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Cannabis vs glioblastoma: la comunidad científica ve potencial antitumoral

Cannabis vs glioblastoma: la comunidad científica ve potencial antitumoral

Benito Díaz

Una charla con científicos sobre la terapia cannábica, utilizada contra uno de los cánceres más mortales que se conoce: el glioblastoma. La investigación avanza con el estudio de los cannabinoides y sus efectos antitumorales.


La investigación sobre los efectos terapéuticos, medicinales, de la marihuana en el cuerpo humano se ha convertido en una de las causas principales de muchos gestos aperturistas en las políticas de drogas a nivel mundial. Cada vez son más los gobiernos que cambian sus legislaciones nacionales para permitir la inclusión de terapias alternativas basadas en cannabis para multitud de enfermedades, tales como el alzheimer, los espasmos causados por la esclerosis múltiple, anorexia, caquexia o glaucoma, entre otros ejemplos.

¿Qué es el glioblastoma?

El glioblastoma es un tipo de tumor cerebral primario que presenta una elevada agresividad”, nos explica Esther Martínez, investigadora graduada en biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia. Su ámbito de estudio ha estado siempre vinculado a la oncología. Doctorada en bioquímica, biología molecular, biomedicina y biotecnología por la UCM, Martínez aclara: “la supervivencia es muy baja, de 12 a 15 meses después del diagnóstico”.

“Esta investigación no es nueva. Empezó hace más de 10 años, con los ensayos clínicos de Manuel Guzmán en la Universidad Computense”, dice Mariano García de Palau, médico graduado por la Universitat de Barcelona y especialista/asesor clínico en el tratamiento con cannabinoides. “El Glioblastoma es mortal para todos los pacientes, tanto adultos como niños a partir de 2 años”.

García de Palau nos cuenta que el tumor puede aparecer en casi cualquier parte del cerebro. “Se trata de una formación que, más que ser dañina en sí misma, presiona partes fundamentales del cerebro al crecer, lo que hace aparecer síntomas neurológicos, como problemas en el habla, en la vista, dificultades para realizar movimientos, etcétera”.

Las terapias actuales no son demasiado efectivas”, comenta la doctora Martínez. “El tratamiento actual se basa en la cirugía, intentar extraer la mayor parte posible del tumor. Se está tratando de mejorar las técnicas de resección del tumor, con el objetivo de evitar el recrecimiento posterior del tumor. Tras la cirugía se aplica un tratatamiento radioterápico y quimioterápico con agentes alquilantes (como la temozolomida)».

Tras atacar el tumor con estas terapias, no hay nada. Se espera un tiempo, quizá un par de años. Pero se trata de una enfermedad que recidiva con facilidad, es decir, vuelve a aparecer cuando ya está curada”, aclara García de Palau. “Entonces se repiten todas o alguna de las terapias mencionadas”.

¿Por qué el cannabis?

Las células tumorales poseen receptores cannabinoides, lo cual quiere decir que se ven afectadas por cannabinoides tales como THC o CBD. En estudios preclínicos, se ha demostrado que el THC, mediante los receptores cannabinoides, induce la muerte celular de las células tumorales activando un proceso de apoptosis mediado por autofagia”, nos enseña Esther Martínez. Recordemos que la apoptosis es un proceso de muerte celular programada producido por el mismo organismo, con el fin de controlar su desarrollo y crecimiento, de vital importancia para la eliminación de células dañadas y, en nuestro caso, evitar la aparición de cáncer. De esta forma, la señal genética que indica a la célula que debe iniciar un proceso de autofagia (devorarse a sí misma) para reciclarse, interrumpida en el ciclo cancerígeno, es restablecida, supuestamente, por una reacción del sistema endocannabinoide.

Aunque se conoce parte del mecanismo molecular por el cual los cannabinoides inducen la muerte de las células cancerosas, todavía queda mucho por desentrañar. Por ejemplo, por qué estos compuestos tienen la capacidad de afectar de manera “selectiva” a las células tumorales, ya que no se observa dicho efecto pro-apoptótico en las células no tumorales, a pesar de que también poseen receptores cannabinoides”. La doctora Martínez señala que actualmente se están llevando a cabo ensayos preclínicos en laboratorios para tratar otros tipos de cáncer, tales como el de próstata o el de mama.

Se ha demostrado que terapias que aúnan cannabis con temozolomida funcionan mejor que la quimioterapia sola, o que el cannabis solo”, asevera García de Palau. “La vía de administración de este cannabis suele ser mediante extracto de sustancias naturales, suspendido en medios tales como aceite y suministrado por vía oral, sublingual. Del espacio sublingual, los activos pasan al torrente sanguíneo de la carótida, llegando al cerebro de la forma más rápida”.

¿Cuándo sabremos más?

Esther Martínez nos cuenta el desarrollo de la investigación desde hace más de una década con la aparición de tres estudios en nuestro país. El primero, llevado a cabo entre 2003-2006, incluía la administración de THC por vía intratumoral en pacientes en segunda línea de tratamiento, es decir, tras la reaparición del tumor. El segundo (2014-2016), también en segunda línea de tratamiento, investigó y demostró la seguridad y eficacia de los cannabinoides en combinación con temozolomida. Concretamente, el estudio se llevó a cabo con el fármaco Sativex, de GW Pharma, compuesto por una mezcla 1:1 de THC: CBD. El tercer estudio está pendiente de aprobación por el protocolo de la Agencia Española del medicamento, pero esperamos que se realice pronto. Se trataría de un tratamiento en Primera Línea, utilizando los cannabinoides en combinación con terapias convencionales desde el principio”, declaró la científica.

Estos avances hay que tomarlos con prudencia. “Se trata de una vía para la investigación, los resultados obtenidos hasta ahora son esperanzadores pero hacen falta más estudios. Hay tan pocos tratamientos que cualquier avance sobre el glioblastoma es bueno. Creo que se debe llevar a cabo una regulación cuidadosa, que permita incrementar la supervivencia y calidad de vida de los pacientes que así lo deseen. Deberían tener derecho a elegir, así como los consumidores de marihuana recreativa. Tendría que desaparecer el estigma que pesa sobre los usuarios y quizás esto haría que los profesionales de la medicina pudieran orientar sobre este tipo de terapias, siempre en combinación con las terapias convencionales que tienen demostrado efecto clínico”, interpreta Martínez.

La esperanza la trae la posibilidad de poder investigar estos métodos sin trabas. Esperemos que se produzca una legalización del Cannabis que permita realizar más ensayos clínicos”, desea García de Palau.

Pueden encontrar más información sobre la investigación de la doctora Martínez en los escritos suministrados en el repositorio PUBMED. Actualmente, trabaja en el equipo del Doctor Guillermo Velasco en la UCM.

El doctor Mariano García de Palau dirige la Clínica Kalapa en Barcelona. Es miembro regular de la IACM y vocal del Observatorio Español de Cannabis Medicinal.

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