cosas de todos… Ginger era una profesional estupenda y debutó conmigo. Traci era muy lista y se aprovechó del porno para forrarse. Holmes acabó como un cabrón porque rodó sus últimas películas teniendo el SIDA. Lo sabía y no se lo dijo a nadie.
De todas las actrices con las que has follado, ¿con quién te quedas?
Esa pregunta es muy difícil. He follado con miles de mujeres. No sabría decir con cuántas exactamente porque hace años que perdí la cuenta. Entre mis favoritas están Christie Canyon, Tabitha Stevens y Amber Lynn, que era un volcán en la cama. Hay muchas más, pero me quedo con ellas porque vivían el sexo intensamente, como yo. Cuando follábamos, no estábamos interpretando: follábamos de verdad.
DON CIPOTE DE LA MANCHA
Has rodado mucho en Europa. ¿Te gusta el porno europeo?
No tiene nada que ver con el porno americano. En Europa se le tiene más cariño al trabajo y tratan a los actores mucho mejor. En Estados Unidos son más fríos y profesionales… aquí sois más calientes y pasionales. He rodado en Alemania, Italia… Mis preferidas son la que hice con Mario Salieri. Es un director excelente que cuida hasta el más mínimo detalle. Es un maestro.
También has rodado en España…
¡Claro! Rodé con Narcís Bosch, que es un loco genial. En España siempre ha habido directores muy buenos, como José Mª Ponce. ¿Sabes una cosa?… Teníamos un proyecto sobre la vida de Don Quijote de La Mancha. ¿Y yo? ¿Sabes qué papel iba a hacer yo?…
Sancho Panza.
¡Bingo!… (risas). Fue una pena. No se pudo hacer porque no había presupuesto para hacer una película con garantías de un mínimo de calidad.
Hubiese estado genial. Pero tú también has rodado películas convencionales, lejos del mundo del porno.
Porque me encantan las cámaras y me considero un actor, aunque dedicarme al porno me ha cerrado muchísimas puertas. He rodado algunas como «Killing Zoe», «Viaje de pirados», «Orgazmo», varias producciones de serie B y Z divertidísimas como «Terror firmer» o «El Vengador Tóxico 4″… Pero estas películas no dejan de ser apariciones esporádicas. Estoy muy quemado con el cine convencional. Nunca me han tomado en serio.
¿Ni siquiera después de «Porn Star: la leyenda de Ron Jeremy», el documental sobre tu vida? Es fabuloso.
¡Gracias! La verdad es que es muy bueno… (risas). Pero no te engañes, en Hollywood me toman un poco a risa. Los directores y actores más jóvenes me admiran, pero los productores son unos hipócritas de cuidado y sólo me dan pequeños papeles, casi todos sin frase.
SEXO ORAL
He visto un montón de pornos tuyos y te he visto hacer de todo: muchísimas comedias, personajes estrafalarios, batirte en un «duelo de pollas» con otro actor… ¡Incluso hacerte una autofelación!
(risas)… Eso era cuando era joven y pesaba mucho menos… (más risas). Cuando tienes un cuerpo flexible y delgado, hacerte una mamada tú mismo es sencillo. Se lo recomiendo a todos los hombres que lean esta entrevista. ¿Tú lo has hecho alguna vez?
La verdad es que no.
¡Pues no sabes lo que te pierdes!
Para acabar… Ron, eres un mito del sexo. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiera dedicarse al porno?
Muy fácil: que sólo confíe en su talento y en su polla.
VÍDEOS XXX
Escena con Christie Canyon en los años 80 / Explícito (10 min)
«Drácula»: trío en peli italiana años 90 / Explícito (3 min)
PERSONAL
WEB
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TWITTER
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