Por Gorka Aguirreche
Ya estamos en febrero y a punto de poder empezar con los cultivos de exterior, seguramente terminando o ya secando nuestra hierba del cultivo de interior de invierno, el más cómodo con diferencia. En breve volverán las plagas y los problemas de calor.
En esta entrada quiero tocar el tema de la germinación pues aunque muchos cultivadores presumen de saber hacerlo, diría que es el fallo más común junto con el exceso de riego a la hora de acabar con nuestras peques .
Para no aburrir a aquellos sibaritas y entendidos en la materia explicaré varios métodos y quizás así descubran algo nuevo, pero siendo sincero, si algo funciona, no lo cambies. Conozco varios cultivadores que tras varios años germinando a su manera probaron otras técnicas y fallaron estrepitosamente.
Para empezar echemos un vistazo a las semillas, por ahí empieza todo ;). Generalmente todas las semillas marrones, oscuras germinan correctamente, aquellas blancas verdosas suelen ser semillas inmaduras que no nacerán con éxito.
Por otra parte y para entender la anatomía de una semilla de cannabis, que es muy sencilla, tenéis que saber que en su interior se encuentran los dos cotiledones (primer par de hojas redondas) ya formados y la raíz apical, esta se sitúa en la punta de la semilla.
Siempre que sembremos una semilla, lo haremos con la punta hacía abajo o si dudáis de lado pero nunca con la punta mirando arriba, obligaréis a la raíz a dar una vuelta sobre si misma, no la matará pero si es un freno importante.
En la naturaleza las plantas brotan de sus semillas bajo las condiciones climáticas de la primavera, lo que ya os indica bastante la temperatura y humedad necesaria para una buena germinación e incluso durante las dos primeras semanas de vida. Un ambiente cálido y húmedo es perfecto para que se de una germinación exitosa.
Primer método: Eazy Plugs, Fleximix…
Son pequeños “cubos” orgánicos muy esponjosos que auto regulan su nivel de aire-humedad, gracias a esto son muy fáciles de usar y su ratio de éxito es muy alto frente al resto de técnicas, si además procuramos tenerlos en un pequeño propagador o invernadero durante el proceso aseguraremos aun más una correcta germinación.
Por ponerles una pega, comentar que como mínimo vienen en bandejas de 24 (Fleximix), o bolsas de 50 (Eazy Plugs) y aunque vienen secos y no deberían perder efectividad, suele echar para atrás la cantidad y el precio comparado con otros métodos.
El modo de empleo es introducir en agua con pH 5.8 durante unos segundos, sacarlos y dejar que ellos solos drenen el exceso. Este material ni se aprieta ni se escurre, podríamos provocar un secado más rápido si lo hiciéramos. De manera natural son capaces de aguantar cerca de los tres días sin tener que volver a humedecerlos.
Eazy Plugs aconseja usar un estimulador en el agua que vamos a usar para remojar los plugs. Fleximix ya incorpora micronutrientes al sustrato para ayudar a la raíz según aparezca.
Ambos sirven para todo tipo de cultivos, ya sea tierra, coco o hidropónicos y son totalmente biodegradables. En mi opinión son el mejor medio de germinación y con la más alta probabilidad de éxito, ya sea en semillas o esquejes.
Una vez germinada, el cubo con la plantita se introduce en el siguiente contenedor.
Segundo método: Jiffys o discos de turba prensada
Los jiffys, a los cuales en la grow llaman de mil maneras diferentes jaja, son turba prensada en discos de diferentes diámetros que una vez metidos en agua aumentan y sirven para germinar o clonar, sirven en cultivos de coco y tierra solamente, no pueden usarse en hidro.
Son sencillos de utilizar pero si nunca se ha hecho puede haber un problema, el que no se escurran para quitar el exceso de agua al humedecerlos. Utilizaremos agua tibia, no según salga del grifo, los sumergiremos dentro y en unos minutos habrán quintuplicado el tamaño.
En la parte superior la malla que contiene la turba está abierta para depositar la semilla. Apretamos ligeramente hasta que no escurra más entre los dedos y plantamos.
