Benito Díaz
El otoño, época de recolección de la cosecha que hemos conseguido con nuestro esfuerzo. En esta ocasión, elegimos unas prometedoras semillas de la casa Gea Seeds. La Gealato Kush aúna ascendencias de variedades sabrosas como la Gelato, mezclándolas con la familia Kush, trayendo así todo el olor de las montañas entre Paquistán y Afganistán. Desarrollado en California, este fenotipo consigue el punto perfecto con la influencia de la Costa Oeste.
Este año había elegido un sustrato con abundante fibra de coco y perlita, necesaria para la aireación y drenaje, además de facilitar el trabajo de las raíces. El proceso de cultivo, como siempre, requiere un alto grado de atención y trabajo sin el cual la calidad final del cultivo no será la esperada.
El trasplante de las plántulas es un momento delicado. Algunas no consiguen superarlo. Este año conseguí un elevado porcentaje de éxito, aunque tuve que germinar una Gealato Kush nueva, debido a un granizo que destruyó una de las plantas. Su exposición al sol durante el primer mes la considero esencial. Por eso, las plantas se encontraban en todo momento fuera de casa. Así la planta obtiene suficiente energía para enfrentarse a la siguiente fase, la de crecimiento.
En crecimiento, ya en interior y dado el escaso espacio del que dispongo, dispuse las seis macetas en hileras. La luz solar que llegase a hasta ellas sería su única fuente de radiación en los próximos meses. En tres de ellas, las Gealato Kush pasarían toda su vida.
El crecimiento fue formidable. Las plantas aumentaban de tamaño ante mis ojos, tanto que tuve que recurrir a la técnica del “atado” para evitar que chocasen contra el techo. Esta práctica trata de dirigir la parte más blanda del tronco hasta hacer una “S” mediante una cuerda, para controlar el desarrollo de la planta. Además, realicé una poda apical con la que conseguí frenar su crecimiento en altura.
Tras muchos abonos y revisiones, fumigaciones y control del proceso, llegamos al tercer mes de crecimiento y el comienzo de la fase de floración. Para mi sorpresa, de entre las semillas feminizadas que me habían facilitado, surgió un poderoso macho. Es sabido que las plantas feminizadas pueden, bajo algunas circunstancias, dar lugar a una hermafrodita. Esto es que presenta flores macho y hembra en el mismo ejemplar. El mío no ofrecía rastro de ninguna flor hembra. Por el contrario, las formaciones en racimo de las flores macho se extendían por doquier.
Resultó muy frustrante descubrir esto y tener que sacrificar la planta entera para deshacerme de la posibilidad de que ese macho polinizase mis plantas hembras, dando al traste con mi cultivo de marihuana de primera calidad. Teniendo en cuenta la política de Gea Seeds del seguimiento de lotes, es más que probable que si me hubiera puesto en contacto y explicado el problema, me habrían facilitado más semillas o alguna otra solución. Sin embargo, lo entendí como gajes del oficio y continué con el trabajo en solitario.
En esta ocasión, he utilizado productos como Delta 9 para mejorar la floración y la producción de tricomas. También he probado mezclas de minerales como el Potasio – Fósforo (PK).
La floración dio paso a la fase de engorde, en la que utilicé productos especializados para engrosar los cogollos, que experimentaron un crecimiento que solo puede describirse como “brutal”. Tanto fue así que me vi obligado a utilizar alambre para sujetar los cogollos y evitar que las ramas arrastrasen por el suelo
En esta fase final, me encontré con plantas de casi 1,40. Sanas, lustrosas, sus cogollos podrían alcanzar unos 25 cms. El aroma que emanan podría ser una mezcla entre tierra y crema dulce. Los tricomas se reparten en miríadas sobre las hojas, produciendo un efecto escarchado que enamora a la vista. Según la descripción que ofrecen en la web, “tiene un efecto estimulante, recomendable para actividades creativas”. También afirman que posee un porcentaje de TCH del 20% y CBD medio. La producción se prevé de 500 – 550g por m2 de cultivo interior y de 600g – 800g en exterior, con un tiempo aproximado de 60-65 días de florecimiento.
No sé si este fenotipo tiene el sabor de los helados de mi infancia, como dicen. Lo que si se es que sabe a libertad. A autocultivo. A perseverancia y a tarea bien hecha. Conozco perfectamente los procesos a los que ha sido sometida y los fertilizantes que se han utilizado. Sé que se ha llevado a cabo un tratamiento de lavado de raíces, que permitió limpiar los restos de abono para no comprometer mi salud. Todo eso que no puedo saber con la actual legislación, que obliga a millones de consumidors a conseguir su Cannabis en el mercado ilícito y nos obliga a permanecer en la clandestinidad, so penas de multas o cárcel.
El Banco
Gea Seeds, empresa fundada en Octubre de 2015 con sede en nuestro país, viene de la mano de dos jóvenes emprendedores que vieron la necesidad de introducir unos cambios en el panorama de los cultivadores. Afirman que sus desarrolladores tienen una experiencia de 15 años estabilizando sus genéticas y muestran su catálogo con 31 variedades, entre feminizadas y autoflorecientes.
Sus experiencias con la calidad están explicadas sobre cuatro pilares, tales como la excelencia genética, el seguimiento de lotes mediante números de serie, el control de germinación que asegura un alto porcentaje de nacimientos y la renovación de stock con semillas frescas.
Desde su fundación, este banco ha conseguido numerosos premios con genéticas tales como la Black Kush 98, Jack Orange, Cachalote y su Critical Purple Feminizada. Su presencia se ha vuelto costumbre en ferias y festivales, como Spannabis o Expocáñamo en nuestro país o la Copa de las Flores en Medellín, Colombia, lugar donde también han abierto sus oficinas.
Puedes consultar toda la información sobre Gea Seeds en su página web o en su blog.