Benito Díaz
Su nombre saltó a los titulares de la prensa mundial el pasado 8 de junio. La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, conocida en las redes como AOC), lanzaba una propuesta legislativa en la cual proponía derribar el muro impuesto a las investigaciones científicas con psilocibina y MDMA en Estados Unidos.
La propuesta es una enmienda a un proyecto de ley preexistente sobre una de las ramas de financiación para el año 2020. Eliminaría la concepción por la cual “se prohíbe gastar dinero federal en cualquier actividad que promueva la legalización de la droga u otras substancias de la Lista I de Sustancias Prohibidas”. Según el resumen de la propuesta de Cortez, «los académicos y los científicos informan que disposiciones como esta crean estigma y obstáculos logísticos insuperables para la investigación de medicamentos provenientes de la lista I”. Recordamos que ya en Denver, Colorado, se permite el consumo de hongos alucinógenos, ayahuasca o la ibogaína.
Las propuestas de la congresista Cortez al respecto de las drogas no terminan ahí. El 14 de febrero, la congresista mantuvo una dura comparecencia en la cámara de representantes, en la cual aseguró que se está produciendo una injusticia racial en el tema del cannabis. La encarcelación en masa de personas latinas o afrodescendientes por delitos relacionados con el cannabis supone un perjuicio social que se traduce en mayores dificultades laborales para estos grupos perjudicados, a los que después las empresas buscan para beneficiarse de mano de obra barata, y les excluye de emprender proyectos empresariales si tienen antecedentes ante una posible legalización. Además, mientras dura la cárcel, algunos penitentes se ven obligados a trabajar a un sueldo esclavo por la ley estadounidense.
A la vez, se fomenta un sistema de licencias carísimo que impide que se integren en el sector cannábico, o al menos como propietarios, los sectores sociales que antes habían trabajado en la marginalidad. Esto se traduce en que serán personas blancas en su gran mayoría las propietarias de los negocios, aunque culturalmente no haya sido el grupo étnico con un uso arraigado.
“La legalización está agravando la brecha racial entre empresas ricas dirigidas por blancos que se benefician de la encarcelación en masa” declaró la delegada. «Lo que parece, es que las personas que se beneficiaron del encarcelamiento con fines de lucro, se benefician primero de la legalización de la marihuana, mientras que las comunidades más afectadas son las últimas en llegar. En el estado de Massachusetts, solo el 3.1% de los negocios de marihuana en el estado eran propiedad de minorías, y el 2.2% era propiedad de mujeres. ¿Es esta industria representativa de las comunidades que históricamente han soportado la mayor parte de la injusticia basada en la prohibición de la marihuana?».
Recordemos que la tasa de arresto por marihuana en 2014 en la ciudad de Nueva York para personas afrodescendientes fue cuatro veces mayor que la de personas blancas. El Bronx tiene una de las tasas más altas de arrestos por cannabis del país. Sin embargo, los propietarios de dispensarios afrodescendientes representan tan solo el 1% de las 3000 tiendas minoristas que existen en todo el país.
Esa misma semana, AOC declaró a la cadena TMZ que no tendría ninguna objeción para aceptar a un presidente que consumiera cannabis. “No me importa, está bien para mí. No estás haciendo daño a nadie… Creo que la gente suele huir de ello, pero solo tenemos que aceptar que no hay nada más dañino inherente a la marihuana que, digamos, sustancias legales como el alcohol o cualquier otra cosa. Hay mucha gente que bebe, ¿cuál es la diferencia?”, preguntó la congresista Cortez. “Me alegro de que nos estamos moviendo hacia una posición más justa como partido y que estamos moviéndonos, no solo para legalizar la marihuana, sino también para compensar los daños causados por la Guerra contra las Drogas y las personas que fueron injustamente encarceladas”.
Ocasio- Cortez, congresista de EEUU
Nacida en 1989, en el seno de una familia trabajadora del Bronx. De ascendencia puertorriqueña, la joven AOC cursa Economía y Relaciones Internacionales en Yorktown. Al terminar su carrera, encuentra trabajo como directora educativa. La crisis económica golpeó a su familia, lo que la obligó a aceptar un trabajo por horas como camarera para ayudar a su madre, que trabajaba como limpiadora. Dada su experiencia trabajando para Ted Kennedy, en 2016 entra de lleno en política al participar en la campaña de Bernie Sanders.
Tras la victoria de Trump, la indignación se extendió entre los representantes demócratas. En Mayo de 2017, se presenta como candidata a las primarias de NYC, aplastando a uno de los pesos pesados del partido demócrata. “Nunca me imaginé presentándome a un cargo por mi cuenta. Desechaba esa posibilidad porque sentía que ya se me había descartado. Sentía que la única manera de presentarme a un cargo público era teniendo acceso a la riqueza, a la influencia social y yo no tenía nada de eso”, aseguró en una entrevista a New York Magazine.
Su estrategia se ha basado en una constante referencia a las bases del partido, a través de sus mensajes en la cámara y de sus apariciones en redes sociales, al más puro estilo millenial. Comprometida con el Green Deal y los ecologistas, la congresista, de tan solo 28 años de edad, ya causa furor en Internet donde cientos de fans aguardan su video de cocina casera todas las semanas.