Por Ianis Ferenczy.
El ejército italiano ha empezado con el suministro de cannabis sativa con fines medicinales a farmacias y hospitales. Tras la concesión estatal para la producción de cannabis, el ejército ha puesto en funcionamiento un cultivo de interior en unas instalaciones militares en Florencia. Se estima una producción para este año de unos cien kilogramos de marihuana que promete altas concentraciones de CBD. Esta primera entrega de cannabis medicinal no ha tenido una buena acogida entre los pacientes y se han recibido quejas por la calidad del producto, su formato y por el sabor, que no parece ser demasiado agradable.
En 2015, Cannabis.es publicó un amplio artículo que daba buena cuenta de la situación legal en Italia tras la aprobación del decreto ley en 2013 que autorizaba el uso medicinal de la marihuana. El artículo también informaba sobre la concesión de la licencia para la producción de cannabis al ejército italiano.
La primera remesa de marihuana producida por el ejército está llegando ahora a las farmacias, pero desde la aprobación de la ley en 2013 hasta esta primera producción, el Ministerio de Sanidad italiano ha venido importando marihuana de los Países Bajos a unos precios bastante elevados. Este cannabis medicinal está producido de forma legal mediante un contrato con el Ministerio de Salud holandés y es exportado a Dinamarca, Alemania, Finlandia, Israel, Italia, Macedonia, Austria, Polonia y la República Checa siempre para usos médicos o para investigación. El Bediol de la farmacéutica Bedrocan, nombre comercial del cannabis medicinal holandés, se puede conseguir en las farmacias italianas a un precio de veinte euros el gramo, siempre bajo estricta prescripción facultativa.
La marihuana producida por el ejército italiano se distribuye bajo el nombre de Cannabis FM2 y es definido por el ministerio de salud como “inflorescencias no fertilizadas secas y molidas que contienen porcentajes de THC comprendidos entre el 5 y el 8% y de CBD entre el 7,5 y 12%”. El precio de distribución a las farmacias es de 6,88 euros + 22% de impuestos (8,39 euros), con lo que el precio final para el consumidor se situará de 13 a 15 euros, con un ahorro entorno al 30% frente al producto holandés. Se espera que el Bediol empiece a desaparecer de forma progresiva de las farmacias italianas a medida que el ejército sea capaz de producir más cannabis.
El papel del ejército como productor de marihuana no ha estado exento de polémica entre la sociedad italiana. El endurecimiento de las leyes contra del consumo de cannabis durante el mandato de Silvio Berlusconi, donde se equiparó al consumo de heroína o cocaína, supuso durante años una situación de indefensión total para los consumidores de marihuana, estigmatizados y perseguidos. Pese a que la ley fue retirada en 2014 tras ser declarada inconstitucional, Italia sigue siendo un país donde el consumo de drogas no está todavía asimilado socialmente. Gran parte de la responsabilidad la tiene la Iglesia Católica, cuya opinión en contra del consumo de cualquier sustancia estupefaciente tiene mucho peso entre la sociedad italiana.
Hace escasamente un mes en la provincia de Génova, un adolescente de 16 años se ha suicidado saltando por un balcón durante un registro policial en su casa. Fue la madre quien avisó a la policía porque pensaba que su hijo tenía problemas con las drogas y estuvo presente durante todo el registro. En la redada solo se encontraron 10 gramos de hachís.
El suicidio de joven Giò, que ha conmocionado al país, no es el primero de estas características se produce en Italia. El rechazo social al uso de cualquier tipo de sustancia estupefaciente, sobre todo en el entorno rural, estigmatiza al consumidor de marihuana, que en ocasiones toma medidas extremas al no poder superar la vergüenza y la presión social a la que se ve sometido. Este último caso ha reabierto de nuevo el debate en torno a la despenalización de la marihuana en Italia.
Pese a esta controversia, el ejército ha seguido adelante con sus planes. El cultivo se encuentra vigilado tras varias puertas de seguridad en las profundidades de unas instalaciones llamadas Planta Militar Farmacéutica en Florencia. Según admite el coronel Antonio Medica, militar al cargo del proyecto, al principio el ejército no tenía ninguna experiencia en el cultivo de la marihuana. Después de contar con la ayuda de expertos en la materia y tras formar a su personal, el ejército italiano ha conseguido llevar a cabo un cultivo interior en ambiente sellado y estéril. Este cultivo, según asegura el coronel Medica, es exclusivamente para uso medicinal y tiene tres objetivos principales: producir marihuana con altos niveles de CBD para uso médico, mantener bajo el coste final del producto para el usuario y garantizar la disponibilidad para todos los pacientes en Italia.
El cultivo está formado por 100 plantas, que tienen un rendimiento de unos 8 kilogramos por ciclo de cultivo. Según responsables militares, todavía están en fase experimental y planean tener 4 habitaciones más para producir un total de 100 kilogramos de marihuana. El cultivo está iluminado con focos de alta potencia para acelerar el proceso y las habitaciones se mantienen a una temperatura estable de entre 20 y 25 grados centígrados. Los responsables del cultivo ponen música de Mozart a las plantas, convencidos de los beneficios para la producción – en todo caso, malo no ha de ser-.
Aunque otros laboratorios y organizaciones están en trámites para poder producir también marihuana con fines medicinales en Italia, lo cierto es que hasta ahora el ejército es el único que cuenta con la autorización gubernamental para hacerlo.
El producto ya está disponible en las farmacias en su forma comercial, Cannabis FM2. Una de las primeras en ser abastecidas fue la farmacia del Madonnone, en Florencia. En su página web podemos encontrar una completa guía de preparación de la marihuana medicinal para el paciente. También explica perfectamente su modo de conservación y de administración.
Miles de italianos sufren enfermedades para las que las que se prescribe cannabis medicinal. Con la llegada a las farmacias de esta marihuana terapéutica, a un precio más asequible que la que se venía importando de los Países Bajos, se espera que muchos más pacientes empiecen a utilizarla. A pesar de esto, los 15 euros por gramo que cuesta en las farmacias, se sitúan muy por encima de los precios actuales a los que se puede encontrar marihuana en el mercado negro.
Tras los dos meses que lleva el ejército distribuyendo marihuana medicinal, son ya varias las voces que se han alzado asegurando que la calidad del producto no es la que se especifica en el etiquetado. Pacientes que antes venían usando el producto holandés aseguran que el preparado del ejército italiano, al venir tan finamente picado, es difícil de manipular a la hora de consumirlo. Si bien este defecto de forma, aunque molesto, no tiene influencia en términos medicinales, los pacientes aseguran que el nuevo Cannabis FM2 produce más ansiedad que el preparado holandés. Algunos usuarios también se han quejado de su sabor –sobre todo los consumidores que usan el cannabis medicinal para aumentar el apetito- y de que su efecto después de varios usos es más negativo, llegándose a producir cuadros de vómitos en algunos pacientes. En general, parece que la mayor parte de los pacientes que han cambiado del Bediol holandés al cannabis producido por el ejército no están satisfechos. Esperemos que los responsables de la Planta Militar Farmacéutica tomen nota de las críticas y pongan en práctica las medidas necesarias para corregir los defectos encontrados en sus preparados cannabicos para sucesivos cultivos.