Al igual que los Fleximix o los Eazy Plugs no les hace falta luz para germinar, yo suelo dejarlos en un plato dentro de un cajón, la humedad no aguanta tanto en los jiffys pero aun así la conserva bastante, se ve muy rápido si se secan ya que cambia el color a a amarillo paja.
En el momento que la planta germina y asoma sus cotiledones se entierra en la siguiente maceta, evitando el estrés del trasplante. Muchos clientes recortan o quitan la malla del jiffy porque dicen que la raíz puede tener problemas para atravesarla, nunca me ha ocurrido.
Tercer método: plato y papel
Este es el método de toda la vida, el del cole y el que cuando hemos sido niños nos han enseñado. El material a emplear puede ser papel higiénico, servilleta o papel de cocina que en mi opinión, es el mejor entre los mencionados. Nunca uséis algodón, la raíz principal podría enredarse entre las hebras y acabar seccionada al intentar retirar la plantita.
El truco de este sistema es el drenaje, al preparar el recipiente y poner el papel de cocina, volcar un poco el plato y apretar con los dedos hasta que deje de escurrir agua, ese es el punto óptimo de humedad del papel. Colocar las semillas y doblar el papel sobre ellas o colocar otro humedecido sobre ellas, si es así, volver a drenar y al cajón.
Un fallo muy típico de esta técnica es que como se transporta fácil y tiene buena base algunos clientes lo han colocado encima de la tele, modem, radiador… para que tuvieran calor. Esto es un error, por encima de 25º la germinación seguramente se irá al traste y si, para más inri, no paramos de mover el plato, peor pues las condiciones cambian.
Si una vez las semillas han abierto aplicamos ese tipo de calor las raíces se licuan y adiós a nuestras plantas. Lo ideal es dejarlas quietas en un mismo lugar, estables y sin cambios, vigilando la humedad hasta que abran y luego transplantar.
Si mantenemos una buena humedad en el papel las semillas serán capaces de desprenderse por completo de las cascaras y podemos encontrar plantas con los cotiledones ya abiertos. Cogerlas con cuidado e insertar, sin dañar la raíz, en las macetas que tengáis preparadas.
Es un buen truquillo poner otro plato igual haciendo de tapa 😉
Cuarto método: el vaso de agua
El más simple de todos, llenáis un vaso de agua tibia tal y como si lo fuerais a beber y dejáis caer las semillas al agua. Lleváis el vaso a un cajón o armario y esperáis de 24 a 36h como mucho, yo soy más partidario de las 24h.
Si las semillas abren lo normal es que la raíz simplemente asome un poquito y no pueda avanzar en el agua así que debéis sacarlas y llevar a maceta. Abran o no abran a las 24h se sacan todas y se plantan en las macetas a medio centímetro de profundidad, se riega muy levemente y se va vigilando hasta que aparecen los cotiledones.
Al remojarse, en el interior de las semillas se inician los procesos químicos para que se de la germinación. Como añadido, reblandecemos durante 24h las cascara dura de la semilla lo que hará más fácil a la plantita romper la cascara y brotar.
Este es mi método preferido :).
Otros métodos
Hay otras maneras como plantar en las macetas definitivas directamente, como explique en el artículo de las autoflorecientes y que es muy bueno si vamos a cultivar estas variedades.
Otro sería utilizar semilleros o propagadores para crear las condiciones perfectas para la germinación, si a estos les añadimos una manta térmica o calor controlado se llaman camas calientes y tienen buenos porcentajes de germinación.
Para cultivos hidro también están los cubos de lana de roca que la verdad no recomiendo en absoluto. Poseen un pH alto que hay que regular, el material no es biodegradable, los ratios de éxito no son altos y por seguir añadiendo notas negativas cuando la semilla germina y la raíz intenta sumergirse en la fibra puede levantar la semilla empujándola por encima del cubo.
Si el vaso de agua era mi método preferido este es el que no recomendaría a nadie para germinar.
Bueno, ahí os dejo esa info que aunque esta muy vista o parece un tema fácil no lo es tanto y seguro que algo habréis aprendido 😉
¡Qué tengáis una buena y verde semana!