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Hash Marihuana & Hemp Museum de BCN: visita obligada

Hash Marihuana & Hemp Museum de BCN: visita obligada

En el año 1985 un empresario del sector cannábico, Ben Dronkers y el apoyo de uno de sus amigos Ed Rosenthal, decidió fundar en Holanda (Amsterdam) el primer museo dedicado íntegramente al cannabis, sus derivados y múltiples usos (Hash Marihuana & Hemp Museum de Amsterdam), actualmente es uno de los mayores atractivos turísticos de Amsterdam, además claro está del Barrio Rojo y los Coffee Shops. 

Lo mismo sucede en el año 2012 en la ciudad catalana de Barcelona. El 9 de mayo abre las puertas en Barcelona el Hash Marihuana & Hemp Museum, con más de 8000 piezas y de ellas más de 1200 fueron trasladadas desde el museo de Amsterdam.


En la actualidad posee varias empresas dentro del sector del cannabis, el banco de semillas holandés Sensi Seedslidera el sector junto a otros bancos, gracias a varias de sus genéticas reconocidas internacionalmente. También podemos mencionar Hemplax, dedicada a la producción y procesamiento del cáñamo industrial. En el año 2015 abre una segunda fábrica en Rumanía, con todo esto Ben pretende reactivar aquella antigua tradición del uso y procesamiento del cáñamo de antaño.

Lo mismo sucede en el año 2012 en la ciudad catalana de Barcelona. El 9 de mayo abre las puertas en Barcelona el Hash Marihuana & Hemp Museum, en el número 35 de Carrer Ample en el Barrio Gótico del distrito de Ciudad Vieja. La colección consta con más de 8000 piezas y de ellas más de 1200 fueron trasladadas desde el museo de Amsterdam. Muchas de las piezas que contiene el museo provienen de los numerosos viajes que realizaba Ben Dronkers.

Este año han celebrado su primer lustro desde que el museo abrió sus puertas a la ciudad de Barcelona, desde que abrieron han recibido muchísimas visitas y entre ellas personas destacadas del mundo cannábico de diversas partes del mundo.

Hash and Hemp Museum Barcelona

ARQUITECTURA 

Podemos visitarla solo por poder disfrutar de una arquitectura modernista, antiguamente conocido como el Palau Mornau , un palacio datado de la época medieval erguido en el centro de la ciudad.

Este palacio fue construido en el siglo XVI (1550) pero sufrió una gran remodelación a principios del siglo XX (1908) llevada a cabo por Manuel Joaquim Raspall i Mayol, debido a esto podemos apreciar elementos modernistas según vamos caminando por Mornau, como por ejemplo: los balcones y barandillas de hierro forjado, la tribuna acristalada…

De la construcción originaria también pudieron rescatar diversos elementos: la vidriera del interior formada por cristales emplomados, la chimenea del salón o el surtidor de cerámica del patio interior.

Tiene una superficie total de 900 metros cuadrados aunque solo 482 son dedicados al museo, donde en cada uno de ellos podremos encontrar un pedazo de historia de la planta.

En el año 2001 Ben Dronkers adquirió el edificio, en ese momento la situación del palacio era deplorable. Se encargó de realizar una profunda rehabilitación el arquitecto Jordi Romeu que devolvió a la vida todos esos elementos históricos y modernistas de la estructura. Les llevó más de una década de trabajo el devolverle todo el brillo y esplendor al palacio de Mornau, el resultado fue excepcional y este gran edificio pudo volver a ser disfrutado en la ciudad condal.

ACTIVIDADES

Este año se ha celebrado eIV Cannabis Film Cicle, durante el mes de mayo entre los días 12 y 21 de ese mismo mes, dando la oportunidad a muchos visitantes a poder ampliar sus conocimientos y cultura cannábica.

Todos los que acuden pueden visualizar una serie de películas que muestra las mejores entrevistas y documentales entorno al cannabis, a mayores podrán disfrutar de contenidos exclusivos del banco Sensi Seeds.

Cada cierto tiempo el museo va renovando una sala de exposición temporal, esta última fue destinada al cannabis como alimento y todas las propiedades que nos puede aportar la semilla de cáñamo.

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EL MUSEO

Sin duda lo primero que os recomiendo es adquirir una audioguía, porque está llena de información interesante sobre las piezas del museo, sin ella no podremos disfrutar plenamente de nuestra visita ya que a pesar de ser alguien que ha leído mucho sobre el cannabis durante mi visita he aprendido bastante sobre esta maravillosa planta.

Al subir las escaleras del museo recubiertas con una gran alfombra verde adornada con la hoja del cannabis, llegamos a un recibidor donde podemos ver un expositor con un poco de historia sobre: el director del museo (Ben DronKers), el Palacio Mornau y su rehabilitación, información sobre los anteriores dueños…

Según pasamos a la primera sala del museo comienza ofreciendo información sobre la fisiología de la planta, separando la planta hembra del macho y explicando sus diferencias. Nos detalla las características del crecimiento y la floración, así como las semillas y los tricomas.

En el mismo ala podemos observar fotografías de métodos tradicionales sobre la obtención del hachís.

La habitación contigua contiene una increíble colección de pipas de diversas partes del mundo y de momentos históricos distintos, a su vez podremos contemplar pinturas con la misma temática de la sala.

En cada sala podemos obtener algo de información histórica relativa a la planta del cannabis y al ir avanzando profundizamos más sobre sus usos y beneficios.

