Benito Díaz
El pasado junio, la noticia de la detención del actor porno Nacho vidal, acusado de la muerte de Jose Luis Abad, fotógrafo de moda, saltó a los titulares. Su fallecimiento habría tenido lugar durante la realización de un ritual de tintes chamánicos, tras consumir Bufotenina, proveniente de la secreción de glándulas venenosas que poseen los sapos Incilius Alvarius y Rhinnea. Este alcaloide también está presente en varias plantas tropicales y es la base para la preparación de la Ayahuasca o el Yage.
Según las declaraciones del actor, su intención era la de ayudar al fotógrafo con sus problemas de adicción a la cocaína. Es cierto que este tipo de medicina ancestral se utiliza para ahondar en el autoconocimiento y activar ciertos mecanismos en la mente para enfrentar, por ejemplo, una drogodependencia. Pero la Bufotenina tiene importantes efectos secundarios. En este caso, como consecuencia de su inhalación, la sustancia afectó al corazón de José Luis Abad, el cual falleció a causa de paro cardíaco.
Bufotenina
Este extracto se consigue a partir del ordeño de las especies de sapos antes mencionados. El más común, el Incilius Alvarius, natural de zonas desérticas del sur de Estados Unidos y del norte de México, posee unas glándulas que segregan este concentrado y 5-MeO-DMT, ambos potentes psicodélicos. El primero es un derivado de la serotonina , la conocida como hormona del humor, y el segundo, un alcaloide de la familia de las triptaminas, con efectos sobre el sueño y el placer. El resultado de ambos junto a otras segregaciones dan lugar a una pasta cerosa de color amarillento o naranja y olor alcanforado, conocida en México como “Medicina del Sapito”. Se puede dejar que se seque y fumar las escamas o diluirla para su consumo vía intravenosa.
Recordemos que se trata de un producto de origen animal, no sintético, por lo que junto a las moléculas estimulantes también se consumen otros compuestos. Eso daría lugar a la mayoría de los efectos secundarios de consumir lo que es, en esencia, veneno de anfibio. Aumento de la presión arterial, visión borrosa, calambres musculares y parálisis temporal, son algunos de esos efectos indeseados.
DMT
Tanto el 5-MeO-DMT como la Bufotenina son familiares de la molécula Dimetiltriptamina (DMT), un potente alucinógeno cuya composición se asemeja a la serotonina. Al principio, este compuesto se extraía a partir de las vainas del árbol “Anadenantera Peregrina”, aunque está presente en multitud de plantas. Este compuesto fue utilizado por las culturas originarias latinoamericanas como enteógeno, esto es, como parte de rituales religiosos o espirituales que permitían comunicación directa con “el dios que habita en nuestro interior”, consumido en forma de polvo al estilo rapé.
Según el volumen de consulta “Colocados” (Kuhn, Swartzwelder y Wilson), el DMT puro tiene la acción más rápida de todos los alucinógenos. Su efecto puede notarse a los diez minutos y su pico más alto a la media hora. El viaje en total puede durar alrededor de una hora. Esta velocidad puede resultar agobiante para algunas personas, tal como señalan los científicos.
Debido a estos tiempos de actuación, el DMT ha llegado a conocerse como “El Especial del Hombre de Negocios”, pues un ejecutivo podría tomarlo en su rato de descanso y volver al trabajo, sin que nadie supiera lo que había sucedido.
Sus efectos han sido descritos como parecidos a los de la Dietilamida del Ácido Lisérgico (LSD). Describirlos es algo muy difícil, ya que se trata de una experiencia individual que tiene más que ver con la persona que la toma que con el funcionamiento biológico de la sustancia. Esto incluye la posibilidad de tener buenos o malos viajes, falta de coordinación, habla trémula, alucinaciones, percepción defectuosa de la distancia, euforia, etcétera.
La Molécula del Alma
En el año 2000, el profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nuevo México, Rick Strassman, presentó un libro titulado “DMT: The Spirit Molecule”. El científico sostenía que el DMT podría ser el primer alucinógeno endógeno identificado en la historia. Esto significaría que el alcaloide se produce en nuestro propio cuerpo y tendría peso en los procesos llevados a cabo por nuestro cerebro.
Strassman señala la glándula pineal como la fuente de la molécula, aunque no se conoce este origen con certeza. Lo que sí se sabe es que puede encontrarse en gran cantidad en sujetos que han tenido experiencias cercanas a la muerte, lo que explicaría las alucinaciones que esas personas describieron al encontrarse en estas circunstancias.
Recomendaciones
El uso del DMT como sustancia recreativa es minoritaria. En casi cualquier caso, se utiliza como “ayuda farmacológica para lograr comprensión e iluminación”. Nunca se debe consumir ninguna sustancia sin conocer la procedencia; lo cual, con este tipo de alucinógenos, casi siempre es un misterio. Llegado el momento, se debe tener en cuenta tanto la cuestión física del individuo como hacerse acompañar en todo momento por personas con experiencia y que no hayan consumido, que sepan cómo actuar en el caso de tener que prestar ayuda.
Poco se puede hacer para rebajar el estado alucinógeno de cualquier compuesto psicodélico, más que sentarse y esperar a que hígado y riñones hagan su trabajo, metabolizando los componentes químicos. Por eso, se debe tener en cuenta la duración del efecto antes de comenzar la sesión.
Puede que la parte más importante sea conocer las capacidades físicas del consumidor. Así, los efectos secundarios que en una persona sana tendrían poca importancia, pueden volverse cruciales en un sujeto vulnerable. Tal como explican los científicos, “si se va a experimentar con estas sustancias, es fundamental que se haga en un ambiente seguro que brinde apoyo. Coquetear aún con la menos peligrosa de estas drogas significa invitar a la tragedia”.