Benito Díaz
Argentina tumbó la prohibición del cultivo de cannabis terapéutico. Sucedió el pasado día 12 de noviembre, publicándose la reglamentación el jueves en el Boletín Oficial. Su presidente, Alberto Fernández, ha puesto fin a la persecución de los cultivadores terapéuticos, escuchando al fin sus demandas. Estos cambios suponen de igual forma cambios al respecto de la lucha contra el narcotráfico, como las propuestas en la comisión mixta celebrada desde Chile, en la que participó la sociedad civil con organizaciones como Fundación Daya y Mamá Cultiva.
“Es necesario reconocer que el desarrollo de investigación y evidencia científica en el uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del cannabis y sus derivados se encuentra en pleno desarrollo en el mundo, lo cual obliga a seguir los avances de la ciencia para ir consolidando la política pública y el marco regulatorio vigente”, afirma la nueva regulación, que viene a sustituir a la norma aplicada desde 2017. “Por lo expuesto, resulta impostergable crear un marco reglamentario que permita un acceso oportuno, seguro e inclusivo y protector de quienes requieren utilizar el cannabis como herramienta terapéutica”.
Nueva Legislación Cannábica
La normativa argentina permitirá a partir de ahora, la venta de aceites, cremas y otros derivados en farmacias especializadas. Esto responderá a las peticiones de pacientes con mayor facilidad y responderá a las exigencias de enfermos y asociaciones, que argumentaban que esta clase de tratamientos solo eran accesibles si se padecían ciertos tipos de epilepsia refractaria.
La principal novedad que trae la nueva regulación, es que se contempla el autocultivo con objeto terapéutico. De esta forma, las cultivadoras y cultivadores tendrán que figurar en el Registro del programa nacional de cannabis (ReproCann), organismo que autorizará las matas de forma legal.
“Los pacientes podrán inscribirse para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un o una familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada por la Autoridad de Aplicación”, señala el texto, dando lugar a un gran número de posibilidades que avalan a estos productores y usuarios. Para obtener la autorización, será necesario estar avalado por una prescripción médica y firmar un consentimiento explícito. El número de plantas máximo por domicilio no está establecido y se revisará en próximas ocasiones.
El Estado impulsará la producción pública y el acceso a las terapias para aquellos pacientes sin cobertura médica. Para ello contará con laboratorios radicados en la Agencia Nacional de Laboratorios, distribuyendo el producto a través del Banco Nacional de Drogas Oncológicas y Farmacias que cuenten con la autorización necesaria. Cientos de personas que no cuentan con la ayuda de fines sociales o seguros privados, también podrán optar por estas alternativas cannábicas.
Argentina podrá exportar e importar especialidades médicas del extranjero o vender las suyas en dicho mercado internacional, dando lugar a una normativa que se acerca cada vez más a la de Uruguay en 2013, la cual convirtió al país en un pionero cannábico mundial, a la vez que en un referente para las naciones latinoamericanas.
Sociedad Civil
La normativa ha sido recibida por pacientes y organizaciones como una victoria. “Hoy lloramos de alegría porque empezamos esta lucha por nuestros hijos. Somos una gran familia luchando por un mismo derecho, el derecho a la calidad de vida. Vamos a cultivar la medicina de los nuestros sin miedo. No somos delincuentes», comunicaba la asociación Mamá Cultiva en su Twitter. “En 2017 no reglamentaron el autocultivo y otra vez quedamos a la deriva, como delincuentes a las que nos podían imponer una pena de entre cuatro a quince años. Cualquiera podía ser allanada o si me entraban a robar en casa no podía llamar a la policía porque tenía plantas”, explica Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva.
Entre el júbilo subyace la necesidad de que la revisión de los detalles para la aplicación de la normativa. A ese respecto, se celebró una reunión entre distintos actores que conformaron una comisión para establecer una serie de cuestiones y propuestas para proteger a los usuarios terapéuticos y lograr cerrar el cerco al narcotráfico, cuyas actividades están hoy, gracias a la regulación, bajo una vigilancia estrecha.
Propuestas desde Chile
La reunión, expuesta por Ana María Gazmuri, Directora Ejecutiva de Fundación Daya, Chile, se celebró el mismo jueves 15. Su objetivo era presentar las medidas que podrían proponerse para adecuar los pormenores de la ley, según las necesidades que encontraron oportunas al interés de los pacientes, tanto en su país como en Argentina.
Cabe destacar que el Congreso Nacional de Chile aprobó en 2016 un proyecto de ley que despenaliza el autocultivo de marihuana, así como su consumo en privado.
Estas propuestas adoptarían distintas formas para los distintos escenarios que plantean, incluyendo el cannabis recreativo además del terapéutico. De esta forma, la conducta reglada del cultivo y autocultivo, vendrían marcadas por el uso de la semilla y el desarrollo de plantas por parte de adultos (uso recreativo) o solo terapéutico. En el primer caso, diferencia entre lugares de cultivo, como Tierra, con hasta seis plantas en exterior, o diez si se trata de cultivo terapéutico. recreativo, 12 plantas en maceta en exterior, 20 si es terapéutico. Hasta dos metros cuadrados en interior (indoor), cuatro si es con objeto medicinal.
La tenencia estaría permitida hasta los 2.000 gramos de flor seca, 3.000 si es terapéutica. Su posesión y transporte, hasta 40 gramos de cannabis recreativo, hasta 60 gramos de terapéutico.
Debemos recordar que se trata tan solo de una propuesta, fruto de una comisión emanada de las necesidades de la sociedad civil argentina y chilena. Ambos gobiernos deben plantear y resolver los detalles de sus legislaciones cuanto antes, para evitar que el narcotráfico encuentre sus debilidades y las aproveche en su beneficio. Sin embargo, el progreso de la ley argentina, que hasta ahora prohibía el cannabis con multas y penas de cárcel, es notable y debería servir de reflexión para otras naciones, quién sabe, hasta europeas.