Benito Díaz
El Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA) presenta su informe anual sobre movimientos en los mercados y sus usos en el territorio de la Unión Europea, de sustancias psicoactivas. Cuenta con la colaboración de agencias europeas de policía, la OMS, El Centro Europeo para el Control de Enfermedades y la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga, entre otros organismos oficiales.
La institución celebra su vigésimo quinto aniversario con el lanzamiento de su nuevo estudio. Destacan el aumento de las cantidades incautadas, el leve impacto de la pandemia en el consumo o el incremento de porcentajes de pureza y presencia de sustancias como el MDMA en comprimidos de Éxtasis. También señala la irrupción en el mercado de multitud de nuevos tipos de derivados de la Metanfetamina, así como cannabinoides y opioides sintéticos.
El informe
Los datos presentados, disponibles en la página oficial del Observatorio, comienzan con los porcentajes de estimación de consumo de drogas. El cannabis sigue estando a la cabeza, con un uso aproximado entre adultos de entre 15-64 años de 7.6% que suponen 25.2 millones de personas que la consumieron el último año, frente a un 27.2%, o lo que es lo mismo, 90.2 millones de personas que confiesan haberla consumido alguna vez a lo largo de su vida. Crece el consumo de cocaína, reportando una utilización de la sustancia de 1.3%, 4.3 millones de personas adultas que la consumieron en el último año. La referencia en cuanto a consumo ocasional en su vida, alcanza el 5.4%, traducido en 17.9 millones de personas.
En el MDMA, 2.7 millones de personas dicen haberlo consumido en el último año, alcanzando los 13.6 millones que lo probaron alguna vez. Las anfetaminas fueron consumidas por adultos 2.0 millones de veces en 2019-2020. Los opioides estaban presentes en el 82% de los casos de sobredosis mortales.
Las incautaciones alcanzan máximos históricos en cuanto a cantidad y a calidad de producto. Esto implica que la disponibilidad de sustancias sigue siendo elevada, pues junto a las posibilidades de incautación, también crece la cantidad que atraviesa los controles sin problemas. Recordemos que la cantidad de cocaína incautada en la UE alcanzó sus cotas más altas en 2018, con 181 toneladas.
El estudio resalta la producción de sustancias en Europa, con destino a mercados locales y mundiales. “Los cuerpos policiales detectan más laboratorios y centros de producción. Los cambios en las tácticas de producción de los grupos de delincuencia organizada subyacen a esta tendencia, pero también el acceso a sustancias químicas precursoras y equipos de procesamiento más baratos y novedosos” advierte. “La producción de drogas ilegales se basa ahora en un conjunto más diverso de sustancias químicas a las que resulta difícil responder con arreglo a las leyes europeas e internacionales, y que también son difíciles de controlar”.
Sobredosis y Hepatitis C
La preocupación en torno a la mayor calidad de los productos, viene del aumento de los casos de sobredosificación con riesgos para la salud. Según los datos, estas situaciones se están dando cada vez más en población de más edad, encontrando un aumento significativo de los casos en el grupo de edad de más de 50 años, alcanzando una crecida del 75%. “Tal evolución subraya la necesidad de reconocer la creciente vulnerabilidad de una cohorte envejecida de consumidores de drogas de por vida, y de convertir a este grupo en un objetivo importante de las medidas de tratamiento, reinserción social y reducción de daños”, señala el análisis.
También se resalta la necesidad de aplicar políticas de drogas para mitigar el aumento de los casos de contagio por Hepatitis víricas, en concreto las del tipo C. Como señalábamos en nuestro artículo sobre Chemsex, el aumento de este tipo de infecciones se debe al aumento del uso de sustancias por vía parenteral (inyectadas) en Europa. “En el periodo de 2017-2018, la prevalencia de anticuerpos del VHC en las muestras nacionales obtenidas de consumidores de drogas por vía parenteral osciló entre el 16 % y el 86 %, y diez de los dieciséis países que disponían de datos nacionales notificaron niveles superiores al 50 %”, afirma el EMCDDA.
Opinión Experta
Consultamos con Claudio Vidal, coordinador para Andalucía de Energy Control-Asociación Bienestar y Salud (ABD). “El informe de la EMCDDA no es una fotografía exacta, está limitada por la información presentada por los países”, explica. “Se utilizan métodos homogéneos, no siempre a la profundidad necesaria, en cuanto a indicadores o actualidad de los datos. Sirve para ver tendencias extendidas en la población y tiene su fiabilidad. En casos menos prevalentes, que requerirían más detalles, no tanto”.
El investigador asegura que la situación en Europa es bastante estable, según los fenómenos observados durante los últimos años, “no hay mucha diferencia, aunque, de un año para otro, algunos indicadores puedan subir o bajar ligeramente”. “No echo de menos ningún punto a tratar. Es un informe que hace una agencia europea, de situación, muy descriptivo. No se implican demasiado, pero tampoco se les puede pedir más. Es un informe muy bueno, la debilidad no es de su parte, si no del sistema de encuestas en general, sobre todo en lo que se refiere a las prevalencias de consumo”.
Al trabajar con EC, Vidal destaca el tema del análisis de estimulantes, concretamente el MDMA. “Lo seguimos de cerca”, nos cuenta. “Estamos sumidos en una pandemia, una situación de excepcionalidad rodeada de incertidumbre. Por ejemplo, aún no sabemos si ello afectará a la producción de MDMA y habrá un desabastecimiento de la sustancia en un futuro cercano. Además, la incursión de cárteles mexicanos en colaboración con holandeses para reconvertir y modernizar laboratorios para dedicarlos a la Metanfetamina, hace posible que en un futuro cercano el mercado se vea afectado. Y, como siempre que hay desabastecimientos en los mercados, aumenta el riesgo para las personas consumidoras”.
Preguntamos a Vidal sobre la certeza al respecto de la introducción de mayores porcentajes de MDMA en los comprimidos de Éxtasis, la cual identifica el informe. “Si, lo tienen. Nuestros datos coinciden con los señalados en el informe. Así, el contenido medio de las pastillas se sitúa en los 180-190 miligramos de MDMA, frente a los 125 de 2015, lo cual duplica la dosis estándar para una persona de peso medio (70-80 kgs). El estándar se sitúa en 1 miligramo por kilo de peso. Incluso hemos llegado a encontrar muestras con concentraciones mayores, de hasta 360 mgs, cuyo consumo, incluso en fracciones pequeñas del comprimido, puede resultar demasiado para algunas personas. Es un comportamiento sistemático que comenzamos a observar en 2016 cuando las pastillas volvieron a estar presentes en el mercado. Se debe a una sobreproducción de MDMA, en la introducción de procesos de mejora de síntesis de la sustancia, en la presencia de nuevos precursores, ‘ingredientes’, más baratos y eficaces, sumado a la estabilidad de los precios”.
Claudio Vidal valora los resultados del estudio resaltando la estabilidad de los datos. “Se observa un alza en los consumos de ciertas sustancias. También una subida en la pureza de la Cocaína y Anfetaminas. Creo que las respuestas que se están dando al fenómeno no están consiguiendo sus objetivos. Esto puede verse reflejado en el ámbito de la oferta, quizás el aspecto más amenazador para la sociedad. Aunque se hayan desmantelado muchos laboratorios y se realicen grandes incautaciones, ahora los envíos son de mayores cantidades”.
Revisado el documento, se echa de menos alguna referencia más al impacto del Covid-19, como si encontramos en el informe paralelo de la UNODC que presentaron el pasado 26 de junio.