Por Angélica Silva.
Las sesiones de la comisión creada por la PNL aprobada en octubre del 2016 y presentada por la coalición de partidos de izquierdas MÉS, PSIB y Podem, se iniciaron el pasado 10 de mayo con el objetivo de generar un acuerdo para la regulación de clubes cannábicos y cannabis medicinal, una PNL diseñada junto con la Federación de Asociaciones Cannábicas de Baleares y que debe tener sus conclusiones listas para el mes de julio.
La PNL de los clubes
La PNL comienza definiendo un club cannábico, asociación sin ánimo de lucro que intenta evitar que los adultos responsables cometan actos ilegales para abastecerse, por lo que son entidades registradas y cumplen con una serie de requisitos que garantizan la seguridad y el respeto a la salud pública. Para ellos esta es la razón por la que los clubes deberían de cumplir como máximo con los mismos requisitos de otras drogas lícitas como el tabaco o el alcohol. Ojo a esta comparativa que ya nos dice mucho de su perspectiva del asunto. Dicen que los clubes deben fomentar la transparencia y la gestión democrática y no dedicarse al lucro personal de ahí que respalden el modelo del consumo responsable de la FAC según el texto este modelo no da paso a la creación de clubes privados y equiparan su funcionamiento con el de una cooperativa de consumo. Así que, siendo conscientes de las limitaciones que imponen los convenios internacionales sobre drogas y la necesidad de avanzar paso a paso tanto a nivel técnico como social, ellos solo piden garantías para sus miembros y sus productos.
Los clubes son el grosso de la PNL que en sus dos últimos párrafos añade unas ideas sobre el tema del cannabis medicinal, también desde la perspectiva de los clubes pues comienzan relatando como son los clubes los que actualmente atienden las necesidades y dudas de miles de pacientes, asesorandolos sobre temas que los superan y por esto instan al gobierno a crear una infraestructura de atención adecuada para estos casos, para ellos una opinión informada y profesional es la mejor forma de reducir los riesgos sociales asociados al consumo de cannabis y para esto hay que dotar de formación a los profesionales de la salud. Añaden que ante la evidencia médica y el éxito de programas similares en otros países resulta incomprensible que aquí no se haya tenido nada de esto en cuenta ni siquiera para divulgar las terapias entre la comunidad médica.
Este texto se aprobó con mayoría, solamente tuvo dos abstenciones y concluía con tres puntos de estudio: el uso terapéutico que implica la formación del personal médico y la eventual atención por parte del sistema de salud pública, un programa de información y promoción de salud en drogodependencia con énfasis en los jóvenes y «promover una regulación específica de las asociaciones cannábicas y de los clubes sociales de cannabis y cultivo» todo esto teniendo como perspectiva reducir riesgos para la salud pública y cierra pidiendo un registro específico para estas asociaciones. Así que la única vez que menciona el cultivo es al final y sin decir exactamente que quieren hacer con él, todos sabemos que el autocultivo personal es la clave del consumo democrático, si bien los clubes se deben regular, garantizar el autocultivo individual es la forma de no reducir a un mercado lo que debería ser un derecho y es la única vía para no caer en manos de nuevas mafias, esta vez legales y con el respaldo de los arriba.
En Baleares hay aproximadamente 24 clubes miembros de la FAC pero seguramente habrá otros como el del holandés detenido el pasado 23 de enero en Palma porque la realidad es que la mayoría de los clubes han superado los conceptos de consumo colectivo y están generando un mercado semi legal para el cannabis producido por mafias y citando la PNL de Unidos Podemos “el desviamiento de dichas asociaciones hacia fórmulas comerciales inconciliables con la ley”.
