¿Qué pasaría si tu madre pudiera ir a comprar marihuana al dispensario más cercano? Y aún mejor, ¿y si tu madre fuera una veterana activista a favor de la yerba? Estas preguntas nos asaltan a la hora de enfrentarnos al nuevo producto de Netflix, Disjointed.
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El argumento es sencillo: Ruth Whitefeather Feldman, interpretada por la enorme Kathy Bates (Misery, Tomates Verdes Fritos y un larguísimo etcétera) es la legendaria activista ProMarihuana propietaria del dispensario “Cuidados Alternativos de Ruth” donde distribuye tratamientos basados en la yerba. Junto a ella están Aaron Moten, en el papel de su hijo Travis; Elizabeth Ho, la asiática fumeta (como el personaje mismo se define); Dowie Baldwin como Pete, un experto cultivador bastante pirado y Elizabeth Aldelfer como Olivia. Les acompaña un exsoldado reciclado en guardia de seguridad con estrés postraumático, Carter, interpretado por Tone Bell. Juntos presentan una de las mejores comedias de situación en la historia de las “stoned comedies”.
La serie viene avalada por la excepcional pareja David Javerbaum y Chuck Lorre, lo cual nos asegura un punto extra de calidad. Recordamos a Chuck Lorre, productor de series míticas como “Dos hombres y medio” o “Big Bang Theory” no se aleja del camino de las sitcoms en esta nueva apuesta donde se estrena en la plataforma Netflix. Aunque no soy ningún fan de las sitcoms, debido a una dura infancia sufriendo con “Cosas de Casa”, “Farmacia de Guardia”, “Padre de familia” o la chusca “Manos a la Obra”, he de reconocer que ésta resulta mucho más simpática. Quizás por la temática o porque Chuck Lorre ha adquirido amplia experiencia a la hora de elaborar sus comedias. “Disjointed”, traducida como “Descolocados” en Latinoamérica, sirve para dar lugar a chistes de actualidad sobre la regularización de la marihuana, además de señalar malos hábitos y reírse de los estereotipos de siempre.
Por ejemplo, en el primer episodio, una señora atribulada por las circunstancias de su matrimonio y sus dos hijos, acude al dispensario para recibir un tratamiento. Allí descubre, por primera vez, los efectos beneficiosos de la marihuana para su situación. Esa madre cambia, de ser una mujer agobiada al nivel de tomar fármacos, a ser una mujer desahogada y feliz. Así de eficaces parecen los tratamientos de Ruth. Se trata de una broma, claro, pero a la vez retrata la realidad que ha traído consigo la regularización en distintos lugares de EEUU. A su vez, mediante el personaje del guardia de seguridad, el exmilitar Carter, descubrimos cómo la marihuana terapéutica hace su trabajo y nos brinda la oportunidad de ver cómo se realiza un verdadero tratamiento cannábico. Además, las alucinaciones de Carter le dan a la serie el toque psicodélico.
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Uno de los aspectos más frescos de Disjointed/Descolocados es la aparición de breves spots publicitarios delirantes entre medias de las escenas. De esta forma, nos proponen un bufete de abogados especializados en denuncias si la comida a domicilio llega tarde, o una pareja de vaqueros colocados que se caen del caballo tras probar una nueva variedad, quizás parodiandoantiguos anuncios de tabaco. Por supuesto, los épicos anuncios del dispensario, interpretados por los «budvenders» paraYoutube, no tienen desperdicio.
Otro punto fuerte de la serie es la crítica a malos comportamientos con el consumo de marihuana. No promueve una visión pesada ni sermoneadora al respecto, si no que hace comedia de aquellos consumidores exagerados, compulsivos, de aquellos que consumen hasta quedarse aplastados en el sofá, sin más que aportar a la sociedad más allá de una sonrisa tonta. Los personajes de Dank y Dabby son dos fumetas irredentos y youtubers, plantean “una verdadera vergüenza para el movimiento porque representan todo lo estúpido”, según explica la propia Ruth en su introducción.
En el aspecto menos positivo, la mitad de los chistes se puede anticipar, según explica la web “Tomatazos”, versión castellanoparlante de la prestigiosa y temible “Rotten Tomatoes”. En la web aseguran que la serie se torna predecible, “como todos los productos de Lorre”. Cierto es que la serie puede llegar a resultar algo pesada tras algunos capítulos. Sin embargo, creo que aunque sean predecibles, esas bromas no tienen por qué ser malas. De hecho, es una serie que ha conseguido arrancarme más de una sincera carcajada, al igual que otros productos de Lorre. Desde mi punto de vista, lo único que sobra en esta serie son las risas enlatadas, que no me gustaban ya en la odiosa “Friends”.
Disjointed/Descolocados es una sitcom de la vieja escuela, multicámara, sencilla, con grandes artistas comprometidos por la causa de la legalización, un guión cómico a la altura y yerba a espuertas. Justo lo necesario para ver la televisión placenteramente y en zapatillas. Algo para alejarnos de los malos rollos, las tensiones del día a día y hacer unas risas sin muchas más pretensiones.
