Benito Díaz
En los pasados meses de junio y agosto, saltaron los titulares una serie de informaciones que alertaban de un brote de enfermedades pulmonares relacionadas con el consumo de cigarrillos electrónicos en Estados Unidos. Los síntomas reportados por las víctimas incluían tos, dificultad para respirar o dolor en el pecho, náuseas, vómitos o diarrea, fatiga, fiebre o dolor abdominal, entre otros. “Algunos pacientes informaron que sus síntomas se desarrollaron durante unos días, mientras que otros se desarrollaron durante varias semanas. Una infección pulmonar no parece estar causando estos síntomas”, afirmó el informe del Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC).
El análisis de los casos, apuntó al consumo de cigarrillos electrónicos y al vapeo como causa principal de las dolencias. Esta información, unida al hecho de que en muchas de las muestras aparecía el THC como componente de la carga fumable, sirvió para que se extendiera la idea de que el Cannabis estaba relacionado con la intoxicación generalizada. El CDC norteamericano, avisaba de que estas cargas podían estar compuestas de nicotina, aceites de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabinoides (CBD) además de otros aditivos. La alarma se extendió por todo el mundo y la seguridad de los cigarrillos electrónicos y el vapeo fue puesta en entredicho. A pesar de ello, el CDC informa en la actualidad que “la exposición química específica que causa lesiones pulmonares […] sigue siendo desconocida en este momento. Ningún producto o sustancia se ha relacionado con todos los casos de lesiones pulmonares. Se necesita más información para saber si uno o más ectrónicos o productos, sustancias o marcas de vapeo son responsables del brote”.
Causas
La investigación del CDC arrojó inquietantes conclusiones. Pese a reconocer que la aparición de THC en los resultados de las muestras no era concluyente, pues se encontraron otras muchas sustancias comunes, tales como la nicotina, la disolución del aceite de THC en un espesante de amplio uso comercial podría ser la causa de los daños pulmonares. Calentar el compuesto resulta en inhalar el acetato de vitamina E, y, si bien el CDC siguió la pista que indicaba que estos productos habrían sido adquiridos en el mercado negro, también productores legales han estado utilizando el compuesto, y ahora muchos se apresuran a tomar medidas para corregirlo. No obstante, no está confirmado y, de momento, solo cabe tomar medidas como evitar cartuchos que contengan el espesante con vitamina E.
España
No se ha dado ningún caso de intoxicación por vapeo, pero el Ministerio de Sanidad sí llevó a cabo una campaña destinada a concienciar sobre los riesgos del consumo de CE y otros sistemas de administración similares, a la vista de la situación en USA. María Luisa Carcedo, responsable de este ministerio, afirmó en declaraciones que este plan busca concienciar a los más jóvenes y “no dejar que les engañen”, mientras recordaba que el tabaquismo produce más de 50.000 muertes prematuras en nuestro país cada año.
“La percepción del riesgo relacionada con el cigarrillo electrónico es la más baja de todas las drogas y sustancias. Solo el 34% de los estudiantes piensa que consumir cigarrillos electrónicos puede causar bastantes o muchos problemas de salud” destacó la delegada de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí.
Carcedo explicó que “la publicidad de los nuevos productos del tabaco quiere hacer creer a los jóvenes que fumar un cigarrillos electrónicos es sexy o que fumar un vapeador es moderno y estiloso”.
Las empresas distribuidoras de CE y productos derivados, no hicieron esperar su reacción y publicaron un comunicado en varias gacetas médicas. Myblu Spain protestaba así contra la campaña del Ministerio de Sanidad, ya que, a su juicio, se trata de una iniciativa “engañosa”, pues confunde a los consumidores e induce a “error sobre el producto”. “Los vaporizadores no son tabaco, no contienen tabaco y para muchas personas es una forma muy válida precisamente para abandonar el tabaco”. Señalaban que el Ministerio “conoce muy bien lo que son los vaporizadores y las composiciones de sus productos”, lamentando que el Ministerio haya “lanzado esta campaña con el único fin de perjudicarles y asociarles al tabaco, algo que es totalmente distinto a un vaporizador”.
En el blog “Vapor y Ciencia”, escrito por la doctora en Biología Celular y Genética por la UAM, Carmen Escrig, denuncia que la desinformación alrededor de este brote relacionado con el cigarrillo electrónico ha servido para boicotear el avance contra el tabaquismo que puede significar el invento. “¿Y por qué la desinformación es especialmente intensa ahora en España? Porque lo primero que va a ocurrir cuando haya nuevo gobierno, a nivel de políticas sanitarias, es la reapertura de la ley antitabaco, de manera que el actual marco regulatorio sobre los productos de reducción de daños puede cambiar muchísimo y a peor. Leyes que alejarán a los fumadores de herramientas que pueden salvarles la vida”, manifiesta Escrig en su blog.
Desde Energy Control, reclaman un debate sobre el uso del cigarrillo electrónico y otros métodos de administración de nicotina desde un punto de vista objetivo. “No discutimos la conveniencia de dirigir mensajes específicos hacia la población más joven informando sobre sus potenciales riesgos. Pero el debate sobre su valor como herramienta de reducción de riesgos también debe ser considerado”