El juego político
Precisamente fue el expresidente de la FAC Martín Barriuso de Pannagh quien inauguró la ponencia ante el Parlament el pasado miércoles junto con Oscar Parés de ICEERS. Barriuso, que se presento como miembro de la sociedad civil, es decir como activista y no miembro de la FAC, habló sobre fomentar un mercado de circuito cerrado como alternativa al mercado negro y del autocultivo privado tampoco dijo nada, eso si la recepción de los magistrados fue en general positiva y todo apunta a que Baleares se unirá al pulsó autonómico sobre el cannabis. Recordemos que Cataluña, País Vasco y Navarra ya aprobaron leyes sobre el tema, todas ellas recurridas por el gobierno del PP y actualmente a la espera del Tribunal Constitucional.
Además, este año Andalucía aprobó una PNL firmada por Podemos que busca regularizar por completo el cannabis, y en Cantabria el uso medicinal se presentó y pasó por unanimidad en un proyecto de ley que demostró que hasta dentro del PP hay voces de discordia como el senador Eduardo Van Den Eyden.Y aunque el Constitucional dilate la situación de todas las leyes autonómicas, las iniciativas presentadas en el Congreso por Ciudadanos y en el senado por Unidos Podemos obligarán al PP a legislar algo. Con tantos frentes abiertos, está claro que tarde o temprano la regulación del cannabis comenzará, los días de los vacíos legales están contados. Ahora bien, si lo que nos espera es mejor o peor dependerá en gran parte de la defensa del autocultivo ya sea lúdico o medicinal, de lo contrario esto será una bonanza al estilo viejo oeste donde las empresas más fuertes se lo comerán todo.
Sabemos que el PP no tiene ninguna intención de votar a favor de la regularización ni siquiera de la medicinal y ellos controlan 137 escaños del Congreso y 130 del Senado, es decir que la clave está en el Congreso y por ende en el PSOE cuyos 85 escaños son necesarios para aprobar cualquier cosa. El PSOE ha sido muy bipolar en todo esto votando a favor en la mayoría de las autonomías, en contra de la PNL de ERC y aceptando in extremis la propuesta de Ciudadanos porque no consideraban que fuese responsabilidad de la subcomisión de salud si no de la de drogas, tan in extremis que a los pocos días presentaron una propuesta propia frente a la comisión que ellos consideran competente, la de drogas, en la que además añadian el consumo lúdico.Si esta actitud nos dice algo es que el PSOE no ve esto como un asunto de salud, ni mucho menos de libertades individuales sino como un tema de drogas.
Aquí hay algo raro y cuando el rio suena suele ser porque responde a intereses de señores de corbata y no a los de la ciudadanía.
Está claro es que las legislaciones internacionales en países como Estados Unidos, Canadá, Uruguay, Chile o Colombia entre otros y el cambio de actitud de las NU o de la UE, han permitido que el cannabis entré por primera vez en el juego político con posibilidades de ganar algo, lo triste es que haya sido esto y no la presión popular local lo que pusiera en marcha el asunto, si el activismo se relaja el mercado se quedará con todo.
Baleares es una de las comunidades con mayor consumo de cannabis y las cifras no paran de crecer, todo el que haya estado de fiesta en las islas sabe que el mercado de las mafias es amplio y variado, no obstante es un paraíso turístico y cualquiera que haga un google se dará cuenta de que muchos turistas llegan y llegarán con una cosa en mente: conseguir un porro. Si los clubes realmente clumplen con el concepto de cooperativa no podrán dar solución a todo ese mercado que seguirá siendo de las mafias y el problema real no cambiará con esta PNL. Y si, de alguna manera, todo ese mercado se cuela por las filas de los socios de estas idílicas cooperativas, esta PNL será su peor enemigo y esto lo tienen que saber, y saben que el PP intentará tirar la ley y que todo esto se resolverá en el Congreso… Solo nos queda asumir que están jugando y muy bien al juego de la política, a conseguir la foto y el titular correctos, a hacer ruido pero sin decir algo contundente o realista y olvidando el autocultivo personal de una forma casual y ligera. Como ya decíamos hace un tiempo en esta revista, aquí hay algo raro y cuando el rio suena suele ser porque responde a intereses de señores de corbata y no a los de la ciudadanía.