Por Ianis Ferenczy
La lucha de un grupo de madres, organizadas bajo el colectivo “Buscando esperanza Perú”, reaviva el debate y fuerza medidas institucionales a favor de la regulación del cannabis medicinal. La asociación está formada por madres de niños afectados por enfermedades neurológicas crónicas y busca la regulación y el autocultivo de la marihuana con fines medicinales.
Madres de enfermos cronicos desbloquean proyectos gubernamentales para la legalización medicinal en Perú
La madrugada del pasado 8 de febrero será difícil de olvidar para los vecinos de la calle Inclan en el distrito de San Miguel en Perú. Tras la denuncia de unos vecinos, la policía localizó el apartamento que usaba la asociación “Buscando Esperanza” para cultivar y procesar la marihuana con el fin de extraer el aceite medicinal de la planta. Este aceite era la forma de la que se valían las madres de la asociación para administrar el extracto medicinal del cannabis a los familiares enfermos, la mayor parte de ellos niños. Tras varias horas de registro y bajo la mirada expectante de numerosas madres afectadas congregadas en el exterior del inmueble, los agentes se incautaron de cinco kilogramos de marihuana así como del equipo hidropónico usado para el cultivo y de los utensilios para la extracción y elaboración del aceite de cannabis.
El coraje de estas madres hizo que se sobrepusieran del doloroso revés de perder toda la producción de marihuana y con ello, el único medio que tienen para mitigar las dolencias de sus hijos. En los días posteriores al decomiso iniciaron una serie de acciones sociales de presión popular que las han llevado a formar parte de un comité de expertos convocados por el gobierno y reunidos en estos días para decidir sobre la regulación del cannabis medicinal en el país andino.
Las acciones llevadas a cabo por la organización “Buscando Esperanza Perú” han conseguido dos importantes medidas gubernamentales encaminadas a la legalización de la marihuana para fines medicinales. Por un lado, en virtud de la R.M. No 096-2017/MINSA del 16 de febrero, se ha constituido el mencionado comité de expertos para evaluar el uso medicinal del cannabis y proponer las regulaciones, indicaciones y mecanismos para dicho fin. Este comité tiene 30 días a partir de su constitución para presentar el informe final con las conclusiones extraídas, plazo que todavía no se ha cumplido.
El comité de expertos estará presidido por un representante del Viceministerio de Salud Pública y formado por representantes del Instituto Nacional de Salud (INS), la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública, el Colegio Médico del Perú, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), la Academia Peruana de Salud, la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Peruana de Neurología, la Asociación Psiquiátrica Peruana, la Sociedad Peruana de Oncología, la Asociación Peruana de Epilepsia y Enfermedades Convulsivas y la Organización Panamericana de la Salud. Asimismo, con posterioridad, se han incorporado al comité miembros de la mencionada asociación “Buscando Esperanza” y un representante del Colegio de químicos farmacéuticos del Perú.
Por otro lado, el Presidente de la República mediante el oficio No 087-2017-PR del 22 de febrero, solicita a la Presidenta del Congreso que tramite con carácter de urgencia el proyecto de ley 982-2016-PE que autoriza la importación, comercialización y uso con fines médicos de productos derivados del cannabis. Esta iniciativa se encontraba en trámites parlamentarios desde hacía tiempo y las acciones de “Buscando Esperanza” han conseguido desbloquear el proyecto en un tiempo record.
Este Proyecto de ley plantea también la modificación del artículo 299 del código penal peruano, en el cual se especifica que se podrá poseer un máximo de ocho gramos de marihuana sin ser objeto de sanción alguna. La modificación del citado artículo, si la iniciativa cuenta con el apoyo parlamentario, añadirá el siguiente texto al ya existente: «Tampoco será punible la posesión de derivados de la marihuana con fines medicinales, siempre que la cantidad sea la necesaria para el tratamiento de quien la posea o de un tercero que se encuentre bajo su cuidado o tutela, según las normas de la materia«.
A pesar de que este Proyecto de ley es un paso positivo en el marco de la regulación cannabica, varios expertos señalan deficiencias en su aplicación. Se cree que el proyecto de ley se limita a la importación de Sativex, medicamento obtenido de la marihuana y comercializado bajo diferentes nombres. El texto especifica que “se esperarán dos años para evaluar la implementación de la ley y determinar la posibilidad de producir en Perú los derivados cannabicos”, justificando esta decisión en una posible debilitación de las políticas de lucha contra la drogadicción. Se teme que por alto precio del medicamento, este no pueda ser adquirido por la mayor parte de los pacientes y se vean así obligados a continuar sirviéndose de los cultivos clandestinos.
En un comunicado colgado en la red social Facebook, la asociación “Buscando Esperanza” también considera que la importación del medicamento estándar, por su alto precio, sería de difícil acceso para los pacientes que venían utilizando los extractos elaborados de forma clandestina. Además señala que los cannabinoides sintéticos han demostrado tener importantes efectos secundarios y márgenes de seguridad inferiores a los fitocannabinoides extraídos directamente de la planta.
Las continuas apariciones en medios de las madres de “Buscando Esperanza” han generado gran expectación en Perú. Los desgarradores testimonios de las madres han movilizado a la sociedad peruana al tratarse de casos de niños afectados de enfermedades graves, raras, crónicas y ante las cuales las terapias convencionales han demostrados ser ineficaces. Las afecciones van desde epilepsia refractaria –un tipo de epilepsia resistente al tratamiento con antiepilépticos y anticonvulsivos- pasando por Síndrome de West –una rara dolencia que causa retraso en el desarrollo psicomotor y espasmos epilépticos- o la esclerosis tuberosa – enfermedad hereditaria que produce masas anormales, semejantes a tubérculos o raíces, en algunos órganos del cuerpo y que suele afectar al Sistema Nervioso Central causando trastornos del espectro autista, retraso en el desarrollo y crisis epilépticas-. Existen numerosos estudios que avalan el uso de derivados del cannabis en el tratamiento de enfermedades con cuadros convulsivos, denominador común de todas las enfermedades más arriba enumeradas.
Quedan todavía unos días para que el comité de expertos entregue al gobierno peruano el informe con las conclusiones obtenidas, este medio estará pendiente de los resultados que en él se reflejen. La iniciativa promovida por “Buscando Esperanza” viene a sumarse al movimiento para la legalización de la marihuana medicinal en América Latina, que está avanzando a buen ritmo en los últimos años –a fuerza de acciones y movilizaciones de las distintas asociaciones procannabicas – y ha generado ya legislación al respecto en Puerto Rico, Uruguay, Colombia o Chile. Argentina y México tienen también abiertas iniciativas parlamentarias de cara a la legalización del cannabis medicinal. Todos estos países –a diferencia del texto de ley de Perú-, además de la importación de Sativex, promueven la producción nacional de los derivados cannabicos, a fin de reducir costes a los usuarios finales y evitar la dependencia de los productores transnacionales.
Vivimos tiempos de cambio en cuanto a la regulación del cannabis medicinal se refiere. Parece que poco a poco los diferentes gobiernos, sobre todo en Latinoamérica, empiezan a atender a expertos y usuarios que llevan años luchando porque sus voces sean escuchadas en las instancias oficiales. Sirva el ejemplo de las madres de la asociación “Buscando Esperanza Perú” para que todos los que luchamos en pro de la legalización del cannabis nos imbuyamos de su espíritu combativo y reclamemos a pleno pulmón lo que para nosotros es un derecho.