Arnau Alcaide
Un juez de Arenys de Mar absuelve a un usuario medicinal que en enero de 2018 fue parado por la Policía Local de Tordera en un control rutinario, portando, según las cantidades de las fuentes policiales, 3.5kg de flor de cannabis, que le fueron incautados. El acusado utilizaba el cannabis para paliar dolores de espalda crónicos a raíz de un accidente, pero la Fiscalía pedía año y medio de cárcel y una multa de 20.000 euros por un delito contra la salud pública.
Aunque en algunas interpretaciones de los delitos contra la salud pública se sancionan consumos personales y asociados como de tráfico de drogas, ya que no hay normativa que permita acreditar los usos y procedencia de una sustancia ilegal, este usuario defendido por el conocido abogado del bufete DMT, Martí Canavés, ha logrado una absolución que sienta un precedente en cuanto a las consideraciones del uso medicinal.
Si bien el cannabis no le ha sido devuelto, tampoco el usuario habrá incurrido en un delito. El juez ha tenido en cuenta que existe un motivo diferente del tráfico por el que llevaba esa cantidad, un consumo medicinal diario que el paciente ha probado que pertenecía a su tratamiento. Además, se acepta que la cantidad forma parte de aprovisionarse reduciendo costes, al comprar al por mayor, y reduciendo también los riesgos, al realizar menos desplazamientos.
Toda esta lógica es posible después de que el juez asuma que no hay indicios de tráfico más allá de la propia cantidad, un hecho que habitualmente es constituyente de prejuicio con las drogas, pues resulta suficiente para juzgar a alguien una cantidad llamativa, aunque no exista posibilidad de vincularle a un delito contra la salud pública. También el efectivo encontrado y señalado como potencialmente constitutivo del delito, 1600 euros, fue considerado por el juez como parte de una transacción de gran volumen cuya vinculación con el tráfico no se puede asumir.