Por Ramón Souto.
El trasplante es simplemente la acción de retirar el cepellón de un contenedor y plantarlo en uno de una mayor capacidad. Gracias a esto, conseguimos incrementar la estimulación radicular durante la fase de crecimiento, permitiendo que las plantas lleguen a la floración con un sistema radicular sano y bien desarrollado.
Cada vez que realizamos un trasplante a nuestras plantas estamos generando un estrés a éstas, si nos paramos un poco a pensar es normal, su naturaleza no está preparada para este tipo de prácticas ya que en la naturaleza disponen de toda la tierra necesaria para su crecimiento y desarrollo.
En las plantas autoflorecientes no es recomendable realizar ningún tipo de trasplante, por eso de aconseja plantar directamente en la maceta definitiva. Este es debido a que las plantas automáticas, al tener un corto período de crecimiento, cualquier tipo de estrés generado en esta etapa puede ser decisivo para el resultado final. Si una planta no fotodependiente sufre cualquier tipo de estrés (hídrico, carencias, excesos…) en la etapa de crecimiento, puede acabar saliendo enana y con una mísera cosecha que apenas te dará para fumar dos o tres canutos.
¿Por qué son convenientes los trasplantes?
Si empezamos el cultivo en pequeñas macetas (individuales para cada planta) es porque de esta forma crecen más rápido durante los primeros días. Esto se debe a que al usar recipientes de pequeño volumen se secan rápido, entre el agua que se evapora y el que consume la planta, el sustrato necesitará pequeñas cantidades de agua a menudo, esto proporciona grandes reservas de oxígeno a las raíces, favoreciendo así a unas raíces sanas y una alta estimulación radicular.
Es mucho más complicado tener excesos de agua en pequeñas macetas que en las de gran volumen que retienen mucho más tiempo el líquido en su interior.
SOLO se realizan trasplantes durante la fase de crecimiento porque en la floración es contraproducentey solo genera estrés en la planta, ralentizando su floración y disminuyendo la calidad y cantidad de tu cosecha.
¿Cómo realizar un trasplante?
Lo más importante es que la tierra esté seca, esto nos permitirá sacar el cepellón de la planta de una sola pieza, evitando así que las raíces puedan dañarse. Para facilitar la salida del cepellón golpearemos con delicadeza los laterales y la parte inferior de la maceta, facilitando su salida al desprenderse el sustrato de los bordes.
Preparamos la nueva maceta donde vayamos a trasplantar, colocando la cantidad de tierra necesaria para colocar luego el cepellón. Si somos diestros usaremos la mano izquierda para sujetar la maceta o viceversa; usaremos la mano derecha colocando el tallo entre nuestro pulgar e índice, pegando la palma a la base del tallo, con cuidado daremos la vuelta a la maceta colocándola en el nuevo contenedor preparado previamente.
Una vez centrado el cepellón rellenaremos de sustrato por los cuatro costados, ejerciendo una ligera presión pero sin pasarse para no compactar la tierra. Un consejo en todos los trasplantes es que incluyamos al fondo de las macetas una capa de arlita o grava, con ello mejoramos el drenaje y la oxigenación de las raíces.
¿Cuáles son los síntomas para trasplantar?
Cuando las raíces asoman por en los agujeros de drenaje de las macetas suele ser síntoma de estar preparadas para el trasplante. Si germinamos desde jiffy, el momento es cuando las raíces comienzan a atravesar la tela de la turba.
Cuando nuestras macetas se secan rápidamente de un día para otro es otro aviso para que tu plantas sean trasplantadas, significa que las raíces han desarrollado tanto que beben más agua de la que nuestra maceta puede retener en su interior, aumentando el volumen de la maceta podremos realizar riegos más espaciados.
Cuando la planta es mucho más alta y ancha que su propio recipiente puede estar solicitándonos un cambio de contenedor. Esto es importante si cultivamos en interior, las lluvias o vientos fuertes pueden hacer volcar nuestra planta por tener poco peso en la base.
A veces una planta muestra síntomas de carencia de nitrógeno, amarilleando las hojas de la parte inferior, siendo este un llamamiento de nuestra planta para que la pasemos a una casa de mayores dimensiones.
Disminuye e incluso se paraliza el crecimiento y el desarrollo de las plantas como de sus brotes.
¿Cómo y de qué tamaño debe ser mi maceta?
