Benito Díaz
El país helvético está de enhorabuena. Dos propuestas abren camino a la ola legalizadora que recorre el mundo. Este mes, nos enterábamos de que el parlamento suizo estudia regular tanto el cannabis terapéutico como el recreativo.
Dos propuestas sobre la mesa: por un lado, permitir la prescripción de cannabis para tratar a personas que sufren cáncer u otras enfermedades graves. Por el otro, el programa piloto para poner a prueba las nuevas leyes que permitirían el consumo recreativo.
CANNABIS TERAPÉUTICO
El jueves 28 de Febrero, la Oficina Federal de Salud Pública, lanzó una propuesta de enmienda en la ley de 1951 que prohíbe el consumo de cannabis, ante el Parlamento Federal.
«La propuesta hace posible que los médicos puedan prescribir directamente el cannabis como parte de su tratamiento», informó el gabinete suizo en un comunicado. «El mayor obstáculo para el reembolso automático [la inclusión de la Cannabis en el sistema Sanitario] es que la evidencia científica de la eficacia aún no es suficiente y las conclusiones de los estudios existentes a veces son contradictorias».
«El cultivo y el procesamiento de cannabis medicinal, así como su venta, serían posibles bajo un sistema regulado», aseguró otra notificación de Swissmedic, la agencia reguladora de medicamentos del país.
La eficacia del cannabis en el tratamiento de enfermedades reuropáticas y oncológicas ha sido demostrada en diferentes estudios científicos por ejemplo como los del Profesor Manuel Guzmán, o los prometedores estudios sobre animales del Profesor Carlos Goicoechea, relacionados con el control del dolor mediante la aplicación de Cannabinoides.
La Oficina Federal de Salud suiza lanzará un proyecto de evaluación para ayudar a responder preguntas, abriendo un período de respuesta hasta mediados del mes de Octubre. Se habilitará un cuestionario para los enfermos seleccionados, con tal de averiguar si el medicamento es eficaz y sobre qué condiciones, según explicaba el comunicado oficial.
CANNABIS RECREATIVO
La marihuana es uno de los productos prohibidos más consumidos en el mercado negro helvético y ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años. A pesar de estar prohibido, más de 20.000 personas en Suiza consumen cannabis, según los datos barajados por Reuters.
En la actualidad, es posible conseguir marihuana en grandes supermercados suizos; eso sí, con un porcentaje menor o igual al 1% de THC. Además, desde 2013, las personas que sean sorprendidas con una cantidad menor de 10g de cannabis solo tendrían que enfrentarse a una sanción administrativa de 85 euros, una cantidad muy inferior a la misma sanción si se aplicase en nuestro país, por ejemplo.
Ante el desarrollo del consumo y de los consumidores de cannabis suizos, el Parlamento Federal ha decidido dar luz verde a una prueba que examine la posible aplicación de leyes para su regularización en el ámbito recreativo. Ya en 2018, el Canciller suizo Walter Thurnherr afirmaba que “el mercado negro está floreciendo y no se puede garantizar la seguridad de los consumidores debido a la falta de control de calidad”.
El proyecto piloto consistiría en seleccionar grupos de personas mayores de edad que se demuestren consumidoras, de no más de 5000 individuos, según el proyecto legal presentado, sin aclarar si ese número se refiere a cada localidad o cantón, o al total nacional.
A éstos se les dotaría de un permiso especial para consumir cannabis. Éstos participantes tendrían derecho a adquirir una cantidad limitada de la planta, hasta un máximo de 10 gramos mensuales de THC, según la Oficina Federal en la web oficial del Gobierno.
Los estudios se podrían alargar hasta los cinco años y se limitarían solo a determinadas localidades interesadas en albergar estos proyectos pioneros, entre ellas Zúrich, Ginebra o Basilea. Una vez concluidos, el análisis de los resultados decidiría si deben aplicarse medidas de regularización o flexibilizar las vigentes leyes prohibicionistas.
Dos medidas para la regularización del cannabis soplan frescas sobre los consumidores alpinos, aires de libertad para un país que se adhiere al grupo formado por Portugal, República Checa y próximamente, Luxemburgo.