En una las salas observaremos diversas pinturas y grabados que muestran el uso del cannabis desde sus comienzos. Los visitantes apasionados del cannabis podrán disfrutar de las pinturas originales de artistas de la talla de Cornelis Decker, David Teniers y Herman Saftleven. Muchos de estos cuadros fueron pintados sobre lienzos de cáñamo, estos eran mucho más resistentes y perduraban a lo largo de la historia.

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Todas las pinturas tienen el cannabis como temática principal, podemos encontrar una escena habitual en las casas de fumar con los clientes sentados, jugando a las cartas, bebiendo y fumando de sus pipas. En otra podemos observar el proceso de calafatear, consistía en introducir entre dos tablas del casco de madera una mezcla entre estopa (parte basta que se usa para cuerdas) del cáñamo empapada en brea (residuo de un material orgánico obtenido mediante pirolisis) para conseguir una impermeabilización del casco.

También tenemos la posibilidad de ver diversas herramientas y artilugios empleados para la transformación del cáñamo en tejido, cuerda o papel. Como tuvo mucha importancia sobre todo en la industria naval ya que ninguna otra fibra ofrecía una resistencia tan elevada al agua salada. En esta sala nos cuentan como en las tres carabelas (La Pinta, La Niña Y Santa María) de Cristobal Colón transportaban más de 80 toneladas de cáñamo entre velas, cuerdas, papel, casco del barco…

Hay una sección dedicada al uso medicinal donde nos deleitaremos con un magnífica colección de botellas (jarabes, tonificantes…) de cannabis medicinal del siglo XIX, alguna de ellas destinadas al público infantil.

En una de las salas del museo veremos cómo es el cáñamo transformado en diversos productos de uso cotidiano: vemos calcetines de cáñamo, zapatillas deportivas, sandalias… a su vez veremos herramientas e instrumentos que se empleaban para tejer el cáñamo.

Dando una vuelta por el museo rápidamente nos damos cuenta de que el museo no quiere resaltar la faceta recreativa del cannabis más que ninguna otra, veremos las propiedades medicinales de la planta, sus usos en las diversas industrias, la historia detallada de la planta… sin destacar en ningún sentido alguna de ellas, inclusive veremos carteles de películas durante la época de la prohibición del cannabis y como la consideraban una “planta maldita”.

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Una de las últimas salas es dedicada a la música y el cine de a partir de los 60, podemos encontrar cantantes icónicos del cannabis como Bob Marley y artistas de la talla de Cheech & Chong. También podremos respondernos a la gran pregunta de todo niño cuando crece ¿Realmente eran espinacas lo que Popeye comía o fumaba en su pipa?

Para los que no los conozcan Cheech & Chong fue un dúo humorístico de la década de los 70, recorrían los clubs ofreciendo su show para luego llegar a grabar varios álbumes humorísticos. Después dieron el salto a la gran pantalla llegando a filmar hasta unas diez películas como dúo. Sus películas giraban en torno a la época hippie (las décadas de los 70 y 80) y como no “la marihuana” era uno de las temáticas de sus películas, normalmente siempre se podía visualizar un gran consumo de esta en cada una de sus películas.  El gran éxito de la pareja culminó junto a su película “Up in the smocke” en el año 1978, llegó a convertirse en un clásico de culto entre la comunidad cannábica y otros cinéfilos. Una curiosidad es que Tommy Chong dirigió cuatro de las películas a la vez que las protagonizaba.

Antes de finalizar la visita podemos pasarnos por la tienda del museo, allí encontraremos desde semillas, ropa y merchandasing del banco Sensi Seeds, productos alimenticios o cosméticos… no pude resistir la tentación y al final salí de allí con una gorra y cenicero en forma de hoja de marihuana, sin embargo mi pareja se decantó por algún producto de cosmética.

HORARIOS

Abren toda la semana desde las 10:00 AM hasta las 22:00 PM, excepto:
Festivos: De 14:00 h a 22:00 h.

24 y 31 de diciembre: De 12:00 AM hasta las 20:00 PM.

PRECIOS VISITA

La entrada cuesta 9 € por persona, sin embargo, si vamos con niños menores de 13 años, su entrada será gratuita (siempre en compañía de un adulto).

Una vez pagada la entrada no os olvidéis de solicitar una audioguía (castellano, catalán, inglés, francés, alemán e italiano) con ella comprenderemos con facilidad y al detalle la historia de cada pieza del museo.  Para las visitas en grupo (mínimo de 10 personas) se les realiza un 20% de descuento sobre el total.

Se ofrecen visitas guiadas al público general los sábados a las 17:00 h en castellano y los domingos a las 12:00 h en catalán.

Puedo decir que es una visita obligada en Barcelona, para todos aquellos apasionados por esta maravillosa planta. El museo es como un pequeño perfume, que en su interior capta toda su esencia, una maravilla tanto a nivel de museo como la arquitectónica del edificio.

Al entrar podemos ver el cuidado detallado a la hora de mostrar y enseñar cada pieza del museo, vitrinas bien iluminadas para poder apreciar todo al detalle. Paseando podremos de darnos cuenta del gran trabajo que tuvo que ser el adquirir esta gran colección.

Animo tanto a fumadores como a los que no, a visitar este gran museo donde podrán ver desde otra perspectiva que no sea la de “droga”, ya que esta planta es como el cerdo, se le aprovecha todo. Con una visita podremos aprender y aumentar nuestros conocimientos además de poder ver artefactos únicos que quizás no podamos ver en ningún otro sitio.

Doy las gracias al museo y sus trabajadores por su afable acogida, su dedicación ya que en todo momento estuvieron atentos por si necesitábamos cualquier cosa.

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Y como siempre me despido hasta el próximo artículo en donde seguiremos cultivando alguna idea que nos venga a la mente, desde cannabis.es os deseamos unos buenos humos.

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