Si cultivamos en interior podemos empezar en macetas pequeñas tamaño vaso de yogurt, luego pasamos a macetas de 3 litros para desarrollar el crecimiento y por último podemos usar macetas de 7 u 11 litros para terminar aquí el cultivo. Si el cultivo es en exterior podemos terminar en macetas de 25, 50 o incluso 100 litros, todo depende del tamaño final deseado para la planta.
Si cultivamos en interior el color de la maceta es indiferente, sin embargo la forma no tanto, al usar recipientes cuadrados estaremos aprovechando la superficie en mayor medida que si son redondas.
Si cultivamos en interior la forma de la maceta nos viene a dar igual, pero en este caso es necesario que su color sea el blanco, esto nos ayudará a que gran cantidad de la luz que recae en ella sea reflejada, favoreciendo así a mantener las raíces a una temperatura adecuada, el color negro al atraer y retener el calor puede ser tan elevado que dañe las raíces.
En cuanto a los materiales de los contenedores, lo dejo a vuestra elección (plástico, air-pot, tex-pot…), cada una de ellos tiene sus pros y sus contras, está en cada uno decidir cual se adapta mejor a sus necesidades.
Consejos para el trasplante
Para germinar podemos realizar un semillero pero a la hora de trasplantar solo pondremos una planta por maceta, esto es debido a que debido al poco espacio las dos plantas competirán por el espacio pudiendo acabar una de ellas muerta.
Cuando realicemos el primer trasplante es mejor no llenar la maceta hasta arriba de todo y dejar un pequeño espacio, así si luego se nos espiga el tallo podemos rellenar la maceta con más sustrato reparando así el espigamiento e impidiendo que el tallo doble, pudiendo partirse a la mitad.
Nunca realicéis un trasplante hasta que comprobemos que en los agujeros de drenaje de la parte de debajo de las macetas asoman las raíces, esto significa que ya han colonizado el sustrato y están listas para ser trasplantadas a un recipiente mayor.
Es importante dejar de regar un par de días antes del trasplante, gracias a ello conseguimos que el sustrato este lo suficientemente seco para que el cepellón no se desprenda a la hora de sacarlo de la maceta, si la tierra está demasiado húmeda podría desprenderse partes del cepellón a causa del peso, causando un estrés en la planta, que tardará varios días en recuperarse y comenzar a generar un nuevo sistema radicular.
Para evitar dañar en mayor medida a la planta, meteremos una espátula plana entre el pan de raíces y la maceta, evitaremos agarra la planta por el tallo, es mejor poner la palma de la mano abierta y dar la vuelta a la maceta sobre ella, es importante que este paso lo desempeñemos con cuidado y delicadeza.
Si cultivamos de forma ecológica y no queremos usar estimuladores de raíces químicos, podemos recurrir al uso de los extractos de algas que ayuda a minimizar el shock producido en las plantas después de ser trasplantadas. Se recomienda regar bien las plantas con algún tipo de estimulante radicular después de ser trasplantadas.
Jamás pasemos una planta recién trasplantada a floración, podríamos generar un estrés aún mayor influenciando en el resultado final. Una vez hecho el trasplante, dejaremos las plantas al menos una semana más en la fase de crecimiento para que se recuperen del shock. Este paso es mucho más importante si cultivamos con bajo consumo en crecimiento y sodio en floración, este cambio de iluminación puede generar un pequeño estrés en nuestras plantas.
Evitar que las raíces reciban luz directa ya que podrían ser dañadas. Si realizamos el trasplante en exterior es mejora al amanecer o atardecer, en esas horas los rayos de luz y el calor es menos intenso. Después del trasplante evitar colocar a la planta a pleno sol ya que puede ser muy dañino.
Con esta pequeña guía y consejos creo que cualquier persona aún desconociendo la planta de cannabis podría llevarlo a cabo si presta la debida atención. No es algo difícil de realizar, solo debemos seguir unos cuantos pasos.
Conociendo todos los beneficios que nos proporciona el trasplante, puede ser interesante que añadáis esta práctica a vuestros cultivos los que todavía no lo hagáis.
Imaginaros que son como el pez que ganábamos de pequeños en la feria, cuando éste se hacía grande teníamos que buscarle un hogar de mayor tamaño, pues nuestras plantas se encuentran en la misma situación.
Os dejo un dato por curiosidad para los que no lo sepan, ¿sabíais que podemos obtener la misma cosecha en 10 macetas de 10 L que en 4 de 25 L? Las plantas de las macetas grandes necesitarían más días en periodo de crecimiento para que puedan desarrollar y abarcar el armario de cultivo.
Me despido hasta el próximo artículo, os deseo los mejores humos desde Cannabis.es y a seguir cultivando vuestras ideas.