BENITO DÍAZ
El Síndrome de Inmunodeficiencia Humana y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH-SIDA) alcanzó cotas de epidemia que aún hoy se muestran preocupantes, pues todavía no se ha encontrado una cura. Ante esta situación, se debe atender tanto a los posibles tratamientos como al alivio de los síntomas asociados. En ese aspecto, el cannabis se demuestra como una vía efectiva.
La enfermedad, identificada a principios de los años 80, es un grupo de dolencias causadas por la infección del virus VIH que, a su progresión, interfieren con el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de contraer infecciones oportunistas, tumores y enfermedades comunes que pueden convertirse en un riesgo para la vida del paciente.
En la actualidad, alrededor de 38 millones de personas están infectadas por el VIH en todo el mundo, cobrándose aproximadamente unos 32 millones de muertes desde el comienzo de los contagios. 770.000 personas fallecieron por su causa sólo en 2018. Las vías de infección más comunes siguen siendo la práctica de sexo sin protección, agujas hipodérmicas compartidas, transmisión de madre a hijo y transfusión de sangre contaminada. A pesar de todo, las terapias antirretrovirales han experimentado un desarrollo notable, alcanzando niveles de vida para las personas infectadas que se acercan mucho a la normalidad.
Aplicaciones del cannabis terapéutico para síntomas de VIH-SIDA
Según un artículo revisado por el Doctor Sanjai Sinha, docente de la facultad de medicina Well Cornell en Nueva York y aparecido en Sensi Seeds, existen cinco aspectos en los cuales el cannabis puede servir de apoyo a las terapias antirretrovirales.
En primer lugar, es conocido el potencial del Cannabis para aumentar el apetito. Se trata de una cualidad que se aplica en muchos casos con Cannabis Terapéutico, que implican desgana por la comida, por ejemplo, la anorexia nerviosa o tratamientos oncológicos con radioterapia. Es conocido también su efecto para disminuir las náuseas en pacientes con complicaciones gastrointestinales, disfunción hepatorrenal o trastornos del sistema nervioso, mareos y otros efectos secundarios de los medicamentos para el VIH.
En tercer lugar, el cannabis puede actuar como antidepresivo y ayudar a mejorar el estado de ánimo esos pacientes. El valor de una sustancia que puede actuar de forma positiva en la calidad de vida de estas personas, puede ser muy alto y apreciado, tanto es así que en EEUU ya se aplica el Dronabinol como complemento de las terapias antirretrovirales.
Es destacable la capacidad del cannabis como analgésico en el tratamiento del VIH-SIDA. El uso de la marihuana por parte de pacientes con dolores crónicos está más que documentado, siendo estudiado por científicos. Este informe, demuestra que se producen cambios positivos a la larga, en el tratamiento con cannabinoides, contra el deterioro progresivo de aquellas personas medicadas con opioides.
La cualidad analgésica de la marihuana nos lleva al tratamiento de las neuropatías periféricas, cuyos síntomas afectan a uno o más conductos del sistema nervioso central (nervios y médula espinal) que resultan dañados o inflamados hasta causar dolor. Tanto su condición analgésica como la antiinflamatoria del Cannabis, pueden evitar dolor, espasmos, pérdida de masa muscular y falta de coordinación.
Investigaciones científicas al respecto
El carácter antiinflamatorio del Cannabis nos trae esta última revelación científica. Según informaciones aparecidas en la web de gTt-VIH, investigadores de la Universidad de California en San Diego (EEUU) habrían descubierto que el Cannabis puede resultar un poderoso neuroprotector. Ante la presión ejercida por los medicamentos antirretrovirales y la inflamación crónica propia del VIH, el paciente puede experimentar deterioro cognitivo, expresado mediante pérdidas de memoria, dificultades en el aprendizaje, lentitud en el procesado de información, memoria y actividades de coordinación motora.
El estudio afirma como conclusión que el uso de Cannabis se asoció con una probabilidad de un 47% menos de experimentar deterioro neurocognitivo.
Éste es uno de los últimos estudios presentados, justo en 2020, que se une con una lista que progresa de forma inexorable, cuanto más se avanza en la investigación científica en torno al Cannabis. En relación al VIH-SIDA, el Observatorio Español del Cannabis Medicinal, muestra informes científicos que, por ejemplo, demuestran que Cannabinoides reducen la multiplicación de VIH en la sangre. También ponen de manifiesto el trabajo de investigadores de la Facultad de Medicina Monte Sinaí de NYC, los cuales afirma que los Cannabinoides inhiben la propagación del VIH en la última etapa del SIDA.
Toda la información obtenida aporta pruebas científicas al respecto de la utilidad médica del Cannabis, una planta que continúa estando prohibida en gran parte de Europa, lo cual hace sospechar al respecto de cuáles son los intereses tras esa necia intención de bloquear una regulación que permitiría mejorar la calidad de vida de millones de personas enfermas.