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Polonia ya distribuye cannabis medicinal en sus farmacias

Polonia ya distribuye cannabis medicinal en sus farmacias

Benito Díaz

Polonia ha tenido que esperar hasta enero de este año para poder acceder a marihuana terapéutica en farmacias de la red sanitaria nacional. Este movimiento comenzó en febrero de 2016 y se alargó hasta 2017, declarándose legal en el mes de Junio y aplicándose la medida en noviembre. Más de un año después, el cannabis terapéutico ya está disponible.


La regulación, ratificada en el parlamento con una votación que arrojó resultados de 440 votos a favor y dos en contra, fue aprobada por el presidente Andrzej Duda, del partido conservador Ley y Libertadformación que planteaba un escenario propicio a la legalización, para sorpresa del movimiento cannábico polaco.

Las nuevas medidas permiten a los pacientes registrados y aprobados para el tratamiento con cannabis la posibilidad de adquirir tinturas, flores secas, resinas y derivados en farmacias listadas entre las más de 4.000 con autorización del Ministerio de Salud. Estos tratamientos estarán indicados para dolencias en las que se haya demostrado su eficacia, para el dolor crónico o enfermedades incurables.

«La ley en Polonia no contiene una lista cerrada de afecciones médicas en las que se puede recetar cannabis», explica Samia al-Hameri, farmacéutica de Spectrum Cannabis (partner del Instituto Polaco del Cannabis Medicinal), en declaraciones a Emerging Europe. «Esperamos que alrededor del 60 por ciento de los productos se destinen a pacientes con dolor crónico, por ejemplo, asociados con cáncer o migrañas, y el resto a personas con esclerosis múltiple y epilepsia, entre otros».

El uso de cannabinoides no-psicoactivos (CBD) a través de compuestos en aceite ya era legal en Polonia, aunque su aplicación era minoritaria debido a las trabas económicas y arancelarias que un paciente podía encontrar a la hora de importar sus medicinas. La norma actual permite la regularización de compuestos de cannabis con más cantidad de compuesto psicoactivo (THC) con fines medicinales.

El Instituto Polaco del Cannabis Medicinal se ha establecido como herramienta gubernamental destinada a la investigación y desarrollo de innovaciones relacionadas con la marihuana terapéutica. En su página web encontramos cursos, simposios y líneas de cooperación entre científicos que permiten avanzar la técnica y los recursos disponibles para la medicina.

Impacto Social

La paradoja del sistema legislativo polaco nos sitúa en un contexto en el cual, a pesar de haber regulado el cannabis terapéutico, su cultivo sigue siendo ilegal. Esto supone que tendrá que ser importado bajo todo tipo de controles, lo que encarecerá su precio final de consumo. En efecto, el gramo de cannabis a la hora de su distribución alcanza precios entre 11 y 14 euros. Esto supondría que un paciente promedio necesitaría una renta mensual de más de 400 euros para poder cubrir su tratamiento a base de cannabis. Así, se establece una barrera económica de entrada que puede restringir el acceso a estos tratamientos solo a personas de mayor poder económico. Recordemos que el sueldo medio en Polonia se establece en 2.250 Zlotys a fecha de 2019, lo que suponen unos 523.1 euros.

Polonia ha destacado por ser un país de corte conservador y con gran historia en el prohibicionismo, a pesar de fomentar el cáñamo industrial durante décadas. Sin embargo, una consulta sobre la viabilidad del Cannabis, realizada en 2017, estableció que un 78% de la población está a favor de su regularización.

Queda en el aire el tema del autocultivo, no estando contemplado en la nueva regulación. Varios partidos políticos discuten sobre su viabilidad y se espera que se apruebe, con la intención de facilitar los insumos.

Situación legal

La descriminalición progresiva del Cannabis ha sido una constante desde hace una década. Desde 2011, la fiscalía puede optar por retirar cargos por posesión si la cantidad incautada no sobrepasa un límite y si se trata de consumo personal. El problema es que esa cantidad mínima no está establecida y queda a cargo del juez.

Aquel mismo año, Polonia estableció una legislación que da a los fiscales la posibilidad de no enjuiciar por posesión de pequeñas cantidades de cannabis para uso personal, si es un primer delito o si la persona es drogodependiente.

Por el contrario, esa misma medida aumentó la pena máxima posible por tráfico, de entre 10 a 12 años de prisión. La pena máxima por posesión de grandes cantidades resultaría ahora de hasta 10 años de cárcel, antes de ocho.

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