Arnau Alcaide
Con una quinta enmienda a su ley de narcóticos, Portugal terminaría de legalizar el sector del cáñamo, inclusive como alimento, con la salida de las licencias para producirlo y el establecimiento de los órganos competentes y las normativas de control.
Así lo revelaba el día 9 de junio la Agencia Lusa de noticias, mediante el acceso al borrador, con eco en los medios del país. Tendrán una tasa al pedirlas de 50€, de 3000€ por cultivar, 1.200€ el permiso de exportación o importación y 1000€ para desplazar la mercancía fuera de la Unión Europea.
En una responsabilidad mixta entre Agricultura y diferentes cuerpos policiales, se controlará que estos cultivos operen de acuerdo a la legalidad, asegurando el límite del 0.2% o su calidad. Las licencias, al contrario que en España, las dará un órgano competente de Agricultura, pero su respectiva Agencia del Medicamento sancionará si se incumple el uso explicitado en la licencia.
Desde la asociación nacional de industriales del cáñamo se congratulan por la medida, pero lamentan el año perdido de cosecha por la ausencia de regulación, explican en el medio CannaReporter.
Esta enmienda hace referencia al decreto reglamentario n.° 61/94, de 12 de octubre, que regula el control del mercado legal de estupefacientes, sustancias psicotrópicas y químicos utilizables para medicamentos.
Si bien en España se puede pedir una licencia de estas características, la imposibilidad legal de transformar la planta como se desearía -pues no se podría, por ejemplo, hacer una extracción de los cogollos, sino de las hojas adjuntas sin casi contenido en CBD- hace que el sector se mueva con cierta inseguridad jurídica en el ámbito medicinal y alimenticio.